Putin extorsiona a los familiares de prisioneros ucranianos para que se conviertan en espías prorrusos

El reclutamiento se produce casi siempre a través de canales de Telegram, la plataforma de mensajería, información y anuncios preferida en ambos países

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Un militar ruso luce un
Un militar ruso luce un parche con la imagen del presidente ruso Vladimir Putin. REUTERS/Stringer

Prácticamente a diario, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) anuncia detenciones de ciudadanos ucranianos reclutados por Rusia para perpetrar, a cambio de dinero, asesinatos, ataques y actos de sabotaje contra centros de registro militar, vehículos del ejército o infraestructuras clave dentro del país invadido.

El reclutamiento se produce casi siempre a través de canales de Telegram, la plataforma de mensajería, información y anuncios preferida en ambos países, en la que Rusia busca, y a menudo encuentra, a sus colaboradores y potenciales sicarios entre ciertas categorías específicas de ciudadanos ucranianos.

Según explica a EFE un funcionario de la división regional de Kiev del servicio secreto ucraniano, uno de los blancos predilectos de estas campañas rusas son los familiares de los prisioneros de guerra que permanecen cautivos en Rusia tras ser apresados en combate.

“Les ofrecen mejores condiciones en cautividad para sus maridos, hijos o familiares”, relata.

Más del 90 % de los prisioneros de guerra ucranianos que son liberados en intercambios dicen haber sufrido malos tratos y humillaciones sistemáticas en cautiverio ruso.

Muchos han sido privados además del acceso a alimentos, como demuestran las fotografías de prisioneros liberados esqueléticos que han perdido decenas de kilos durante el cautiverio.

“Es una situación muy angustiosa”, dice el integrante del servicio secreto, que no revela su nombre, sobre el factor que lleva a algunos a aceptar la oferta de los servicios secretos rusos.

Reclutas rusos llamados a filas
Reclutas rusos llamados a filas para el servicio militar durante una ceremonia antes de su partida hacia las guarniciones, en Bataysk en la región de Rostov, Rusia. REUTERS/Sergey Pivovarov

Adolescentes y desempleados

Otra forma de identificar brazos ejecutores en territorio enemigo son los mensajes en redes sociales que piden que termine la guerra o formulan críticas a las autoridades militares y civiles ucranianas.

“Utilizan el momento en que la persona expresa su opinión negativa sobre la situación en Ucrania”, dice el funcionario del SBU.

El interés económico es, sin embargo, el principal factor que empuja a los colaboradores ucranianos a actuar en beneficio del enemigo, lo que lleva a los servicios secretos rusos a publicar sus reclamos camuflados entre los que ofrecen trabajos legales en canales de anuncios clasificados.

Debido a su mayor propensión a asumir riesgos y al castigo reducido que recibirán si son detenidos, los varones menores de edad son un perfil habitual entre los reclutados.

Según el SBU, un 22 % de los reclutados apresados son menores de edad.

Reclutas rusos llamados a filas
Reclutas rusos llamados a filas para el servicio militar antes de partir hacia las guarniciones desde un centro de reclutamiento, en medio del actual conflicto entre Rusia y Ucrania, en Bataysk, región de Rostov, Rusia . REUTERS/Sergey Pivovarov

Un caso paradigmático

Nacido hace dieciocho años en Mariúpol, ahora ocupada por los rusos, Maksim estudió en la región de Sumi del noreste de Ucrania y vivía desde el año pasado en Kiev de trabajos esporádicos que encontraba casi siempre en Telegram.

Fue precisamente buscando trabajo cómo se cruzó, cuando aún era menor, con los servicios secretos rusos.

Agobiado por las urgencias económicas, aceptó hacer lo que le proponían. “Estaba pasando por un momento complicado y no me salían trabajos”, dice a EFE.

En un primer momento le encargaron incendiar vehículos militares a cambio de dinero, una de las tareas más habituales que los servicios secretos rusos asignan a sus nuevos colaboradores.

Maksim fue detenido por llevar a cabo estas acciones y puesto en libertad condicional, una circunstancia que aprovechó para volver a contactar con los rusos y aceptar un nuevo encargo aún más peligroso.

Según se explica en un comunicado publicado por el SBU en mayo de este año, Maskim fue detenido entonces cuando se dirigía con la mochila explosiva que le había hecho llegar otro agente ruso al centro de registro militar en el que le habían ordenado colocarla a cambio de una suma mayor de dinero.

De no haber sido detenido, dice el SBU, Maksim no habría llegado a la mayoría de edad.

Los servicios secretos rusos planeaban activar de forma remota la mochila cuando la estaba colocando en el lugar en el que había de producirse la explosión.

Según las autoridades ucranianas, Rusia ha utilizado a jóvenes ucranianos que no sabían que estaban actuando como terroristas suicidas en ataques contra los centros en los que deben registrarse en Ucrania los varones en edad militar como el que a principios de este año se produjo en la ciudad de Rivne, en el que el perdió la vida el chico que llevaba la bomba.

(Con información de EFE)