La isla de Gotland, esa franja rocosa que emerge del mar Báltico como una cuña entre nubes y olas, ha vuelto a ocupar un lugar central en el tablero militar europeo. Esta semana, las fuerzas suecas y polacas participan en el ejercicio Gotland Sentry, una maniobra destinada a ensayar la defensa rápida de la isla frente a escenarios hostiles, y que, según oficiales suecos y polacos, pone en evidencia su papel decisivo para el control del Báltico.
“Es básicamente como un enorme portaaviones en medio del Báltico”, dijo el intendente Oscar Hannus, de la Armada sueca, mientras posaba junto a uno de los sistemas de misiles RBS-15 desplegados para repeler ataques marítimos. Ese símil —portaaviones sin cubierta de vuelo— resume la idea: Gotland proyecta poder y dominio sobre rutas marítimas vitales.
El módulo de Hannus forma parte de un contingente que incluye paracaidistas y fuerzas de misiles costeros polacos. El objetivo del ejercicio es probar los planes suecos y de la OTAN para desplegar fuerzas conjuntas terrestres, navales y aéreas en una defensa exprés de la isla. Gotland no es un apéndice estratégico: es el punto nodal del ajedrez militar báltico.
Según Ewa Skoog Haslum, jefa de Operaciones Conjuntas de la marina sueca en el campo de tiro de Tofta (Gotland), desde la isla se pueden operar sistemas de misiles de largo alcance que defienden a aliados y paralelamente disuaden ataques rusos. Su ubicación permite cortar o proteger rutas marítimas de suministro, fundamentales para el bienestar económico y militar de los estados bálticos.
Gotland está situada a unos 300 kilómetros del enclave ruso de Kaliningrado, sede de la Flota Báltica. En ese radio, el control del mar y del aire se vuelve crítico. Si la OTAN necesita enviar tropas y equipos al Báltico oriental, Gotland será plataforma logística y militar decisiva. El vicealmirante polaco Krzysztof Jaworski lo resume: con misiles emplazados allí, “puedes asegurar casi todo el Báltico”.
Suecia había mantenido a Gotland en un estado de neutralidad militar tras la Guerra Fría. Pero desde 2018 reactivó allí un regimiento del ejército, instaló baterías antiaéreas y mejoró infraestructura militar. Su ingreso a la OTAN en marzo de 2024 elevó la apuesta: Gotland aspirará a formar parte del paraguas de defensa colectiva de la alianza.
Gotland no es nueva en estos escenarios estratégicos. Durante la Guerra Fría, su posición fue considerada vital, y con la escalada de tensiones tras la invasión rusa de Ucrania en 2022 su valor volvió a subir. También en ejercicios pasados —como Aurora 2023— Gotland fue eje central del simulacro para reforzar defensas en la zona báltica.
Aunque Gotland tiene solo 3.160 km² y unos 61.000 habitantes, su silueta estratégica domina la mitad del mar interior. Sus costas, rutas marítimas submarinas y proximidad a corrientes navales la hacen idónea como puesto de observación, control de tráfico naval y punto de lanzamiento de misiles de largo alcance. Algunas voces califican al Báltico como “un lago de la OTAN” si Gotland se mantiene bajo control aliado.
El ejercicio Gotland Sentry es también simbólico: es la primera maniobra bilateral de este tipo entre Polonia y Suecia. Es un short-notice exercise (SNEX) que pretende comprobar la capacidad de desplegar fuerzas en plazos muy breves. Polonia y Suecia firmaron recientemente un acuerdo para cooperación en defensa en el mar Báltico.
Pero el contexto es más amplio. En días recientes, Rusia violó el espacio aéreo de Estonia con tres aviones MiG-31, sin plan de vuelo y con transponders apagados, provocando la intervención de jets F-35 de la OTAN. Esta provocación no es aislada: es parte de un patrón que tensiona la capacidad de respuesta aliada en el Báltico. Si el aire se vulnera con facilidad, la defensa de las rutas marítimas, además de aérea, deberá ser fulgurante.
La geografía refuerza la presión: entre Rusia y los estados bálticos, los corredores terrestres son vulnerables. El llamado Corredor de Suwałki, entre Polonia y Lituania, es una de las pocas vías terrestres que conecta los países bálticos con la Europa continental. Si Moscú logra bloqueos en tierra, la alternativa será el mar, y ahí Gotland puede marcar la diferencia.
Además, Rusia mantiene una presencia militar intensiva en Kaliningrado: misiles, submarinos, aviones. Controlar o amenazar Gotland es una forma de proyectar influencia hacia el centro del Báltico y aislar a los estados costeros.
Los riesgos son evidentes. Si Gotland cayera en manos hostiles, el balance estratégico cambiaría: rutas de suministro cerradas, bloqueo naval, dominio del espacio marítimo y aéreo sobre países estratégicos. Por eso, para Suecia y para la OTAN la defensa de la isla no es una opción secundaria: es una garantía de integridad estratégica.
El despliegue de misiles costeros en Gotland ya no es futurista: es real. Su arsenal actual incluye sistemas RBS-15 (usuario sueco) capaces de neutralizar objetivos navales a larga distancia. Esa capacidad convierte a Gotland en plataforma ofensiva y defensiva al mismo tiempo. (El propio Hannus lo simboliza frente a esas baterías).
El mensaje político detrás de Gotland Sentry es claro: Suecia, ya dentro de la OTAN, no solo aporta geografía, sino voluntad combativa. Y Polonia, con experiencia militar por su cercanía a Rusia y posición en la frontera oriental, consolida una pieza clave de disuasión. Si la OTAN quiere credibilidad en el Báltico, sus miembros deben actuar con cohesión, rapidez y determinación.
El futuro se escribe —también— desde esas rocas que emergen entre corrientes frías. Gotland puede parecer una isla turística de playas suaves, pero en el tablero militar europeo es una pieza inquietante y decisiva. El mundo observa. El Báltico espera.
Últimas Noticias
Haití pidió ante la ONU respaldo internacional a la iniciativa de Estados Unidos y Panamá contra las pandillas
El presidente de transición, Laurent Saint-Cyr, instó a apoyar la propuesta que busca enfrentar con eficacia la violencia que azota al país caribeño
Trump ofreció a Erdogan acceso a los cazas F-35 a cambio de que Turquía deje de comprar petróleo ruso
El presidente estadounidense ofreció a su par turco el levantamiento “casi inmediato” de las restricciones impuestas en 2020 por la adquisición del sistema de defensa ruso S-400
Cómo es Jimbōchō, el barrio japonés que fue elegido como el más cool del planeta
La reconocida guía Time Out sitúa a un emblemático distrito de Tokio en el primer puesto de su listado anual, destacando su ambiente único y su vibrante oferta cultural y gastronómica

Seychelles: el país más pequeño de África elegirá presidente en medio de una crisis por el alto consumo de heroína
Las peores estimaciones indican que 6.000 de las 120 mil personas que viven en el archipiélago utilizan esa droga. El presidente Wavel Ramkalawan busca la reelección después de su primer período
