Los terroristas de Hezbollah rechazaron entregar su arsenal militar para la retirada de las tropas israelíes del sur del Líbano

Naim Kassem, jefe del grupo extremista, lanzó esa advertencia a pocas horas de la visita al país de Thomas Barrack, enviado del gobierno de Donald Trump

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Naim Kassem, jefe interino del
Naim Kassem, jefe interino del grupo terrorista Hezbollah (AP Photo/Hussein Malla, Archivo)

Naim Qassem, jefe del grupo terrorista Hezbollah, aseguró este domingo que la organización extremista libanesa no entregará sus armas pese a la presión internacional para que los militantes se desarmen. Durante un discurso televisado en los suburbios del sur de Beirut, Qassem afirmó que “esta amenaza (israelí) no nos hará aceptar la rendición”.

La intervención de Qassem tuvo lugar durante la conmemoración de Ashura, uno de los eventos religiosos más importantes para la comunidad musulmana chií, y precede a la visita esperada este lunes del enviado estadounidense Thomas Barrack. Según un funcionario libanés citado bajo condición de anonimato, las autoridades de Líbano deberán responder a la solicitud estadounidense para desarmar a Hezbollah antes de fin de año.

Qassem, quien reemplazó a Hassan Nasrallah tras su muerte en septiembre en un ataque israelí, enfatizó que los combatientes no abandonarán sus armas hasta que, en sus palabras, cesen la “agresión” israelí. Por otro lado, Israel sostiene que continúa realizando ataques en territorio libanés contra posiciones y miembros de Hezbollah, aduciendo que Beirut no ha tomado medidas suficientes para desarmar a la organización terrorista.

Durante el conflicto, los ataques israelíes impactaron de manera significativa en la estructura de Hezbollah. Además de la muerte de Nasrallah, el grupo extremista también sufrió la destrucción de buena parte de su arsenal militar.

El jefe terrorista de Hezbollah,
El jefe terrorista de Hezbollah, Hassan Nasrallah, fue abatido en un bombardeo israelí en Beirut (REUTERS/Murad Sezer)

A pesar del alto el fuego, la situación en el sur del Líbano sigue siendo tensa.

La presión para que el grupo terrorista deponga las armas ha ido en aumento tanto dentro como fuera del país. Sectores de la sociedad libanesa y actores internacionales consideran que el desarme del grupo terrorista es un paso necesario para la estabilidad de la región. Sin embargo, la postura de la organización es tajante.

Kassem reiteró la negativa a entregar el arsenal antes de que Israel se retire completamente del sur del Líbano y cese sus ataques.

La visita inminente del enviado estadounidense Tom Barrack a Beirut añade una dimensión diplomática a la crisis. El funcionario tiene previsto discutir un plan propuesto para el desarme de Hezbollah y la retirada de las fuerzas israelíes del sur del país.

Tom Barrack. REUTERS/Stephanie Keith/File foto
Tom Barrack. REUTERS/Stephanie Keith/File foto

En la víspera de su viaje, el norteamericano publicó en la red social X un mensaje en el que subrayó la importancia del momento que atraviesa el Líbano: “Enfrenta un momento histórico para superar el confesionalismo tenso del pasado y finalmente cumplir (su) verdadera promesa de la esperanza de ‘Un país, un pueblo, un ejército’”.

Además, citó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con la frase: “Hagamos que Líbano sea grande de nuevo”.