Caro Quintero comparece en un tribunal de Nueva York

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La medida adoptada por México para permitir el traslado de Rafael Caro Quintero a Estados Unidos señaló una posible nueva era de cooperación en la guerra contra el narcotráfico.

Un narcotraficante mexicano conocido por su participación en el brutal asesinato de un agente antidrogas estadounidense ocurrido en 1985 fue notificado el viernes en Nueva York de cargos de narcotráfico.

La comparecencia del narcotraficante, Rafael Caro Quintero, miembro fundador del Cártel de Sinaloa, se llevó a cabo un día después de que fuera trasladado de México a Estados Unidos, en una medida que podría marcar una nueva era de cooperación entre ambos países.

Caro Quintero fue notificado de sus cargos en el Tribunal Federal de Distrito de Brooklyn junto con Vicente Carrillo Fuentes, exdirigente del Cártel de Juárez.

Caro Quintero, de 72 años, fue imputado en 2020 por contrabando de miles de kilogramos de drogas ilegales a través de la frontera estadounidense, así como por un esfuerzo de cuatro décadas para asesinar a sus rivales. Carrillo Fuentes, de 62 años, fue imputado en otra acusación por delitos similares cometidos entre 1990 y 2014.

Las comparecencias se produjeron un día después de que las autoridades mexicanas entregaron a los dos hombres y a otros 27 altos cargos de los cárteles de la droga a sus homólogos estadounidenses en una medida extraordinaria. El traslado se consideró en general una señal de la disposición de México para aumentar su cooperación con los planes estadounidenses de acabar con sus grupos criminales.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y sus aliados han presionado a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, con amenazas de imponer aranceles a los productos de su país e insinuaciones de que Estados Unidos podría emprender acciones militares en México si las autoridades de ese país no se empeñaban por frenar el flujo de drogas.

Pero aunque las entregas de Caro Quintero y Carrillo Fuentes el jueves se produjeron en ese contexto, también fueron el producto de negociaciones muy delicadas entre funcionarios estadounidenses y mexicanos a lo largo de varias semanas y que se llevaron a cabo con la ayuda de expertos estadounidenses muy experimentados en el trato con los cárteles, según una persona familiarizada con el asunto.

En particular, traer a Caro Quintero a Estados Unidos ha sido una obsesión para los funcionarios estadounidenses desde mucho antes de que Trump se enfocara tanto en derrotar a los cárteles.

Y cuando se corrió la voz de la comparecencia del viernes ante el tribunal en los círculos policiales, agentes y fiscales federales, junto con colegas jubilados que habían trabajado en casos relacionados con Caro Quintero, se apresuraron a hacer planes para trasladarse al tribunal de Brooklyn.

Caro Quintero y un segundo hombre fueron condenados en México en 1989 por asesinar cuatro años antes a Enrique Camarena, un agente antidrogas encubierto conocido como Kiki. Ambos acusados fueron condenados a 40 años de prisión por el asesinato; las condenas por otros cargos que incluían secuestro y tráfico de drogas elevaron las penas a más de 100 años cada una.

El violento asesinato de Camarena, cuyo cadáver apareció mutilado y envuelto en una bolsa de plástico en un rancho al suroeste de Guadalajara, fue un momento trascendental en las relaciones entre Estados Unidos y México.

Se considera que el episodio aceleró la guerra contra el narcotráfico, intensificando los esfuerzos de ambos países por erradicar los cárteles y profundizando el papel de Estados Unidos en la persecución de los líderes de las organizaciones.

La herida que dejó el asesinato de Camarena se reabrió en agosto de 2013, cuando Caro Quintero fue liberado de prisión en plena noche tras cumplir solo 28 años de su condena, gracias a un vacío legal.

Estados Unidos pidió a México que volviera a detenerlo, pero Caro Quintero eludió a las autoridades durante nueve años antes de ser capturado en Sinaloa en 2022.

El traslado a Estados Unidos de Caro Quintero y las demás personas no se produjo en virtud del antiguo tratado de extradición entre ambos países, sino en respuesta a la reciente orden de Trump por la que se designa a seis cárteles del narcotráfico como organizaciones terroristas extranjeras, dijo la fiscala general estadounidense, Pam Bondi, en un comunicado el jueves por la noche.

La orden permitió que los hombres fueran enviados al otro lado de la frontera sin prolongados procedimientos judiciales en México. También abrió la posibilidad de que los fiscales federales de Estados Unidos pudieran presentar cargos de terrorismo y pena de muerte contra ellos, dijo Bondi.

En un comunicado de prensa en el que se anunciaban los traslados, Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, calificó a Caro Quintero de "uno de los jefes de los cárteles más malvados del mundo".

El Cártel de Sinaloa, según el acta de acusación, empleaba a sicarios sanguinarios que se ensañaban con quien se interpusiera en su camino.

Aunque Caro Quintero fue el centro de atención en el tribunal el viernes, los fiscales también procesaron a Carrillo Fuentes, una figura importante en sí misma.

Carrillo Fuentes, a quien se conoce como el Viceroy, fue durante mucho tiempo líder del Cártel de Juárez. Tomó el mando de la banda fronteriza de Amado Carrillo Fuentes, su hermano mayor, quien murió inesperadamente en 1997 cuando se sometía a una operación de cirugía plástica.

El menor de los Carrillo Fuentes fue acusado por primera vez en Brooklyn en 2009 en un acta de acusación que se actualizó 10 años después. En ella se le acusa de introducir miles de kilogramos de cocaína a Estados Unidos y de conspirar para asesinar a los rivales de su organización.

Hasta 2004, Carrillo Fuentes y el Cártel de Juárez estuvieron estrechamente aliados con el Cártel de Sinaloa, dirigido en aquel momento por los infames narcotraficantes Joaquín Guzmán Loera, más conocido como el Chapo, e Ismael Zambada García, a quien también se conoce como el Mayo.

Pero tras amargas disputas por el territorio y la confianza, la organización de Juárez se separó de Sinaloa y los dos grupos criminales libraron una sangrienta batalla por el control de la ciudad fronteriza, que dio lugar a uno de los conflictos urbanos más sangrientos de la historia de la guerra contra el narcotráfico.

Las autoridades mexicanas detuvieron a Carrillo Fuentes en 2014 y lo juzgaron, condenaron y finalmente sentenciaron a 28 años de prisión.

La fiscalía estadounidense del Distrito Este de Nueva York tiene un largo historial de persecución a los cárteles mexicanos y sus líderes, incluida la organización de Caro Quintero y sus asociados.

Guzmán fue procesado en el Distrito Este, donde fue declarado culpable de un amplio conjunto de cargos relacionados con actividades delictivas y condenado a cadena perpetua en 2019.

La fiscalía lleva actualmente el caso contra Zambada García, quien será juzgado en Brooklyn tras haber sido secuestrado en México durante el verano por uno de los hijos de Guzmán y trasladado por la fuerza al otro lado de la frontera para ser puesto en custodia de Estados Unidos.

En 2023, Ismael Quintero Arellanes, de quien los fiscales han dicho que es sobrino y mano derecha de Caro Quintero, fue extraditado y procesado en el tribunal federal de Brooklyn por cargos de tráfico de drogas y armas.

Craig Heeren, ex jefe adjunto de seguridad nacional y ciberdelincuencia del Distrito Este, dijo que las comparecencias del viernes reflejaban el "enfoque agresivo e internacional" de la oficina.

"Los fiscales del EDNY son tenaces y tienen una visión a largo plazo de sus investigaciones", dijo Heeren refiriéndose a la oficina del Distrito Este de Nueva York.

La dependencia también consiguió la condena en octubre de 2024 de Genaro García Luna, ex alto cargo de las fuerzas de seguridad de México, quien fue condenado a 38 años de prisión por aceptar millones de dólares en sobornos del cártel de Sinaloa.

Alan Feuer cubre el extremismo y la violencia política para el Times, centrándose en los casos penales relacionados con el atentado del 6 de enero en el Capitolio y contra el expresidente Donald Trump. Más de Alan Feuer

Santul Nerkar es un reportero del Times que cubre los tribunales federales en Brooklyn. Más de Santul Nerkar