Dos actores se llevaron las palmas contra Hamás -aunque nadie lo diga de manera explícita porque el “fetiche palestino” ganó un territorio comunicacional-: Israel y Estados Unidos. El fetiche palestino le llamo al montaje ideológico que se hizo por detrás de la bandera palestina, no al derecho al estado que es un asunto serio, pero si a la frivolidad de las Greta, los barquitos salvadores y a todos los militantes del rencor que pulularon por campus universitarios y declaraciones pomposas que se prendieron de la salvajada antisemita que vive aún el mundo. Toda esa mezcla de ignorancia y mala fe ha sido un desborde grotesco. Una mezcla armada, pensada y que seguirá en danza. No nos equivoquemos. Quien crea otra cosa no logra captar la magnitud del momento.
Israel sorteó el 7 de octubre que le minó el alma y lo enloqueció, que, además, en ese momento le jaqueó la autoestima y lo puso entre le espada y la pared. Israel fue por todo obligado a avanzar. Hamás supo que lo lanzaba a la represalia, eso sí, nunca imaginó que el infierno sería de semejante magnitud. Y semejante alienación lo obligó, a Israel -una vez más- a tomar todos los riesgos. O ganaba o desaparecía. Otra vez la misma película eterna de la historia. Solo los cretinos no la ven. Repito porque acá no es un comic de superhéroes: o desaparecía, tal como sentenció Hamás e Irán. No era un juego de tronos para Israel: era vida o muerte.
Estados Unidos demuestra que cuando ingresa al territorio sigue siendo la principal potencia bélica del mundo. Lo que hizo en Irán será recordado por mucho tiempo. En pocas horas hunde a los chiítas en una cruenta derrota y les enlentece el camino atómico. Estados Unidos no fue el dubitativo Biden, ni el políticamente correcto -en sus “operaciones”- Obama.
El actual EEUU vuelve a ser el Sheriff del mundo occidental, guste o no. Por eso los europeos lo detestan. La necesidad tiene cara de hereje, y en eso de ser cínicos los europeos tienen maestrías y varios Phd: se pelean con Rusia pero le compraron antes toda la calefacción de Europa. Ahora le temen, pero hubo de pasar un largo rato para ver a Putin siendo Putin. Es un poco tarde, digamos la verdad y como Trump les reprocha todo como en una taberna a la noche, duele, la verdad cruda espetada al rostro. Solo ver a Pedro Sanchez en Egipto sin entender su lugar siendo nadie y rindiendo honores, son esos momentos que uno desea guardar de recuerdo por mucho tiempo.
Por supuesto, nadie aplaude a Donald Trump porque no queda bien: sin embargo, esta jugada de poner orden en Oriente Medio tiene todo su mérito y el de su secretario de Estado Marco Rubio que empieza a ubicar su grilla en zona de grandes ligas. (Si se anota un acierto con lo de Maduro y logra extirparlo, va a ser muy difícil que no haya hecho el máximo esfuerzo con ese accionar para ser el sucesor republicano). ¿O alguien cree que algún otro humano podía haber hecho todo lo que hizo para reformatear a Qatar, aquietar al Líbano, frenar a Siria, empujar a Egipto y Jordania a recorrer la buena senda y terminar de cerrar acuerdos con Arabia Saudita con Israel? ¿Quién podría armar este rompecabezas? ¿Macrón? En serio hablamos.
No magnifico los hechos, pero Israel encara el presente con un talante optimista en una guerra que lo tenía corriendo de adelante en lo bélico, pero con buena parte del planeta prejuzgando y retomando un relato anti-Israel. Eso quedó como saldo negativo. Pero vivos es mejor que muertos. ¿Verdad? Y el tiempo siempre es interesado. Ya verán a los que discutían a Israel a recorrer sus alianzas. De manual.
¿Se terminó el riesgo en Israel? No. ¿Se calmarán los antisemitas? No ¿Se vivirá con tensión lo que viene? Si. Pero a pesar de todo, insisto, a pesar de todo el dolor se está mejor con Hamás “adormecido” por un tiempo, con sus socios aquietados y con una región sunita que por primera vez puede comenzar a tejer vínculos con Israel sin problemas a corto plazo, a mediano se verá. Los chiitas en penitencia.
Es verdad, los hutties no han terminado. Es un dato. Es verdad también que Hezbollah parece estar extenuado, veremos, veremos.
Ya lo sabemos: la paz en Medio Oriente nunca es segura. El Islam considera al resto del planeta infiel y el choque de civilizaciones del que siempre nos advirtió el profesor Huntington, en fin, es un dato, así que le estamos ganando tiempo.
De cualquier forma, los que queremos extirpar el antisemitismo, la judeofobia y el antisionismo deberíamos estar más atentos y súper activos. Ni un centímetro de distracción porque el próximo daño relevante será en cualquier lado. Repito: en cualquier lado.
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