
Egipto responsabilizó este viernes a Etiopía por el aumento de las aguas del río Nilo y las inundaciones que afectaron esta semana a las provincias de Beheira y Menoufia, en el norte del país. El gobierno egipcio sostiene que los niveles inusualmente altos se deben a la mala gestión de la Gran Presa del Renacimiento (GERD), inaugurada recientemente en territorio etíope.
Las crecidas han sumergido tierras de cultivo e inundado casas en aldeas, muchas de ellas construidas ilegalmente sobre depósitos de limo y sedimentos en los canales del delta. Videos difundidos en redes sociales muestran a residentes de Menoufia caminando entre aguas hasta la cintura y viviendas parcialmente sumergidas. En Ashmoun, las autoridades locales urgieron a agricultores y familias a evacuar sus tierras y hogares. De momento, se desconoce el alcance de los daños. Las autoridades en Menoufia no han ofrecido comentarios ni información oficial sobre las afectaciones.
Etiopía inauguró este mes la GERD, la mayor del continente africano, construida sobre el Nilo Azul, cerca de la frontera con Sudán. Con un costo de casi 5.000 millones de dólares, el proyecto busca duplicar la capacidad de generación eléctrica del país. Sin embargo, Egipto y Sudán denuncian que la obra viola acuerdos históricos de reparto de los recursos hídricos del Nilo.

El Ministerio de Recursos Hídricos y Riego de Egipto aseguró en un comunicado que estaba “monitoreando de cerca los acontecimientos” y calificó las decisiones de Etiopía como “medidas unilaterales imprudentes” en la gestión de una presa “ilegal, que viola el derecho internacional”.
El viernes, el Ministerio destacó que la decisión de Etiopía representa una “amenaza directa para las vidas y la seguridad de los pueblos de los países aguas abajo”, se lee en la declaración.
Por su parte, el gobierno etíope rechaza las acusaciones y afirma que no es responsable de las inundaciones. Asegura que la presa ha servido, en realidad, para “reducir el efecto catastrófico” que las crecidas habrían provocado en la región.
Las inundaciones también golpearon a Sudán, país devastado por la guerra y fronterizo con Egipto y Etiopía. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informó que alrededor de 100 hogares en Jartum quedaron bajo el agua, obligando a decenas de familias a evacuar.
Ante la emergencia, Egipto anunció que se vio obligado a liberar agua de la presa de Asuán, en el sur del país, incapaz de contener los volúmenes que llegaban desde Etiopía, a más de 2.000 kilómetros de distancia.
Las presas cumplen una doble función: pueden prevenir inundaciones al retener el exceso de agua en épocas de crecida y liberarla de forma gradual para proteger a las poblaciones río abajo; pero también pueden provocarlas si las lluvias superan la capacidad del embalse, si se libera demasiada agua en poco tiempo por una mala gestión, o en casos extremos, si sufren fallos estructurales que obligan a descargas repentinas con efectos devastadores.
(Con información de AP)
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