Japón redefine su política de defensa ante amenazas regionales y despierta de su “letargo pacifista”

El país asiático abandona décadas de pasividad militar, incrementando su presupuesto y capacidades armamentísticas, en respuesta a la presión internacional y el respaldo político interno, según análisis de The Washington Post

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ARCHIVO: un soldado de la
ARCHIVO: un soldado de la Fuerza Terrestre de Autodefensa de Japón (JGSDF) participa en una demostración militar frente a un V-22 Osprey durante el Simposio de Líderes Anfibios del Pacífico 2022 (PALS22) en la base de la JGSDF en Kisarazu, al este de Tokio, Japón, el 16 de junio de 2022 (Reuters)

El giro de Japón hacia una política de defensa más activa marca el fin de una era de pasividad impuesta tras la Segunda Guerra Mundial. Para el Consejo Editorial de The Washington Post, este cambio representa una “revolución silenciosa” que redefine el papel del país en la seguridad regional. El editorial sostuvo -titulado Finalmente, Japón despierta de su letargo pacifista- que “Japón ha experimentado una revolución silenciosa. El país está aumentando drásticamente el gasto en defensa y mantiene un debate sólido sobre si enmendar la ‘cláusula pacifista’ de su constitución”.

La reciente incertidumbre política sobre quién asumirá el cargo de primer ministro, con Sanae Takaichi del Partido Liberal Democrático como favorita para convertirse en la primera mujer en liderar el país, no ha frenado el avance de esta transformación. Según los autores, “la buena noticia es que la política desordenada no impedirá que la rica isla haga más para defenderse”. Incluso con la posibilidad de que la oposición, fragmentada, logre una alternativa, el análisis del periódico subrayó que el rumbo hacia una mayor capacidad militar cuenta con un amplio respaldo político y social: “La mayoría de los partidos políticos del país, siguiendo la opinión pública, apoyan en términos generales el cambio de una autodefensa tímida a una disuasión más activa”.

El editorial recordó que durante décadas la constitución impuesta por Estados Unidos limitó las capacidades militares japonesas y mantuvo bajo el gasto en defensa. Sin embargo, la presión de la administración de Donald Trump y el contexto internacional han acelerado el cambio.

Trump, quien visitará Japón próximamente, criticó en varias ocasiones el tratado de seguridad bilateral por considerarlo “unilateral”. Los autores afirmaron que el expresidente “puede atribuirse parte del mérito por la decisión de Japón en diciembre de 2022 de duplicar su gasto en defensa hasta el 2 % de su producto interno bruto para 2027”. Actualmente, el gasto ya alcanza el 1,8 % del PIB, “el nivel más alto desde la década de 1960”, según el análisis de The Washington Post.

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ARCHIVO: miembros de la 1.ª Brigada Aerotransportada de la Fuerza Terrestre de Autodefensa de Japón participa en un ejercicio militar conjunto de Año Nuevo entre Japón, Estados Unidos, Reino Unido y Australia en el campo de entrenamiento de Narashino, en Funabashi, al este de Tokio, Japón, el 8 de enero de 2023 (Reuters)

A pesar de estos avances, el editorial consideró que Japón aún tiene margen para fortalecer su postura ante la creciente asertividad militar de China en el Pacífico. La segunda administración Trump ha solicitado a Tokio que eleve el gasto hasta el 3,5 % del PIB, equiparándolo con el compromiso central de defensa de la OTAN.

El Consejo Editorial detalló que Japón “busca adquirir más misiles de precisión de largo alcance, desarrollar capacidades de contraataque y desplegar más drones y satélites de rastreo”. Además, las élites japonesas, inspiradas en el modelo de Corea del Sur, aspiran a expandir la industria armamentística nacional y convertir al país en un exportador relevante.

El impacto de la invasión rusa a Ucrania y las incursiones chinas en las aguas cercanas a las islas Senkaku, administradas por Japón, han servido de alerta. El editorial enfatizó que “la principal discrepancia política no es sobre el nuevo gasto militar, sino sobre cómo financiarlo”.

El Partido Liberal Democrático propone una combinación de aumentos de impuestos y emisión de bonos, mientras que el opositor Partido Democrático para el Pueblo prefiere reasignar fondos de programas internos sin subir impuestos.

Las advertencias de China y Corea del Norte han reforzado la convicción de los autores sobre la necesidad de este fortalecimiento. China advirtió recientemente a Japón contra la compra de armas “que exceden con creces lo requerido para su política exclusivamente defensiva”, mientras que Corea del Norte acusó a Japón de “temeridad militar”. Para el Consejo Editorial, “las quejas de estos adversarios subrayan por qué es tan esencial que Japón se refuerce”.

El editorial concluyó que la alianza de seguridad entre Estados Unidos y Japón ha sido “la piedra angular de la estabilidad regional durante décadas”, y que los estadounidenses “tienen motivos para ser optimistas porque otro aliado más ha dado un paso al frente”.