
El Titanic, símbolo de lujo y tragedia, sigue cautivando la imaginación colectiva más de un siglo después de su hundimiento. La riqueza de sus pasajeros y la magnitud del desastre han convertido a los objetos históricos rescatados del transatlántico en piezas codiciadas, tanto por su valor como por el contexto que los rodea. A lo largo de los años, numerosas pertenencias recuperadas de las profundidades han sido exhibidas en museos o adquiridas por coleccionistas, alcanzando precios extraordinarios en subastas internacionales.
Con este panorama, un reloj de oro detenido a las 2:20 de la madrugada, hora aproximada en que el Titanic desapareció bajo las aguas, se prepara para salir a subasta. Según especialistas, hay expectativas de que la puja supere el millón de dólares.
La pieza, que será ofrecida al mejor postor en Devizes, Wiltshire, el 22 de noviembre, destaca no solo por su rareza y estado de conservación, sino también por el momento histórico que encapsula: la hora en que el barco se hundió el 15 de abril de 1912. Junto al reloj, se incluirán otros objetos emblemáticos, como una carta manuscrita a bordo del Titanic, lo que ha generado gran expectativa entre coleccionistas y entusiastas de la historia marítima.

Historia del reloj de oro y su legado familiar
El reloj de oro de 18 quilates, fabricado por Jules Jurgensen y grabado con las iniciales IS, perteneció a Isidor Straus, uno de los pasajeros más acaudalados del Titanic y cofundador de los grandes almacenes Macy’s en Estados Unidos. La pieza fue recuperada del cuerpo de Straus días después del naufragio y devuelta a su hijo Jesse, junto con otros efectos personales.
Desde entonces, el accesorio ha permanecido en la familia, pasando de generación en generación hasta llegar a Kenneth Hollister Straus, bisnieto del primer dueño. Él mismo decidió restaurar su mecanismo y ponerlo a la venta a través de la casa de subastas Henry Aldridge & Son.
La historia personal de Isidor e Ida Straus ha quedado grabada en la memoria colectiva, en parte gracias a su representación en la película de James Cameron de 1997. La pareja, que llevaba 41 años de matrimonio y tenía seis hijos, fue retratada como los ancianos que se abrazaban en su camarote durante el hundimiento. La noche de la tragedia, Ida rechazó un lugar en un bote salvavidas para no separarse de su esposo, manifestando su deseo de permanecer a su lado hasta el final.

El reloj, considerado una de las posesiones más preciadas de Isidor, se cree que fue un regalo de su esposa en 1888, con motivo de su cuadragésimo tercer cumpleaños y el año en que él y su hermano Nathan se convirtieron en socios plenos de Macy’s. La fecha de febrero inscrita en la pieza corresponde a ese aniversario.
La carta de Ida Straus y otros objetos destacados en la subasta
Entre los objetos que acompañarán al reloj en la subasta se encuentra una carta manuscrita por Ida Straus a bordo del Titanic, poco después de zarpar de Southampton el 10 de abril de 1912. El documento, escrito en papel con membrete del transatlántico y dirigido a un amigo de la familia, ofrece un testimonio directo del lujo y la grandeza de la embarcación.
En la misiva, Ida describió: “¡Qué barco! Tan enorme y tan magníficamente decorado. Nuestras habitaciones están amuebladas con el mejor gusto y el mayor lujo”. La carta también menciona el incidente con el SS New York, cuando el Titanic estuvo a punto de colisionar al salir de Southampton, y lleva el matasellos “Transatlantic 7”, lo que indica que fue franqueada a bordo antes de ser retirada en Queenstown, Irlanda.

Este documento, que fue enmarcado y colgado en la oficina de Kenneth Hollister Straus en Macy’s, nunca había sido exhibido públicamente. Se espera que alcance los 200.000 dólares en la subasta, dada su autenticidad y el contexto en que fue escrita.
El subastador, Andrew Aldridge, ha subrayado la relevancia de los Straus en la sociedad de la época y su trágico destino, señalando que, pese a las probabilidades de salvarse, ambos decidieron permanecer juntos hasta el final.
Aldridge también recordó que Isidor Straus rechazó un lugar en un bote salvavidas porque aún quedaban mujeres y niños a bordo, mientras que la criada de Ida fue ayudada a subir a un bote y recibió el abrigo de piel de su jefa para protegerse del frío. Un testimonio recogido por la subasta sostiene que la pareja fue vista por última vez sentada en la cubierta, abrazada.

La subasta del reloj y la carta forma parte de una larga lista de ventas de objetos emblemáticos del Titanic que han captado la atención mundial. El año pasado, un reloj de bolsillo de oro entregado al capitán del Carpathia (el barco que rescató a más de setecientos supervivientes) se vendió por dos millones de dólares.
En 2013, el violín que tocó el director de orquesta Wallace Hartley durante el hundimiento alcanzó casi un millón y medio, y el reloj de bolsillo de oro de John Jacob Astor, otro de los pasajeros más ricos, se subastó recientemente por más de un millón de dólares.
Estas cifras reflejan el interés sostenido por los objetos vinculados al Titanic y el valor simbólico que adquieren con el paso del tiempo. La venta de los objetos pertenecientes a los Straus está prevista para el 22 de noviembre, y todo apunta a que el reloj de oro podría convertirse en una de las piezas más valiosas jamás ofrecidas en una subasta relacionada con el Titanic.
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