Una nueva alerta por drones obligó a cerrar un aeropuerto en Dinamarca

Las interrupciones en el país nórdico se suman a una serie de avistamientos no identificados en Bélgica, Francia y Suecia que han paralizado vuelos y sobrevolado infraestructuras críticas. Las autoridades europeas señalan a Rusia

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Vehículos aparcados en el Aeropuerto
Vehículos aparcados en el Aeropuerto de Aalborg, Dinamarca, durante el cierre del espacio aéreo por la presencia de drones no autorizados. Ritzau Scanpix/Bo Amstrup/via REUTERS

El aeropuerto de Aalborg, en el norte de Dinamarca, cerró durante casi dos horas el domingo por la noche tras detectarse la presencia de drones, informaron las autoridades aeroportuarias el lunes, en el marco de una multiplicación de este tipo de sobrevuelos no identificados y sospechosos en varios países europeos, incidentes que han llevado a líderes occidentales a señalar a Rusia.

Cuatro vuelos se vieron afectados durante el cierre, que se extendió entre las 21:30 (20:30 GMT) y las 23:15 (22:15 GMT) del domingo, detalló a la AFP Jan Eliassen, portavoz de Naviair, la empresa encargada del control aéreo en Dinamarca.

La multiplicación de estos sobrevuelos, cuyo origen sigue siendo desconocido, preocupa a las autoridades danesas. Hace casi dos meses, incidentes similares en el país nórdico llevaron a prohibir los vuelos de drones civiles durante una semana para garantizar la seguridad de las cumbres europeas celebradas a principios de octubre.

Los vuelos de drones no identificados en Dinamarca comenzaron a finales de septiembre, pocos días después de que el gobierno anunciara por primera vez la adquisición de armas de precisión de largo alcance, citando la amenaza que representa Rusia “para los próximos años”. Los investigadores daneses no han logrado hasta ahora identificar a los responsables, pero la primera ministra Mette Frederiksen ha apuntado directamente a Moscú.

La primera ministra danesa Mette
La primera ministra danesa Mette Frederiksen. (Kirsty Wigglesworth/REUTERS)

El incidente en Aalborg no es un caso aislado, sino parte de un patrón que se extiende por el continente, generando interrupciones en el transporte, investigaciones criminales y un intenso debate sobre la seguridad en lo que los analistas denominan una “guerra híbrida”.

Preocupación y sospechas en Bélgica y Francia

En Bélgica, una serie de avistamientos en bases militares, un aeropuerto e incluso una central nuclear ha tensado los nervios y alimentado los temores de que el país esté siendo blanco de Rusia. Los fiscales federales belgas han confirmado que investigan 17 incidentes.

Aunque las autoridades se muestran cautas a la hora de atribuir responsabilidades, la frecuencia y sofisticación de los vuelos han generado fuertes sospechas de que hay profesionales involucrados. “A menudo es difícil distinguir si se trata de un piloto de drones local que infringe las normas o de un intento de desestabilización por parte de un actor estatal”, reconocieron los fiscales.

Un avión aterriza cerca de
Un avión aterriza cerca de un cartel de "Zona Prohibida para Drones" en el aeropuerto de Bruselas, el día en que se celebró una reunión de emergencia por los avistamientos de drones que obligaron a cerrar el aeropuerto. (REUTERS/Yves Herman)

El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, fue más directo la semana pasada, vinculando los vuelos no autorizados con la decisión de la Unión Europea de debatir un nuevo préstamo de 140.000 millones de euros (162.000 millones de dólares) para Ucrania, financiado con activos del banco central ruso congelados en Bélgica. “Esta es una medida diseñada para crear incertidumbre y miedo en Bélgica: ‘no se atrevan a tocar los activos’. No hay otra forma de interpretarlo”, afirmó Pistorius.

Mientras tanto, en Francia, la policía abrió una investigación la semana pasada después de que un dron no identificado fuera avistado sobre una comisaría y un tren que transportaba tanques de batalla Leclerc en la ciudad de Mulhouse, cerca de la frontera alemana. Este incidente se produjo días después de que otro dron no autorizado sobrevolara una fábrica de pólvora en el suroeste de Francia.

Interrupciones generalizadas

Vehículos policiales frente al Aeropuerto
Vehículos policiales frente al Aeropuerto de Gotemburgo-Landvetter, cuyo espacio aéreo fue cerrado temporalmente tras reportarse drones no autorizados en los alrededores. TT News Agency/Adam Ihse via REUTERS

Los cierres de aeropuertos se han vuelto una consecuencia recurrente. A principios de noviembre, el tráfico aéreo se detuvo durante varias horas en el aeropuerto de Landvetter, en Gotemburgo (Suecia), tras un avistamiento de drones, lo que provocó cancelaciones y desvíos de vuelos. Esa interrupción se produjo poco después de que avistamientos similares en el aeropuerto de Bruselas, el más grande de Bélgica, obligaran a suspender unos 80 vuelos.

Ante esta creciente amenaza, los aliados de la OTAN han enviado equipos y equipamiento a Bélgica y Dinamarca para ayudar a contrarrestar los drones. El ministro de Defensa belga, Theo Francken, está impulsando una partida inicial de 50 millones de euros para defensas antidrones.

Los expertos señalan que los drones son una forma de bajo costo y efectiva de inquietar a un adversario. “Los sobrevuelos específicos de drones casi siempre tratan de inquietar a la población y, por lo tanto, de desestabilizar un país. Además, se utilizan para observar lo bien preparado y equipado que está tu oponente”, explicó a la AFP Manuel Atug, un experto en seguridad que forma parte de un grupo de trabajo alemán sobre infraestructura crítica.

Sin embargo, la defensa contra estas incursiones es un desafío complejo. Las autoridades se enfrentan a la dificultad de identificar y contrarrestar objetos que pueden ser lanzados con poca antelación desde casi cualquier lugar. Ulrike Franke, experta del European Council on Foreign Relations, señaló que si bien los avistamientos de drones no son nuevos, la naturaleza actual es más preocupante. “No obstante, es cierto que actualmente tenemos más avistamientos, especialmente de drones más grandes y sobre infraestructuras”, afirmó.

Refuerzo de defensas en el flanco Este

La respuesta aliada a esta amenaza se está materializando con el despliegue de tecnología antidrones. Polonia, vecina de Ucrania, confirmó la recepción y despliegue de sistemas antidrones estadounidenses Merops para proteger el flanco este de la OTAN. El ministro de Defensa polaco, Władysław Kosiniak-Kamysz, declaró que estos sistemas “mejorarán las capacidades nacionales para detectar y neutralizar drones”. El Merops, un sistema modular que utiliza radares, cámaras e inteligencia artificial para detectar amenazas, puede interferir en las señales de los drones o enviar interceptores para neutralizarlos físicamente. El coronel estadounidense Mark McLellan destacó su ventaja de coste: “es mucho más económico que enviar un avión de combate F-35 para derribar (los drones) con un misil”. Estos sistemas, utilizados en Ucrania y desplegados también en Rumanía, llegarán próximamente a Dinamarca.

La Unión Europea también trabaja para establecer una red de defensas, pero es probable que estos sistemas se centren inicialmente en los estados de su frontera oriental y tarden años en estar operativos. Mientras tanto, países como Dinamarca, Bélgica, Suecia y Francia se ven obligados a lidiar con una amenaza escurridiza que, por ahora, parece decidida a mantenerlos en vilo.