Decenas de heridos tras un atropello masivo en Múnich

Reportajes Especiales - News

Guardar

Traffic Accidents and SafetyMunich (Germany)Germany

Las autoridades creen que el atropello, contra una manifestación sindical en día de huelga, fue un ataque deliberado. El sospechoso es un solicitante de asilo afgano de 24 años, conocido por la policía.

Un solicitante de asilo proveniente de Afganistán estrelló el jueves un Mini Cooper contra una manifestación sindical en Múnich, hiriendo a más de dos decenas de personas y agravando las crecientes tensiones en torno a la inmigración, en vísperas de las elecciones de canciller de Alemania de la próxima semana.

Las autoridades creen que el choque de las 10:30 a. m. fue un ataque deliberado del joven de 24 años, afirmó Markus Söder, ministro presidente de Baviera, estado del que Múnich es capital. La policía dijo que el coche rebasó a un coche patrulla que acompañaba la manifestación y se abalanzó sobre la multitud. Los agentes efectuaron un disparo mientras detenían al hombre.

El lugar del choque estaba a menos de un kilómetro y medio de la sede de la Conferencia de Seguridad de Múnich, que se inaugura mañana y atrae a participantes de alto nivel y periodistas de todo el mundo. La policía no cree que la colisión esté relacionada con la conferencia. Por la tarde, mientras llegaban los participantes al evento, las calles estaban en calma.

Alemania se está recuperando de una serie de atentados, aparentemente sin relación entre sí, perpetrados el año pasado por inmigrantes de Afganistán y Medio Oriente. Todavía está fresco el recuerdo de un ataque con coche perpetrado en diciembre, cuando un hombre embistió un mercado navideño en Magdeburgo, en el centro de Alemania, hiriendo hasta a 300 personas y matando a seis.

El mes pasado, un inmigrante afgano con una aparente enfermedad mental y cuya deportación estaba prevista, mató a un niño y a un adulto en un ataque con cuchillo en un parque de Baviera.

Los principales partidos en las elecciones a canciller, previstas para el 23 de febrero, han prometido medidas duras contra los inmigrantes en mayor o menor medida, sobre todo el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania, conocido como AfD, que ocupa el segundo lugar en las encuestas, y la Unión Demócrata Cristiana, que se prevé que terminen de primeros.

Algunos expertos políticos especulaban el jueves que el atentado podría elevar aún más las posibilidades de AfD, que ha superado el 20 por ciento en las encuestas, al centrar a los votantes aún más en las preocupaciones migratorias.

Había expectativas similares de que el atentado de enero en Baviera atrajera a más votantes a la AfD, un partido rechazado desde hace tiempo por todos los demás movimientos políticos del Parlamento y parte del cual está clasificado como extremista por la inteligencia alemana. Sin embargo, ese rebote electoral no se materializó.

Los aliados del candidato demócrata cristiano a canciller, Friedrich Merz, dijeron el jueves que no esperaban que perdiera seguidores en favor de AfD tras el atentado. Citaron la decisión de Merz el mes pasado, tras el ataque con cuchillo de Baviera, de someter a votación en el Parlamento una serie de nuevas restricciones migratorias.

La medida pretendía demostrar a los votantes que Merz y su partido se tomaban en serio la necesidad de actuar para frenar la inmigración y responder a la preocupación por la seguridad pública. Pero provocó indignación en el Bundestag, el Parlamento federal, y causó protestas en todo el país, porque Merz había roto un tabú de décadas en la política alemana contra la colaboración con partidos considerados extremistas. Eso se debe a que Merz buscó las medidas sabiendo que solo podrían aprobarse con los votos de AfD.

Merz consiguió aprobar una medida simbólica, pero una segunda votación, sobre cambios en la ley de inmigración, fracasó, y varios miembros del partido de Merz desertaron.

Sin embargo, algunos aliados de Merz sugirieron el jueves que el episodio le había inoculado eficazmente a él y a los demócratas cristianos contra las acusaciones de falta de respuesta a los votantes en materia de migración.

Los riesgos políticos del ataque podrían ser mayores para el asediado canciller en funciones, Olaf Scholz, cuyos socialdemócratas ocupan el tercer o cuarto lugar en las encuestas.

Scholz ha adoptado un enfoque más comedido de la migración en la campaña. Pero el jueves ofreció una respuesta agresiva al atentado, lo que subrayó lo delicado que se ha vuelto el tema de la inmigración, especialmente la procedente de Afganistán y Siria.

El conductor "debe ser castigado y debe abandonar el país", afirmó Scholz, quien está luchando por conectar con los votantes y no se espera que sea reelegido canciller, durante un evento de campaña celebrado en Fürth.

Scholz iba a participar el jueves por la noche en una asamblea pública televisada con los otros tres principales candidatos a canciller: Merz, Alice Weidel de la AfD y Robert Habeck del Partido Verde. Ya se esperaba que la migración fuera un tema polémico, pero el atentado aumentó aún más su relevancia.

El jueves, fotografías y videos del lugar del accidente mostraron un Mini Cooper beige gravemente abollado, que la policía confirmó que había sido conducido contra la multitud.

Un helicóptero de rescate y varias ambulancias acudieron al lugar para trasladar a las víctimas --al menos 30 resultaron heridas, dos de ellas de gravedad-- al hospital.

Sandra Demmelhuber, periodista de Bayerischer Rundfunk, la emisora pública bávara, estuvo en el lugar del accidente y describió una escena caótica.

"Hay una persona tendida en la calle y la policía se ha llevado a un hombre joven. Hay gente sentada, llorando y temblando en el suelo", escribió en X.

La manifestación había sido organizada por Verdi, uno de los mayores sindicatos de Alemania, que había convocado una huelga de un día para los trabajadores municipales. Unas 1500 personas estaban en la manifestación cuando se produjo el choque, dijo la policía.

El hombre llegó a Alemania en 2016 y no superó su solicitud inicial de asilo, pero en 2021 se le concedió un estatuto oficial que le permitía permanecer en el país, según dijo Joachim Herrmann, ministro del Interior del estado de Baviera. Herrmann también corrigió declaraciones previas de que la policía conocía al hombre como un ladrón de tiendas; en realidad, trabajaba legalmente como detective en tiendas para dos empresas de seguridad privada.

Sin embargo, aparte de estos detalles, no se le identificó públicamente.

El ataque se produjo el mismo día en que se inició el juicio contra un afgano acusado de matar a puñaladas a un agente de policía, y de herir a varios más, en Mannheim, la primavera pasada.

Tras el choque del jueves, Söder --cuya Unión Social Cristiana, partido regional hermano de los demócratas cristianos, gobierna Baviera desde hace décadas-- no perdió tiempo en hacer un llamado a la acción.

"No es el primer acto de este tipo", dijo Söder en el lugar de los hechos. "Hoy siento compasión por la gente, pero al mismo tiempo estoy decidido a que algo debe cambiar en Alemania y rápidamente", añadió.

Christopher F. Schuetze es reportero del Times radicado en Berlín, desde donde cubre temas políticos, sociales y culturales en Alemania, Austria y Suiza. Más de Christopher F. Schuetze

Jim Tankersley es el jefe de la oficina de Berlín del Times, y dirige la cobertura de Alemania, Austria y Suiza. Más de Jim Tankersley