
El miércoles, Irán liberó el barco petrolero Talara, de bandera de las Islas Marshall, junto a sus 21 tripulantes, tras haberlo retenido desde el viernes anterior mientras transitaba el estratégico estrecho de Ormuz.
La operadora Columbia Shipmanagement, con sede en Chipre, informó que la tripulación permaneció a salvo y logró comunicarse con sus familias. La empresa notificó que el Talara recibió una autorización para reanudar sus operaciones y destacó que las autoridades iraníes no presentaron cargos ni contra el buque, ni contra sus marinos, ni contra el armador.
Además, plataformas de monitoreo marítimo confirmaron que la nave había partido desde Ajman, en Emiratos Árabes Unidos, hacia Singapur, cuando fue interceptada.
El viernes de la retención, la Guardia Revolucionaria de Irán abordó el Talara, aproximadamente a 32 kilómetros náuticas de la ciudad emiratí de Khor Fakkan.
La radio del barco cesó sus transmisiones tras el abordaje y poco después la nave fue trasladada a aguas iraníes. Posteriormente, autoridades mencionaron supuestas “infracciones”, sin precisar detalles ni sobre la carga ni sobre el procedimiento.
Este incidente fue la primera captura de un buque por parte de Irán en varios meses, conforme a la agencia AP. Desde la reanudación de las hostilidades entre Irán e Israel en junio, la vigilancia sobre el transporte marítimo en la región se ha intensificado por advertencias relacionadas con el programa nuclear iraní y la inestabilidad geopolítica en Oriente Medio.

La zona marítima continúa marcada por retenciones y abordajes de buques internacionales. Irán ejecuta capturas frecuentes de naves extranjeras, muchas veces bajo acusaciones de tráfico ilegal de combustible.
Sin embargo, en septiembre, fuerzas iraníes interceptaron cinco embarcaciones y dos vehículos en el Golfo con este argumento; en agosto, capturaron el petrolero Phoenix y detuvieron a sus 17 tripulantes, sospechados de traficar diésel, según la agencia EFE.
El Talara transportaba gasóleo desde el Golfo Pérsico hacia el Sudeste Asiático, una ruta habitualmente bajo control de la marina iraní. Este episodio se suma a antecedentes recientes como la retención de dos petroleros griegos en 2022 y el abordaje del MSC Aries, de bandera portuguesa, en abril de 2024. Estas acciones forman parte de una política regional iraní de presión y disuasión sobre rutas petroleras.

La relevancia del estrecho de Ormuz aumenta el impacto de cada incidente. Por este corredor circula cerca del 20% del crudo mundial. La vulnerabilidad del sector preocupa a la industria naviera internacional, que sigue los movimientos de Teherán y de actores como la Armada de Estados Unidos, la cual en los últimos años atribuyó a Irán ataques a buques con minas y drones en las inmediaciones.
(Con información de EFE y AP)
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