
Para dar vida a la nefasta corporación que protagoniza la serie de suspenso distópico "Severance", la directora de fotografía Jessica Lee Gagné necesitaba encontrar el lugar adecuado para una oficina central ficticia.
Mientras buscaba en internet centros comerciales abandonados, se topó con un blog con fotografías de un edificio de oficinas de mediados de siglo, decadente y vacío, llamado Bell Labs. Transmitía una desolación espeluznante, a pesar de que seguían intactos sus pasillos envolventes, sus tragaluces triangulares, su magnífico vestíbulo hundido y sus jardineras gigantes incorporadas a un atrio enorme.
Gagné tecleó "Bell Labs" en Google Maps e hizo un acercamiento a Holmdel, un pueblo rural del centro de Nueva Jersey. "Cuando vi la vista aérea, pensé: 'Esto no puede ser verdad'", recordó. "¿Es un lugar de verdad?".
A los pocos días, fue a Nueva Jersey junto con Ben Stiller, director y productor ejecutivo de la serie para Apple TV+: subieron por el camino serpenteante de acceso, pasando por delante de una torre de agua imponente y blanca de tres patas con forma de transistor de radio. El edificio había sido renovado desde que se tomaron las fotos, pero los promotores no habían logrado atenuar el impacto de su frialdad corporativa.
"Había una parte de mí que no podía creer lo perfecto que era", relató Gagné sobre el edificio espejado que vio en el verano de 2019. "Fue un momento alucinante".
Más tarde, se convertiría en Lumon Industries, que en "Severance" es un personaje tan importante como los empleados, quienes han accedido a seccionarse el cerebro mediante una operación, la cual separa su yo laboral de su yo doméstico. El edificio es la estrella de esta exitosa serie: los admiradores del programa han convertido a Bell Labs, que ahora es un complejo de uso mixto conocido como Bell Works, en un destino turístico y un lugar favorito de las redes sociales en Instagram y TikTok.
Décadas antes de que el edificio se convirtiera en una oda al espanto desolador del Estados Unidos corporativo, fue una potencia creativa para Bell Telephone Laboratories, la rama de investigación de AT&T, el gigante de las telecomunicaciones del siglo XX. Fue apodado la "Caja Negra" por su exterior opaco y rectangular, según "The Idea Factory", el libro de 2012 sobre el auge y la influencia de Bell Labs, "una utopía intelectual" de su época.
¿Qué era Bell Labs?
Los investigadores que trabajaban en Bell Labs hicieron descubrimientos que impulsarían la era moderna. En su apogeo, Bell Labs empleaba a unas 15.000 personas, entre ellas 1200 con doctorado, desplegadas en varias sucursales, muchas de ellas en Nueva Jersey, donde Bell Labs tenía su sede. Una de las instalaciones de la empresa abarcaba 186 hectáreas de campos de cultivo en Holmdel que la empresa compró en 1929. Allí, científicos e ingenieros fueron pioneros en la tecnología de las microondas, la marcación por tonos, los teléfonos móviles y la comunicación por satélite y fibra óptica. Entre los premios Nobel que ostenta Holmdel figura el de física de 1978 por detectar los inquietantes sonidos espaciales que demostraron la teoría del Big Bang.
Durante décadas, los científicos de Holmdel trabajaron en un modesto edificio de madera y un solo piso, en medio de tierras de labranza y a pocos minutos de la playa de Sandy Hook. En 1958, la empresa contrató al arquitecto finlandés-estadounidense Eero Saarinen para que diseñara unas instalaciones modernas y mucho más grandes para su creciente plantilla. Este sería uno de los últimos proyectos de Saarinen, diseñador del Arco Gateway de San Luis y el edificio de la terminal TWA en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy. Murió en 1961, un año antes de que se inaugurara el edificio.
El primer edificio de oficinas que utilizó cristal tipo espejo, esta estructura de seis pisos y 185.806 metros cuadrados se diseñó para fomentar interacciones espontáneas y creativas entre los 6000 investigadores que trabajaban allí. Saarinen imaginó que los trabajadores se encontrarían en los pasillos flotantes o se apiñarían en los sofás del vestíbulo. "De esas conversaciones surgirían nuevas ideas, así que era una idea muy moderna", afirmó Donald Albrecht, curador que organizó una exposición de la obra de Saarinen.
Pero las oficinas y los laboratorios no tenían ventanas y el espacio no estuvo a la altura de sus aspiraciones sociales. En "The Idea Factory", Jon Gertner describió el edificio como "un monumento a la presunción arquitectónica".
"Los pasillos recordaban a una prisión", describió Barry Kort, un ingeniero jubilado que fue contratado en 1968 y trabajó allí durante 19 años. "Pero yo nunca había estado en una cárcel, así que no me molestaba".
En cambio, Kort, quien estaba soltero en esos años, pasaba la mayor parte del día en Bell Labs, trabajando hasta altas horas de la noche y los fines de semana. A veces, se metía en uno de los talleres y soldaba aparatos de su casa que necesitaban reparación. "Prácticamente vivía allí", narró. Incluso utilizaba el edificio como dirección postal.
¿Qué es ahora?
En 1982, el gobierno federal resolvió sus casos antimonopolio contra AT&T, lo que provocó la disolución de la empresa y puso fin a su dominio monopolístico sobre la industria de las telecomunicaciones. A los pocos años, las investigaciones de Bell Labs cayeron en declive. En 2006, el edificio de Holmdel, entonces propiedad de la empresa francesa de telecomunicaciones Alcatel-Lucent, se enfrentó a una posible demolición, pero la protesta de la comunidad científica internacional lo salvó. En 2013, un nuevo promotor compró y renovó la Caja Negra, transformando el atrio de 400 metros de largo en un paseo interior repleto de tiendas, una zona de comidas y una biblioteca. En los pisos superiores hay oficinas.
Una tarde reciente, la gente paseaba a sus perros y empujaba carriolas por el atrio. Los trabajadores en remoto se sentaban con sus computadoras portátiles en el área hundida de conversación, en sofás y mesas de bistró. Los niños jugaban en el césped artificial y se tumbaban en los pufs.
De pie en una arboleda interior de higueras en macetas, Rick Ely, guardia de seguridad de Bell Works, le contaba a un periodista que los rodajes periódicos de "Severance" son una distracción agradable. El equipo de producción trae hielo a montones, rocía la berma y los árboles con hielo picado y coloca mantas de nieve en el suelo para crear el ambiente de invierno eterno que se ve en la serie. Los efectos visuales completan el resto.
Para Gagné, quien dirigió un episodio reciente, Bell Labs se siente como una metáfora de los llamados "innies" y "outies" de la serie: los yos del trabajo y los yos del hogar. Gagné comentó que ve la fachada de cristal opaco "como un reflejo de los personajes".
"Quiénes son realmente ahí dentro", concluyó, "es mucho más oscuro que quiénes son en el exterior".
El atrio de Bell Works en Holmdel, Nueva Jersey, lugar de rodaje de algunos de los interiores de Lumon Industries en "Severance", el 3 de marzo de 2025. (Clark Hodgin/The New York Times).
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