
(Square Feet)
Nicki Wilson se sorprendió cuando su periódico local informó en marzo de 2023 que el Triplex Theater, un cine independiente de cuatro salas de Great Barrington, Massachusetts, iba a cerrar después de casi tres décadas en activo.
El Triplex, el único cine de la ciudad, era un lugar muy querido, que atraía a espectadores de todo Berkshires, incluso en las noches de invierno, cuando no había mucho más abierto, relató Wilson.
"No podía imaginarme vivir en una ciudad sin cine", comentó.
Wilson no era la única que pensaba así y, tras una campaña con la participación de toda la comunidad, el Triplex reabrió en noviembre de 2023 de una forma muy diferente. Ya no depende de la venta de entradas y palomitas. El Triplex se ha convertido en una organización sin ánimo de lucro que opera con donativos, subvenciones y mucho trabajo voluntario. Además, en lugar de exhibir el próximo éxito de taquilla de Hollywood, el Triplex se centra en las películas que la comunidad quiere ver.
"En un cine independiente, puedes proyectar lo que quieras", explicó Gail Lansky, vicepresidenta del consejo del Triplex. "Puedes proyectar retrospectivas. Puedes proyectar películas extranjeras. Puedes hacer festivales de cine. Sábados gratis para los niños".
Claro que no a todos los cines sin ánimo de lucro les va bien, pero el modelo ha funcionado, al menos hasta ahora, en lugares como los Berkshires, donde una clientela devota y adinerada está dispuesta a apoyar las artes y cuenta con los medios para hacerlo. Dos cines cercanos sin ánimo de lucro de Nueva York, el Moviehouse de Millerton y el Crandell Theater de Chatham, han atraído a una base considerable de aficionados. En todo el país, más de 250 cines son organizaciones sin ánimo de lucro, señaló Bryan Braunlich, director ejecutivo de la Fundación del Cine, un grupo de la industria cinematográfica que les proporciona estudios de investigación a los cines.
"Estamos viendo definitivamente una tendencia de las comunidades a unirse en torno a sus cines locales", indicó.
Y varias salas de cine han necesitado que las salven. Desde 2019, el número de pantallas en funcionamiento en Estados Unidos ha disminuido un 12 por ciento, hasta 36.369 en 2023, según David Hancock, analista jefe de medios de comunicación y entretenimiento de la empresa de investigación Omdia. La popularidad de las emisiones en directo en casa durante la última década ha sido un factor. Antes de la pandemia, el número de espectadores ya estaba disminuyendo, pero el COVID-19 estuvo a punto de asestarle un golpe mortal al sector, ya que los consumidores se acostumbraron a quedarse en casa y se volvieron más exigentes con las películas que iban a ver al cine.
"La gente volvió sin duda, pero mucho más despacio", afirmó el antiguo propietario del Triplex, Richard Stanley. "Al final, vi las señales de un porvenir complicado y decidí que tenía que cerrar".
Cuando cierra un cine en la ciudad, no es un problema solo para los cinéfilos. Debido a su singular arquitectura, con suelos inclinados y pocas ventanas, es difícil convertirlos para otros fines y a menudo dejan vacíos espacios prominentes.
Convertirse en una organización sin ánimo de lucro les da a los cines acceso a distintas fuentes de ingresos, como los festivales de cine, y lo que se espera es que un cine que le presta servicios a la gente de una ciudad construya una base leal y solidaria.
Esto no ocurre de la noche a la mañana. Así ocurrió con el Belcourt Theater de Nashville, Tennessee. Un grupo comunitario recaudó millones de dólares para explotar y renovar el palacio cinematográfico de 1925, que fue por un tiempo breve el escenario principal del Grand Ole Opry.
"Todos los que trabajamos en el cine recordamos la época en que proyectábamos 'Malas tierras' para cuatro personas, y ahora la proyectamos para 150 ó 200 personas", indicó la directora ejecutiva del Belcourt, Stephanie Silverman, en referencia a la ópera prima del director Terrence Malick de 1973.
Quienes se unieron para apoyar al Triplex esperan lo mismo. Cuando el cine abrió sus puertas en 1995 en el solar de un aserradero incendiado, los centros comerciales cercanos habían apagado la vida de la calle central y Great Barrington atravesaba dificultades económicas, según relató Stanley, el antiguo propietario del Triplex.
La calle central es un lugar muy diferente hoy en día, en gran parte debido a la visita de un gran número de turistas y personas que pasan el fin de semana, y el Triplex "fue un elemento fundamental, realmente esencial, que atrajo a la gente a la ciudad", comentó Betsy Andrus, directora ejecutiva de la Cámara de Comercio del Sur de Berkshire.
En 2023, otros dos multicines de los Berkshires, en Lanesborough y North Adams, ya habían cerrado. Pero Wilson creía que había esperanza para el Triplex. Llamó a Stanley para preguntarle si había alguna forma de reabrir el cine.
"Le pregunté qué podíamos hacer y me dijo: 'Bueno, págame un millón de dólares y puedes comprar el cine'", contó.
A Wilson no le sobraba un millón de dólares, pero tenía muchos amigos. En abril de 2023, invitó a sus vecinos al salón de su casa para hablar de salvar el cine. El grupo, que se autodenominó Salvemos el Triplex, creó una página de GoFundMe y un sitio web para recaudar dinero. La respuesta fue abrumadora, según Hannah Wilken, que había pasado muchos fines de semana en el Triplex con sus amigos cuando era adolescente y participó en la recaudación de fondos.
La actriz Karen Allen, propietaria de una tienda de arte textil en la ciudad, donó recuerdos de la película "En busca del arca perdida", que protagonizó, para una subasta. El fotógrafo Gregory Crewdson donó 225.000 dólares derivados de la venta de ejemplares de una edición limitada firmada de su obra.
En pocos meses, el grupo había recaudado 246.000 dólares, suficientes para pagar la hipoteca del primer año. A Stanley le gustó la idea de mantener vivo el Triplex como una organización sin ánimo de lucro dirigida por los residentes de la ciudad y le concedió al grupo de Wilson una hipoteca a cinco años para comprar el cine.
La campaña se ha beneficiado de la amplia y devota comunidad artística de Berkshires, que atrae regularmente a famosos a la ciudad. Bill Murray se presentó en el Triplex para una plática sobre "Vida acuática con Steve Zissou", la película de Wes Anderson en la que Murray interpretó al personaje principal, y Joan Baez fue para la proyección de un documental sobre su vida. Arlo Guthrie habló de la película de 1969 "El restaurante de Alice", que se rodó cerca de allí. No todos los eventos han generado ingresos, pero suficientes han tenido buena asistencia para que el Triplex siga funcionando.
Los cines siguen siendo un negocio arriesgado, y para que el Triplex sobreviva a largo plazo necesitará mucho más dinero. Las cuatro salas de proyección necesitan reformas considerables. Y aunque un consejo activo supervisa el funcionamiento del cine, hasta este mes apenas tenía dos empleados asalariados a tiempo completo. (Un tercer empleado a tiempo completo empezará a trabajar a finales de este mes y el cine también tiene empleados de medio tiempo, entre ellos las personas que venden entradas y palomitas). Wilson, la presidenta del consejo, espera contratar a más gente, pero por ahora el cine todavía depende en gran medida de voluntarios.
Aun así, quienes están detrás del renacimiento del Triplex creen que sí tiene público. Sentarse en casa y ver películas en Netflix no es lo mismo, comentó Ben Elliott, director creativo del cine y uno de sus pocos empleados remunerados.
Elliott creció en Great Barrington y de niño visitaba regularmente el Triplex. Una de las cosas que echó de menos durante el COVID fue el sonido de las conversaciones en el vestíbulo al terminar una película.
"Estar juntos en un espacio físico es cada vez más inusual, y creo que aferrarse a eso es importante para las comunidades de todo el país", afirmó. "Además, para nosotros es la forma más viable de mantener abierto un cine".
Nicki Wilson, presidenta del consejo del Triplex Theater, y Ben Elliott, gerente del cine, en el local de Great Barrington, Massachusetts, el 4 de diciembre de 2024. (Bryan Derballa/The New York Times)
El cine Triplex, que los residentes locales se asociaron para comprar y convertirlo en una organización sin ánimo de lucro, en Great Barrington, Massachusetts, el 4 de diciembre de 2024. (Bryan Derballa/The New York Times)
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