
Una huelga de controladores aéreos en Francia provocó este viernes la cancelación del 40% de los vuelos en los principales aeropuertos de París y afectó a más de 300.000 pasajeros en toda Europa, según cifras oficiales. La protesta, que comenzó el jueves, coincide con el inicio de las vacaciones escolares y ha generado importantes pérdidas económicas para las aerolíneas.
Según la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC), la huelga afectó el funcionamiento de los aeropuertos Charles de Gaulle, Orly y Beauvais, así como terminales en otras ciudades como Niza, Marsella y Lyon. A nivel nacional, se cancelaron el jueves 933 vuelos, el 10% de las operaciones previstas, con picos de cancelaciones del 50% en Niza y del 25% en París. El viernes, la situación se agravó: solo en los aeropuertos parisinos se anularon cuatro de cada diez vuelos.
La DGAC advirtió en un comunicado que, a pesar de las cancelaciones preventivas, “se esperan interrupciones y retrasos significativos en todos los aeropuertos franceses”. De hecho, algunos vuelos mantuvieron su programación, pero con demoras que llegaron a superar los 90 minutos, especialmente en destinos de alto tráfico como Niza.

El sindicato UNSA-ICNA, convocante de la huelga junto con USAC-CGT, denuncia escasez de personal, deterioro de las condiciones laborales y el impacto de la inflación en los salarios. También protestan contra una reforma en curso que busca establecer sistemas más estrictos de control horario tras un incidente grave ocurrido en el aeropuerto de Burdeos a fines de 2022, cuando dos aviones estuvieron a punto de colisionar por un error de coordinación.
“Hay un déficit crónico de personal y se nos pide trabajar más sin garantías reales de seguridad ni mejora organizativa”, señaló el sindicato en un comunicado. Entre los reclamos figuran también la actualización de equipos obsoletos y un cambio en el modelo de gestión interna, al que califican de “tóxico”.
El índice de adhesión al paro alcanzó el 26,2%, con 272 controladores ausentes de un total de alrededor de mil programados. A pesar de no ser mayoría, su papel clave en la gestión del tráfico aéreo genera un efecto inmediato y amplio.
Las consecuencias de la huelga se extendieron más allá del espacio aéreo francés. La asociación Airlines for Europe (A4E) estimó que en toda Europa se cancelaron 1.500 vuelos entre jueves y viernes, afectando a unos 300.000 pasajeros. La directora de A4E, Ourania Georgoutsakou, calificó la huelga de “intolerable” y pidió medidas urgentes.

“El control aéreo francés ya es responsable de algunos de los peores retrasos en Europa, y ahora una minoría vuelve a alterar los planes de vacaciones de miles de personas”, afirmó.
Ryanair fue una de las compañías más afectadas. Informó que canceló más de 400 vuelos, impactando a unos 70.000 pasajeros. Su presidente, Michael O’Leary, exigió a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, una reforma urgente del sistema de control aéreo o, en caso contrario, su dimisión. “Esto lo está provocando un pequeño número de controladores franceses en huelgas recreativas”, criticó.
Air France también confirmó haber tenido que “adaptar su programa de vuelos”, sin especificar cuántos fueron cancelados. Aclaró que su red de vuelos de larga distancia no se vio afectada.
El ministro de Transportes, Philippe Tabarot, consideró “inaceptables” las demandas sindicales y estimó en “millones de euros” las pérdidas sufridas por las compañías aéreas. “No podemos permitir que se tomen como rehenes a cientos de miles de viajeros justo al inicio de las vacaciones”, declaró el jueves.
El impacto de la huelga se vivió con frustración en los aeropuertos. “Intento mantenerme positiva, pero esto es desesperante”, dijo Nadia Rivet, de 51 años, cuyo vuelo entre Pau y París fue cancelado. “Planeaba ver a mi hermana y celebrar el cumpleaños de un amigo, y ahora todo está en el aire”.

Julien Barthélémy, de 45 años, quedó varado en Charles de Gaulle tras llegar desde Nueva York. “Era el cumpleaños número 40 de mi esposa y ahora estoy atrapado aquí”, explicó. “Estoy en lista de espera en tres vuelos y no sé si podré llegar a Marsella”.
El viernes, la tensión aumentó aún más debido al inicio oficial de las vacaciones escolares en Francia. Beauvais, uno de los principales aeropuertos para aerolíneas de bajo costo, también redujo en un 40% sus operaciones, siguiendo las instrucciones de la DGAC.
Por el momento, no hay señales de una resolución inmediata. Mientras el gobierno se niega a ceder ante los sindicatos, las aerolíneas presionan a la Comisión Europea para impulsar reformas estructurales. La posibilidad de nuevas huelgas en los próximos días genera preocupación en un momento crítico para el transporte aéreo europeo.
(Con información de The Associated Press)
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