La ofensiva de Rusia se centra en tres frentes de Ucrania, pero choca con una dura resistencia

Durante el último mes, el ejército ruso ocupó 556 kilómetros cuadrados en territorio ucraniano

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FOTO DE ARCHIVO: Militares de
FOTO DE ARCHIVO: Militares de la 25ª Brigada Aerotransportada Separada de las Fuerzas Armadas de Ucrania disparan un sistema de lanzamiento múltiple de cohetes BM-21 Grad hacia las tropas rusas, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, cerca de la ciudad de Pokrovsk, en la línea del frente, en la región de Donetsk, Ucrania 8 de junio de 2025. REUTERS/Anatolii Stepanov

Las fuerzas de Rusia intensificaron sus ataques terrestres y aéreos en Ucrania, logrando la mayor conquista territorial registrada este año, según la plataforma ucraniana de monitoreo DeepState. Durante el último mes, el ejército ruso ocupó 556 kilómetros cuadrados en territorio ucraniano.

DeepState informó que este avance constituye el mayor desplazamiento de la línea del frente en lo que va de 2024, superando los registros mensuales anteriores desde el inicio de la invasión. Los analistas señalan que el objetivo principal de Moscú es cortar las rutas de suministro empleadas por las fuerzas ucranianas en el este y consolidar una zona de amortiguamiento dentro de las fronteras nororientales de Ucrania.

Las áreas donde se concentran la mayoría de los ataques rusos incluyen la región de Sumy, fronteriza con Rusia en el noreste, así como las ciudades orientales de Pokrovsk y Kostyantynivka, y un tercer frente situado al oeste de Pokrovsk.

En el caso de Sumy, las fuerzas rusas avanzaron entre 10 y 12 kilómetros dentro del territorio ucraniano, aunque este avance se detuvo ante la resistencia presentada por las unidades locales. Asimismo, en la región de Kharkiv, se reportó la toma de una aldea fronteriza por parte del ejército ruso la semana pasada. Sin embargo, observadores militares indican que, sin un aporte considerable de recursos, es poco probable que las tropas rusas obtengan mayores progresos en la zona.

El área en torno a Pokrovsk, considerada un centro estratégico en el este ucraniano, también ha sido objeto de repetidos intentos de asalto durante los dos últimos años. Moscú mantiene una fuerte concentración de efectivos allí, con unos 111.000 soldados desplazados, según el jefe de las fuerzas armadas de Ucrania, general Oleksandr Syrskyi.

Militares de la 68ª Brigada
Militares de la 68ª Brigada de Cazadores Separados de las Fuerzas Armadas de Ucrania se preparan para cabalgar hacia la misión de combate, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, cerca de la ciudad de Pokrovsk en la región de Donetsk, Ucrania 26 de mayo 2025. REUTERS/Ivan Anatolii Stepanov

La estrategia militar rusa se basa actualmente en un avance pausado y fragmentado, según fuentes del mando ucraniano y observadores internacionales. Pese al volumen de efectivos y material desplegado, la progresión territorial de Rusia se mantiene lenta: a esta velocidad, les tomaría más de 70 años ocupar la totalidad del territorio ucraniano.

En las zonas del frente, oficiales ucranianos como el teniente Artem Pribylnov de la 155ª brigada describen que el ejército ruso evita grandes asaltos con fuerzas acorazadas, debido a la detección y destrucción rápida por parte de drones ucranianos. En su lugar, emplean pequeños grupos de infantería que lanzan ataques persistentes sobre posiciones ucranianas, recurriendo ocasionalmente a motocicletas, pero principalmente movilizándose a pie.

Esta táctica, reconocida por algunos militares como una “ofensiva reptante”, busca agotar los recursos de Kiev mediante ataques constantes que, eventualmente, permitan a las tropas rusas tomar posiciones tras sucesivas oleadas. Observadores militares destacan que estas maniobras no solo responden a necesidades operativas, sino también a limitaciones logísticas y a la elevada tasa de bajas sufridas.

Las fuerzas ucranianas mantienen una defensa firme frente a los ataques rusos en distintos sectores del frente. Según reportes militares de Ucrania, estas tácticas de asedio constante afectan de manera significativa la logística y las operaciones diarias. Los ataques rusos con drones han limitado el uso de rutas de suministro, dificultando la entrega de alimentos y municiones, así como la evacuación de heridos y la rotación de las tropas.

Un centro de refugiados en
Un centro de refugiados en Sumy, Ucrania, el 12 de junio de 2025. REUTERS/Sofiia Gatilova

El sargento Viktor Pyasetskyi de la 93ª brigada, desplegada cerca de Kostyantynivka, explicó que las rutas habituales usadas hasta hace dos meses ya no están operativas ni durante el día ni durante la noche, debido a la amenaza continua de los drones. Los vehículos aéreos no tripulados, como el modelo Gerbera, alcanzan blancos a cientos de kilómetros, impactando también en zonas previamente consideradas seguras.

Pyasetskyi afirmó que estos ataques no solo buscan debilitar las defensas, sino también afectar la moral de la población civil, ya que los drones destruyen sistemáticamente edificios residenciales, lo que pone en riesgo la confianza en la capacidad defensiva del país.

El Estado Mayor ucraniano estima que las bajas diarias del ejército ruso superan los 1.000 soldados, aunque estos datos no han podido ser verificados de forma independiente. A pesar de estas cifras, observadores y mandos militares advierten sobre la elevada pérdida de efectivos que supone para Rusia la estrategia de ataques repetidos y avances localizados.

En la zona de Pokrovsk, la acumulación de efectivos rusos y el desgaste de las fuerzas ucranianas generan un riesgo constante de cercamiento. Las fuerzas rusas buscan crear una especie de “caldero”, rodeando parcialmente a las tropas ucranianas en Pokrovsk y Kostyantynivka, con el objetivo de forzarlas a retroceder ante la presión sostenida.

Una vista muestra una iglesia
Una vista muestra una iglesia dañada por ataques militares rusos, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en la ciudad de Kostyantynivka, en la región de Donetsk, Ucrania, en la línea del frente, 23 de mayo de 2025. REUTERS/Sofiia Gatilova

Testimonios recogidos en el frente indican que la población civil y los soldados ucranianos sufren fuertes presiones tanto por el peligro directo de los ataques como por el impacto psicológico generado por la amenaza constante de drones y artillería.

Durante las recientes ofensivas, el ejército ruso contó con el apoyo de tropas norcoreanas y el suministro de municiones provenientes de Corea del Norte, especialmente durante las maniobras para recuperar territorio en la región de Kursk el verano pasado. Tras asegurar ese sector con asistencia externa, las fuerzas rusas cruzaron la frontera ucraniana, aunque sus avances posteriores se vieron limitados por combates intensos en pequeñas localidades fronterizas, que cambian de control con frecuencia.

El componente propagandístico de las operaciones rusas también se ha hecho evidente en zonas como Dnipropetrovsk. Militares rusos difundieron fotografías en una aldea de la región portando una bandera rusa, acción desmentida por las autoridades de Ucrania, quienes informaron que el grupo fue rápidamente neutralizado. No obstante, el Instituto para el Estudio de la Guerra indica que aún podrían haber unidades rusas en esa área.

Residentes montan en un coche,
Residentes montan en un coche, cerca de una estación de tren dañada por ataques militares rusos, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en la ciudad de Kostyantynivka, en la región de Donetsk, Ucrania, 23 de mayo de 2025. REUTERS/Sofiia Gatilova

Según Maj Viktor Trehubov, portavoz del grupo operativo-estratégico Khortytsya, estos avances no tienen un valor estratégico significativo para Rusia, pero cumplen fines políticos y propagandísticos. El avance hacia Dnipropetrovsk requiere recursos que actualmente se encuentran ocupados en los principales frentes del este, como Pokrovsk y Kostyantynivka.

Durante los ataques aéreos, fuentes en el terreno confirmaron que la población civil continúa sometida a altos niveles de riesgo, siendo frecuente el impacto en zonas residenciales y la interrupción abrupta de las comunicaciones tras incursiones de drones.

Las operaciones rusas mantienen una presión constante sobre las fuerzas y la población ucranianas en múltiples frentes, combinando ataques terrestres, asedios mediante drones y maniobras para dificultar la logística defensiva. La situación sobre el terreno sigue siendo inestable, con combates localizados que continúan modificando el control de aldeas fronterizas y zonas estratégicas, en un conflicto que afronta altos costes humanos y enfrenta a ambos bandos a exigencias crecientes de recursos y resiliencia.