
Cada año, el tercer domingo de junio se celebra en muchas partes del mundo el Día del padre con el fin de reconocer a los padres su dedicación y esfuerzo en la crianza de sus hijos. Desde mi punto de vista, precisar fechas como un recuerdo simbólico de una persona o un acontecimiento beneficia especialmente a aquellos que lo han olvidado o descuidado durante la vida cotidiana. No obstante, al mismo tiempo hay un peligro en hacerlo porque a menudo nos embarcamos tanto en rituales superficiales y celebraciones comerciales que se pierde la esencia de la conmemoración.
Sin embargo, honrar la paternidad es un concepto antiguo y es practicado en varias religiones y culturas. Por ejemplo, el islam - la religión que fue fundada en el siglo VII por el Santo Profeta Muhammad (la paz sea con él) y se basa en el Sagrado Corán - ha puesto gran énfasis en venerar a los padres y en establecer su importancia en la sociedad. En varios versículos del Sagrado Corán, se mantiene la secuencia de adorar a Dios e inmediatamente después se ordena actuar con bondad hacia los padres. De esta forma, se instaura la reverencia a los padres como un pilar esencial de la fe y como un acto imprescindible para vivir la espiritualidad. Por ejemplo, en los versículos 24 y 25 del Capítulo 17 se menciona:
“Tu Señor ha ordenado: “No adoréis a nadie sino a Él, y mostrad bondad a vuestros padres. Si uno o los dos alcanzan la ancianidad contigo, no les digas nunca ninguna palabra que exprese disgusto ni les reproches, más bien dirígete a ellos con palabras amables. Y haz descender sobre ellos el ala de la humildad y de la ternura. Di: “Señor mío, ten misericordia de ellos al igual que ellos me criaron en mi niñez”.
En estos versículos, se ordena honrar los sacrificios de los padres a través del cuidado de sus sentimientos, especialmente cuando llegan a la edad de la vejez. De este modo, es irrelevante si los padres practican el mismo credo o no, un musulmán siempre debe tratarlos con dignidad y afecto. Incluso, en el caso de que haya una diferencia de opinión o discusión, uno debe mantener igualmente el respeto hacia ellos y cumplir con sus deberes. Por todo esto, el profeta del islam declaró el comportamiento benévolo hacia los padres como una de las virtudes más deseadas de la fe.
Por otro lado, en relación con las responsabilidades de los padres, el profeta del islam recalcó con su propio ejemplo la importancia de expresar a los hijos el cariño y el amor. Una vez, el profeta, durante un acto público y en la presencia de sus discípulos, besó a un niño. Tras observar su gesto, un beduino árabe que estaba presente comunicó su inquietud y dijo que tenía varios hijos, pero nunca los había besado porque lo consideraba una falta de masculinidad. El profeta le contestó que su conducta no era una manifestación de masculinidad, sino que era la ausencia de empatía y misericordia en su corazón.
Además, el profeta enseñó a sus seguidores que es la tarea de los padres educar a sus hijos y cultivar valores en ellos. Rechazó categóricamente el uso de fuerza o medidas autoritarias para criarlos. Enfatizó en el hecho de predicarles con el propio ejemplo e inculcar los buenos modales en ellos con amabilidad y gentileza. Al mismo tiempo, declaró que, si un hombre tiene una hija y le da la misma educación que a su hijo, entonces Dios le otorgará como recompensa, dado a su trato equitativo con ellos, un estado muy elevado en el paraíso.
En resumen, la relación armónica entre los hijos y los padres no es solo primordial para complacer a Dios, sino también para acuñar una sociedad ideal e impecable. Conforme el islam, el honor al padre no se debe limitar a un día o una fecha, sino que se debe extender durante todo el año y toda la vida, e incluso tras su fallecimiento uno debe seguir rezando por su alma. Asimismo, no se restringe la paternidad a la figura biológica, sino que se la amplifica. Por ejemplo, se declara a los profetas padres de un pueblo o de la humanidad. Pero también, cada maestro, tanto espiritual como secular, o cualquier individuo que desempeña el rol de criar y educar a alguien es reconocido como “padre”. De esta manera, deseo a todos los padres de nuestra sociedad que tengan un feliz día rodeados de amor y de respeto.
*Marwan Gill es Imam (teólogo islámico) y Presidente de la Comunidad Musulmana Ahmadía en Argentina.
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