Violentos enfrentamientos entre drusos y beduinos en el sur de Siria: al menos 37 muertos

Una serie de choques armados en la ciudad de Suwaida, desencadenados por un robo y seguidos por represalias, vuelve a poner en riesgo el frágil equilibrio tribal de la región

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Violentos combates entre beduinos y drusos en Siria

Al menos 37 personas murieron y más de 50 resultaron heridas durante enfrentamientos entre milicias drusas y beduinas en la ciudad de Suwaida, al sur de Siria. Los combates se iniciaron tras el asalto a un comerciante en una carretera que une Damasco con Suwaida, quien fue encontrado más tarde en estado crítico. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, lo que comenzó como un incidente aislado derivó rápidamente en una espiral de secuestros y tiroteos abiertos, principalmente en el barrio de Al Maqus.

Entre los fallecidos se encuentran al menos 27 miembros de la comunidad drusa, incluidos dos menores de edad, así como cuatro beduinos, de acuerdo con Arab News. El medio local Sweida 24 informó además que varios proyectiles impactaron viviendas civiles durante los intercambios de disparos. Tres mujeres murieron dentro de sus casas y decenas de personas resultaron heridas por metralla o derrumbes parciales de estructuras residenciales.

Hombres armados transitan por el
Hombres armados transitan por el sur de Siria (Europa Press)

El conflicto también alcanzó a las fuerzas de seguridad estatales. Un puesto del Mando de Seguridad Interior fue atacado en la localidad de Baraq, en la misma carretera hacia Damasco. No hay claridad sobre los autores de este ataque, pero distintas fuentes lo vinculan al clima de creciente tensión entre milicias locales. El acceso por tierra a Suwaida estuvo parcialmente cerrado durante las horas de mayor intensidad del enfrentamiento, lo que dificultó la llegada de ambulancias y suministros médicos.

El jeque druso Hamud al Hanaui, líder espiritual de la Comunidad Unida Drusa, emitió un mensaje televisado en el que instó a detener de inmediato la violencia, señalando que “solo sirve a los enemigos de la unidad y amenaza la paz civil”. El pronunciamiento llega en un momento delicado, luego de meses de tensión entre grupos armados que han reclamado autonomía frente al gobierno central, pero también han entrado en conflicto con otras comunidades por el control territorial.

Desde abril, Suwaida ha sido escenario de una creciente militarización interna. El Consejo Militar de Suwayda, una milicia local de mayoría drusa fundada a finales de 2024, ha ganado poder tras la retirada parcial del régimen sirio de ciertas zonas del sur. Aunque su discurso se centra en la defensa comunitaria, sus acciones han profundizado las divisiones locales, especialmente con los clanes beduinos que también habitan la región. En un artículo reciente publicado por New Lines Magazine, se advertía que los brotes de violencia entre ambas comunidades estaban alimentados por un vacío de poder y una proliferación descontrolada de armas.

Fuerzas de seguridad sirias controlan
Fuerzas de seguridad sirias controlan vehículos a la entrada de la ciudad drusa de Sahnaya (REUTERS/Yamam Al Shaar)

La Junta de Tribus del Sur, que representa a varios clanes beduinos, denunció que tres de sus jóvenes fueron ejecutados sumariamente durante el estallido de violencia, y que las mujeres fallecidas se encontraban en viviendas civiles alcanzadas por fuego cruzado. El gobierno sirio, por su parte, movilizó tropas hacia la región, aunque sin emitir declaraciones oficiales sobre los incidentes. Medios como The New Arab reportaron el despliegue de refuerzos militares en las afueras de la ciudad.

Los hospitales locales, de acuerdo con testimonios recogidos por The Times of Israel, han recibido un flujo constante de heridos, mientras los residentes intentan resguardarse del conflicto en zonas menos expuestas. Algunos testimonios advierten que las tensiones siguen activas, aunque sin tiroteos masivos desde la noche del sábado.

El conflicto en Suwaida revela una fractura profunda en el tejido social sirio, no solo entre clanes rivales, sino también entre la ciudadanía armada y un Estado debilitado. Mientras los líderes comunitarios llaman a la calma, el riesgo de una nueva escalada persiste. La pregunta que muchos se hacen en la región es si aún es posible un acuerdo duradero que impida que estos enfrentamientos se conviertan en un conflicto abierto y permanente.