Geopolítica grande, y la de cañería

La importante es la geoestrategia grande que ya dio un gran paso, el freno de la operación militar israelí y la liberación de los secuestrados. Trump hoy, y por ende Estados Unidos, representa el poder casi hegemónico en el medio oriente

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Esta semana que acaba de
Esta semana que acaba de pasar dejó dos hechos que hoy son hitos en la disputa geoestratégica que se da en el mundo. El primero, el gran éxito de Donald Trump en el Medio Oriente, al lograr frenar la operación militar de Israel en Gaza y la liberación de los últimos secuestrados vivos que tenías Hamas.

Esta semana que acaba de pasar dejó dos hechos que hoy son hitos en la disputa geoestratégica que se da en el mundo. El primero, el gran éxito de Donald Trump en el Medio Oriente, al lograr frenar la operación militar de Israel en Gaza y la liberación de los últimos secuestrados vivos que tenías Hamas; el segundo, el premio Nobel de Paz, entregado a la líder opositora venezolana María Corina Machado, quien además vive en la clandestinidad en su país.

Ambos eventos hacen parte del enfrentamiento por la supremacía global que hay hoy entre las dictaduras y el autoritarismo, que China, Rusia, Venezuela y Cuba representan, y el mundo occidental democrático y liberal. El análisis de ambos hechos y las reacciones de distintos líderes del mundo frente a ellos, muestran las dos caras de una misma moneda, la de la geopolítica grande e importante que resuelve problemas entre enemigos acérrimos y la de la geopolítica de cañería que se solo se basa en el ego, el odio, la destrucción y el desprecio y no resuelve nada.

Quiero empezar por la segunda, la geopolítica de cañería que se da en ambos escenarios. En el caso del Nobel a la líder venezolana dos actores muestran su vanidad, su ego y su falta de grandeza e incluso de empatía. El “sin comentarios” de la presidenta de Mexico, Claudia Sheinbaum, cuando le preguntan que opina del Nobel a María Corina, solo se puede calificar de canalla. Es mujer, está en la clandestinidad, ¿y ni una sonrisa? Claro la presidente que llega al poder de la mano de los narcos y gobierna con ellos, no puede hacerle un gran elogio a un premio a otra mujer que lucha sin armas contra la peor narco dictadura del mundo, que además trabaja con sus amigos mexicanos en el negocio de la droga. Eso se puede entender pero “sin comentarios”. Témpano de hielo, pobre marido.

El “sin comentarios” de la
El “sin comentarios” de la presidenta de Mexico, Claudia Sheinbaum, cuando le preguntan que opina del Nobel a María Corina, solo se puede calificar de canalla.

Lo de Gustavo Petro ya es una locura distópica que no sabemos en qué está inspirada y tampoco con qué, pues ya es bien sabido el problema de consumo que tiene. Sus cartas y sus declaraciones ya muestran como esa distopia profunda que sale a flote cada vez que abre la boca o escribe, lo enceguece y le distorsiona la realidad. No vale la pena escribir sobre la vergüenza de presidente que tenemos y como deja la imagen del país en el caño.

Más cañería, la de muchos de los movimientos a favor de palestina en Estados Unidos y Europa que no están de acuerdo con lo que hoy pasa en Gaza y menos con el plan de paz de Trump. Que los palestinos no están representados, que es un plan de paz muy americano, y muy Trump, son algunos de los argumentos de esas organizaciones que la verdad solo promueven el antisemitismo y, no nos digamos mentiras, quieren que Israel desaparezca. El listado es enorme y muestra que la agenda de muchas de estas organizaciones es política e ideológica y que la suerte de los niños palestinos muertos es ser un instrumento en esa batalla ideológica, como Hamas lo hizo hasta ayer con los palestinos en Gaza.

La importante es la geoestrategia grande que ya dio un gran paso, el freno de la operación militar israelí y la liberación de los secuestrados. Trump hoy, y por ende Estados Unidos, representa el poder casi hegemónico en el medio oriente. Claro, la izquierda odia este plan de paz porque el pragmatismo de Trump fue alinear a los países árabes para presionar a Hamas y no solo presionar a Israel como antes hacían los distintos presidentes norteamericanos.

Hoy la paz en esa
Hoy la paz en esa región está más cerca que nunca, entre otras porque Estados Unidos e Israel le subieron brutalmente el costo a la guerra y al terrorismo.

Hoy la paz en esa región está más cerca que nunca, entre otras porque Estados Unidos e Israel le subieron brutalmente el costo a la guerra y al terrorismo. Irán débil, Rusia inexistente y los palestinos sin otra opción, el costo de no hacer la paz va a ser aún más brutal, hoy se puede lograr lo que los acuerdos de Camp David 1 y 2 y Oslo, para solo mencionar los más importantes, no lograron.

La diplomacia de Trump no es la de la perfección sino la de intereses y avances. Antes los negociadores se demoraban meses y obviamente en ese desgaste todo se deterioraba y los radicales siempre ganaban. Ahora Trump aprovechó que ningún país árabe quieren recibir a los palestinos, eso da para otra columna, y además la herencia del gobierno pasado, de los acuerdos de Abraham, que abrieron las puertas a la normalización de relaciones de Israel con los países árabes, facilitó movilizarlos para apoyar este plan de paz.

Ya Hamas comenzó a fusilar palestinos; eso sí, nadie sale a la calle a protestar, para volver a consolidar su poder. Ya no tienen túneles para resguardarse, y ya no tienen financiación. Obviamente en Israel los sectores más radicales quieren anexar Cisjordania y colonizar de nuevo Gaza. Veremos en las próximas elecciones que pasa pues Netanyahu, el actual primer ministro, deja un país polarizado. Sin embargo, hasta Trump fue claro el respecto.

Ya Hamas comenzó a fusilar
Ya Hamas comenzó a fusilar palestinos; eso sí, nadie sale a la calle a protestar, para volver a consolidar su poder.

Tal y como Trump está haciendo con Europa, donde llevó a los países europeos a que financien su seguridad, es hora de que los demás países árabes se involucren en serio en la solución del problema, si es un problema, palestino. El plan de paz de Trump hoy tiene los aliados, con recursos, además, y crea las estructuras que pueden dar la garantía a Israel, algo que odia esa izquierda pro palestina en occidente, de que la creación de una nación palestina no es una amenaza. Eso sí, van a tener que invertir en unas fuerzas armadas que den garantía de seguridad a los palestinos y a Israel.

Falta mucho y aún hay mucho que decir sobre este nuevo momento en el medio oriente, pero hay algo que une estos hechos, el Nobel y la paz en Gaza, en la muestra más grande de geopolítica y de decencia que he visto en muchos años. Las respuestas de María Corina al comité del Nobel, “quien se merece este premio es el pueblo venezolano”, o a Trump en una llamada en la que, según él, le dijo: “lo acepto en su honor pues usted lo merecía”.

¿Se imaginan a Petro o a Sheinbaum en esa situación? Como para cortarse las venas. María Corina dio una lección de inteligencia emocional, de grandeza y de geopolítica que muestra lo que es ser un líder o en su defecto lo que es ser un, o una, canalla.