El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, anunció este lunes desde la Casa Blanca que Ucrania recibirá cantidades masivas de armamento como parte de un nuevo acuerdo alcanzado con Estados Unidos. “Significa que Ucrania obtendrá cantidades realmente masivas de equipo militar, tanto para la defensa aérea como misiles y municiones”, dijo Rutte a periodistas tras reunirse con el presidente Donald Trump.
Por su parte, el mandatario estadounidense agregó que el suministro incluirá sistemas antimisiles Patriot y municiones por un valor de “miles de millones de dólares”. Según explicó, Estados Unidos será el encargado de enviar el armamento, mientras que los países europeos asumirán el costo.
El anuncio se produjo en medio de una creciente frustración de Trump ante la falta de avances concretos en las negociaciones para poner fin a la guerra en Ucrania. Durante la misma reunión con Rutte, el presidente advirtió que, si no se logra un acuerdo de paz en los próximos 50 días, impondrá aranceles del 100% a Rusia o sanciones secundarias dirigidas a compradores de energía rusa. “Es muy simple. Y esa es la forma en que será”, sentenció.
La decisión de canalizar armamento estadounidense a través de los aliados europeos representa un cambio logístico y político de gran magnitud en la estrategia de Washington. “Vamos a fabricar armas de primera línea en Estados Unidos y se enviarán directamente a la OTAN para que lleguen rápido a Ucrania”, afirmó Donald Trump durante el encuentro con Rutte. “Este es un movimiento importante. Nunca antes habíamos hecho algo así a esta escala”, añadió.
El acuerdo contempla que Estados Unidos despache el material militar y que los países europeos lo financien. “La velocidad es esencial”, remarcó Rutte. Trump respaldó esa urgencia: “No podemos esperar. Cada día que pasa, más civiles mueren. Esta es una respuesta urgente ante la locura de Putin”.
Entre los países que ya confirmaron su participación se encuentra Alemania, que financiará dos nuevos sistemas Patriot. Su ministro de Defensa, Boris Pistorius, se encuentra en Washington para discutir los próximos pasos con el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth.
La intensificación del suministro responde a una nueva oleada de bombardeos rusos sobre ciudades ucranianas. Según datos de la ONU, junio fue el mes con mayor número de víctimas civiles desde el inicio de la invasión, con 232 muertos y más de 1.300 heridos. En respuesta, Trump lanzó una dura crítica: “Putin lanza misiles por las noches mientras habla de paz durante el día. Ya basta. No vamos a quedarnos mirando cómo bombardea Kiev todas las semanas”.
Desde hace semanas, Kyiv reclama con insistencia más sistemas de defensa aérea para contener los ataques rusos con drones y misiles. “Les estamos dando a los ucranianos el mejor equipo que existe. Esto marcará la diferencia”, aseguró Trump. El objetivo, agregó, es que las armas “fluyan hacia el frente de batalla a una velocidad récord”.
De promesas de paz al ultimátum de 50 días
El nuevo paquete de ayuda militar y las advertencias arancelarias marcan un cambio sustancial en la postura de Trump frente a la guerra. Durante su campaña presidencial, prometía que resolvería el conflicto “en 24 horas”. “Es una negociación muy sencilla”, decía en marzo de 2023. Incluso en agosto de 2024, aseguraba que lograría la paz “antes de asumir formalmente”.
Sin embargo, desde su regreso al poder en enero, Trump se ha distanciado de ese tono. En febrero habló por separado con Vladimir Putin y Volodimir Zelensky, y poco después instó públicamente a Putin a cesar los ataques sobre Kyiv. “¡Vladimir, STOP!”, escribió en su red Truth Social.
La relación con Zelensky también se ha deteriorado. En marzo, lo calificó como un “dictador sin elecciones”, y durante una reunión posterior en la Casa Blanca lo acusó de “no estar listo para la paz”. Trump suspendió entonces la firma de un acuerdo sobre minerales y pidió a su equipo que el mandatario ucraniano abandonara el lugar.
En abril, la Casa Blanca detuvo temporalmente el envío de armas, lo que generó fricciones internas con el Pentágono. Trump revirtió la medida días después y criticó la decisión: “Putin está matando demasiada gente. No podemos quedarnos quietos”.

Ahora, con un nuevo acuerdo sobre la mesa, Trump establece una cuenta regresiva de 50 días para alcanzar un acuerdo de paz. Si no hay avances, habrá represalias económicas. “Vamos a imponer tarifas del 100%, o sanciones secundarias. Y eso es lo que hay”, reiteró.
En paralelo, el secretario de Estado, Marco Rubio, iniciará esta semana una gira por Europa para coordinar la implementación del acuerdo y mantener conversaciones diplomáticas con socios clave. La próxima ronda de negociaciones entre Ucrania y Rusia está prevista en Estambul, donde Moscú podría presentar nuevas condiciones para un cese del fuego.
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