
Los indicadores de la nueva política exterior de los Estados Unidos afectan a las dictaduras del socialismo del siglo 21 que, bajo mando de Cuba, operan en Venezuela, Nicaragua y Bolivia. La extendida permanencia de estas dictaduras agrediendo a EEUU y a todas democracias de las Américas se puede explicar porque negocian con gobiernos y/o con componentes del poder económico. Hoy, estas dictaduras son crimen y no política, lo que plantea a los gobiernos democráticos elegir entre la libertad de los pueblos y su propia seguridad nacional o seguir los negocios con las dictaduras.
La dictadura de Cuba tiene más de 65 años y la de Venezuela más de 25 agrediendo permanente y sostenidamente a las democracias de las Américas. Permanecen detentando el poder violando los derechos humanos, ejerciendo terrorismo de Estados y cometiendo todo tipo de crímenes por la fuerza y la violencia. Abiertamente auto proclamadas antiimperialistas y enemigas de la democracia, han puesto y mantienen a la región en crisis con su agresión constante.
La dictadura de Cuba agrede la paz y seguridad del hemisferio y del mundo desde que tomó el poder. La crisis de los misiles de 1962, implementó y operó focos guerrilleros en toda la región, invadió y participó en guerras de agresión, actuó activamente como parte del bloque comunista contra la democracia, participó y protegió terrorismo internacional, se estableció como el primer narcoestado luego de calificar el “narcotráfico como un instrumento de lucha antimperialista”, desestabilizó con lucha armada todos los países de Latinoamérica desde 1959 hasta la disolución de la Unión Soviética en 1991. Cuando estaba a punto de extinguirse en 1999 llegó Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela y la rescató para su expansión.
En este siglo la agresión bajo mando de la dictadura de Cuba se ha puesto nombre político de socialismo del siglo 21 y usa la “guerra híbrida” para atacar a EEUU y a todas las democracias de la región con “narcotráfico, migración forzada, grupos criminales, crimen organizado, agitación publica o calentar la calle, golpes de estado, terrorismo, penetración electoral, asesinato de reputaciones, noticias falsas, magnicidios y asesinatos, ciberataques y más”. El objetivo es “debilitar y socavar la democracia, erosionar su poder, potencia y voluntad, con la ventaja de que el agresor puede evitar que le atribuyan el ataque”.
La democracia ha intentado toda forma de contención, apaciguamiento, tolerancia, aperturas y gestiones diplomáticas para que la dictadura de Cuba libere a su pueblo y avance en una transición a la democracia, pero el resultado ha sido siempre el engaño, el incremento de amenazas y de alianzas contra EEUU y las democracias como lo prueba la penetración de China, Rusia e Irán tanto en Cuba como en Venezuela, Nicaragua y Bolivia. También se han intentado sanciones, pero siempre insuficientes, nunca inhabilitantes, sujetas a la narrativa dictatorial y a intereses de grupos pro dictatoriales que con diverso tipo de argumentos operan libremente en democracia.
La dictadura de Cuba ha expandido su modelo y control a Venezuela, Nicaragua y Bolivia y opera en todos los países democráticos para tomar el poder por medio de violencia, conspiraciones o penetración electoral, y establecer “gobiernos para dictatoriales” que la sirvan como lo ha logrado en México con López Obrador/Sheinbaum, Colombia con Petro, Brasil con Lula, Honduras con Castro y parcialmente en Chile con Boric que señala el caso de Venezuela pero acompaña y calla en el caso de Cuba.
Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia son “narcoestados”. El primer narcoestado de la región fue Cuba con la alianza de Fidel Castro con el colombiano Pablo Escobar y el boliviano Roberto Suarez que terminó con Castro mandando a fusilar a sus subordinados.
Este año EEUU subió la recompensa -vigente- por la captura o información de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello a 25 millones de dólares cada uno y 15 millones por Vladimir Padrino López, por “conspiración de narcotráfico, conspiración de importación de cocaína, conspiración para usar y portar ametralladoras y dispositivos destructivos para promover delito de drogas”. Con este mismo régimen de Maduro, Cabello y Padrino en Venezuela, satélite que sostiene a la dictadura de Cuba, se hacen y se sostienen negocios como el petrolero y otros que contribuyen a la continuidad del sometimiento de los pueblos.
Por eso se vislumbró cambio cuando el Presidente Trump “revocó los permisos y exenciones que permitían a las empresas energéticas occidentales operar en Venezuela”, y más cuando anunció que “impondrá un arancel del 25% a todas las importaciones de cualquier país que compre petróleo o gas de Venezuela”, señalando que “ha sido muy hostil hacia EEUU y las libertades que defendemos”, acusándolos además de “enviar criminales a EEUU entre las que esta el Tren de Aragua”.
La alternativa está entre terminar la agresión por propia seguridad nacional o continuar haciendo negocios con el crimen organizado. NO hay punto intermedio.
*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy
www.carlossanchezberzain.com
Últimas Noticias
Colombia y los proyectos fallidos de China en América Latina
Desde la imperfecta represa Coca Codo Sinclair en Ecuador hasta un canal interoceánico que nunca arrancó en Nicaragua, Beijing tiene un nefasto récord de deuda trampa y proyectos catastróficos

¿Se reconciliarán Estados Unidos y Venezuela en el último momento?
El presidente Trump debe sopesar los intereses políticos, económicos y de seguridad estadounidenses y elegir el curso que mejor se adapte

El dilema de Cabello tras la huida de los refugiados de la embajada argentina en Caracas
La exitosa fuga de opositores desata tensiones en el círculo de poder del régimen
Trump en Medio Oriente: ¿nubarrones para la actual luna de miel con Israel?
El mandatario esperará el resultado del ingreso masivo de tropas israelíes a Gaza para intentar acabar con Hamas

Los grandes estarán por siempre
El ex presidente uruguayo José “Pepe” Mujica murió en Montevideo el pasado martes 13 de mayo a los 89 años
