
Las conversaciones de paz para poner fin a la guerra en Ucrania enfrentan un obstáculo central: el Donbás, una región industrial del este de Ucrania que Rusia domina casi por completo pero que el presidente ucraniano Volodimir Zelensky rechaza ceder formalmente. Este territorio, escenario de combates durante más de una década, se ha convertido en el eje de las negociaciones que media Estados Unidos.
¿Qué es el Donbás y de dónde viene su nombre?
El Donbás, forma abreviada de Cuenca del Donets, es una vasta región minera e industrial del sureste de Europa. Su nombre proviene del río Donets, que recorre la zona. Esta cuenca carbonífera se localiza principalmente en el sureste de Ucrania, aunque una pequeña porción se extiende hasta la provincia de Rostov en el suroeste de Rusia.
La región abarca principalmente las provincias ucranianas de Donetsk y Luhansk, con una superficie aproximada de 52.000 kilómetros cuadrados, similar al tamaño de Costa Rica. El carbón fue hallado allí en 1721, pero su explotación no inició hasta comienzos del siglo XIX y cobró relevancia solo tras la llegada del primer ferrocarril al área en 1869.
El motor industrial de Ucrania

Históricamente, el Donbás fue el corazón industrial de la Unión Soviética. Para 1913, la región generaba el 87 por ciento del carbón y el 74 por ciento del hierro fundido del Imperio Ruso. Durante la era soviética, oleadas migratorias desde Rusia transformaron sus minas de carbón y acerías en el motor económico del país.
Antes de la invasión rusa de 2014, el Donbás aportaba aproximadamente el 15.7 por ciento del PIB de Ucrania y el 14.7 por ciento de su población, según el Centro para la Investigación Económica y Empresarial de Londres. La región concentraba las principales empresas industriales del país, incluyendo plantas metalúrgicas, carboníferas y químicas con mercados de exportación globales.

La zona posee además valor estratégico: tierras agrícolas productivas, ríos importantes y litoral en el Mar de Azov. La ciudad de Mariúpol, situada al sur de Donetsk, ha permitido a Rusia crear un corredor terrestre que conecta la frontera rusa con Crimea a través de la costa.
Una región de identidad compleja

El Donbás fue históricamente el territorio ucraniano con mayor influencia rusa, con una proporción significativa de hablantes de ruso. Durante la era soviética, numerosos trabajadores que llegaban a las ciudades industriales en crecimiento provenían de Rusia. El resultado fue que los centros urbanos del Donbás se transformaron en enclaves altamente rusificados rodeados por un territorio rural ucraniano.
Sus inclinaciones políticas frecuentemente apuntaban hacia Rusia: Viktor Yanukovych, el presidente pro-Kremlin destituido en 2014, nació en Donetsk y forjó allí su base de poder. Sin embargo, el conflicto separatista generó resentimiento hacia Moscú en las zonas del Donbás controladas por Ucrania. En las elecciones presidenciales de 2019, los votantes de esa región apoyaron a Zelensky por un margen considerable.
El inicio del conflicto en 2014
La región quedó sumergida en el conflicto en 2014 tras el derrocamiento de Yanukovych por protestas masivas y su huida del país. Después de la anexión de Crimea por Moscú, la inestabilidad se propagó por el este de Ucrania. Grupos armados respaldados por Rusia promovieron la creación de autoproclamadas “repúblicas populares” en Donetsk y Luhansk.
Durante casi ocho años, hasta comienzos de 2022, los enclaves separatistas experimentaron combates intermitentes a lo largo de un frente de 420 kilómetros que cruzaba zonas densamente pobladas. Más de 14.000 personas perdieron la vida, según cifras ucranianas. Los combates provocaron además un desplazamiento masivo: al menos 2 millones de ucranianos dejaron el Donbás entre 2014 y 2021, aunque más de 3 millones se quedaron y ahora residen bajo ocupación rusa.
La invasión a gran escala de 2022
En febrero de 2022, en vísperas de la invasión a gran escala, Putin “reconoció” la independencia de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Luhansk. Tres días más tarde, las tropas rusas ingresaron a Ucrania desde Crimea, Bielorrusia y el suroeste de Rusia. Putin justificó la invasión a gran escala, que él denominó “operación militar especial”, alegando falsamente que las fuerzas ucranianas perpetraban un genocidio contra los hablantes de ruso en el Donbás, una acusación que carece de evidencia.

Cuando Rusia fracasó en capturar Kiev durante los primeros meses de la guerra, reorientó su foco hacia “alcanzar el objetivo principal: la liberación del Donbás”.
En septiembre de 2022, Putin declaró la anexión ilegal de Donetsk, Luhansk, Kherson y Zaporizhzhia, pese a que sus fuerzas no dominaban completamente ninguna de estas regiones.
La situación actual
Hoy, Rusia domina aproximadamente el 88 por ciento de la región del Donbás: la totalidad de Luhansk y cerca del 75 por ciento de Donetsk, según mapas de fuentes abiertas del campo de batalla. La región de Luhansk se encuentra casi completamente bajo ocupación rusa tras más de una década de ofensivas militares.
No obstante, Ucrania mantiene varios bastiones clave en Donetsk, incluyendo las ciudades de Sloviansk, Kramatorsk y Kostiantynivka. Estas conforman el “cinturón de fortaleza” de Ucrania, una línea defensiva fortificada de 50 kilómetros que atraviesa el oeste de Donetsk. Kiev ha dedicado 11 años a reforzar esta red de fortificaciones, trincheras, campos minados y barreras antitanque. Aproximadamente 6.600 kilómetros cuadrados de la región de Donetsk permanecen bajo control ucraniano, donde todavía residen más de 250.000 civiles.
El punto muerto en las negociaciones

Según fuentes con conocimiento de las conversaciones de paz, Putin ha demandado que las fuerzas ucranianas se retiren de Donetsk y Luhansk a cambio de congelar el frente en el resto de la línea. Las propuestas contemplan el reconocimiento de Crimea, Donetsk y Luhansk como territorio ruso de facto, con una “zona desmilitarizada neutral” en las áreas de Donetsk que Ucrania controla actualmente.
Zelensky ha rechazado sistemáticamente ceder cualquier territorio bajo control de Kiev. Señala que la Constitución ucraniana, adoptada en 1996, establece que el territorio del país es “indivisible e inviolable”. También advierte que abandonar el Donbás, con su cadena de ciudades fortificadas, proporcionaría a Rusia una plataforma para lanzar incursiones más profundas hacia el centro de Ucrania.
Aproximadamente el 75 por ciento de los ucranianos rechazan ceder formalmente cualquier territorio a Rusia, según encuestas del Instituto Internacional de Sociología de Kiev. “No se trata de territorios”, , explicó a NBC News la activista Ivanna Skyba. “Se trata de nuestra gente, nuestros valores, nuestra forma de vida”.
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