Estados Unidos refuerza su presencia militar en Arabia Saudita ante la amenaza iraní

La base L.S.A. Jenkins, antes inactiva, ha sido modernizada con nuevas instalaciones y almacenamiento de municiones, aumentando la capacidad de respuesta ante ataques y mejorando la seguridad regional

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Las fotografías tomadas por el
Las fotografías tomadas por el ejército estadounidense han mostrado que la base de suministro, mayoritariamente tranquila, se ha vuelto más activa durante el último año (DVIDS)

En los últimos meses, fotografías militares han revelado una notable transformación en la base de apoyo logístico estadounidense cercana al mar Rojo, conocida como L.S.A. Jenkins. Este emplazamiento, que solía registrar escasa actividad, ha experimentado una expansión acelerada y se perfila como un centro logístico estratégico dentro de la región. Según un análisis de imágenes satelitales realizado por The New York Times, la base podría adquirir un rol fundamental para Estados Unidos en futuros escenarios de conflicto con Irán.

De acuerdo con la información publicada por The New York Times, la presencia de la base de L.S.A. Jenkins se hizo visible en imágenes satelitales desde principios de 2022, aproximadamente a 48 kilómetros tierra adentro desde la costa saudí del mar Rojo. Su ubicación responde a las previsiones de los planificadores militares estadounidenses, quienes anticipaban la posibilidad de un enfrentamiento prolongado con Irán, escenario que exigiría rutas de suministros más alejadas y menos expuestas a ataques directos.

La expansión reciente de la base ha incluido mejoras sustanciales en la capacidad de almacenaje de municiones, habitabilidad para las tropas y refuerzo de la seguridad. Aunque aún no está claro si L.S.A. Jenkins tuvo un papel en el ataque estadounidense contra instalaciones nucleares iraníes la semana pasada, su creciente infraestructura sugiere que podría resultar decisiva en caso de reanudación de hostilidades, tanto con Irán como con fuerzas aliadas a Teherán en la región.

Un funcionario del Departamento de Defensa consultado por The New York Times declinó hacer comentarios sobre la función de L.S.A. Jenkins dentro de la estrategia regional. A pesar de ello, documentos y testimonios recogidos por el medio dan cuenta de la importancia de la base. Ya en 2021, las autoridades militares estadounidenses habían mostrado interés en desarrollar puntos de apoyo sobre la costa del mar Rojo para abastecer a sus múltiples bases en Oriente Medio, algunas tan importantes como los emplazamientos en Siria e Irak, además de grandes complejos aéreos y navales en la región del Golfo.

Expertos y exmilitares occidentales citados por el medio advirtieron que muchas bases estadounidenses en la zona del Golfo Pérsico son particularmente vulnerables a misiles de corto alcance iraníes. El pasado lunes, misiles provenientes de Irán apuntaron contra la base aérea de Al Udeid en Qatar, aunque los sistemas de defensa lograron interceptarlos.

Convoy desde el puerto comercial
Convoy desde el puerto comercial de Yanbu hasta LSA Jenkins (DVIDS)

La ventaja estratégica de bases ubicadas al oeste de Arabia Saudita, como L.S.A. Jenkins, radica en que para alcanzarlas, Irán requiere misiles balísticos de mediano alcance. Decker Eveleth, analista del Center for Naval Analyses, explicó al medio que este tipo de misiles presentan menor precisión y confiabilidad, además de requerir más tiempo de vuelo, lo que ofrece a las defensas estadounidenses tiempo adicional para interceptar los ataques y poner a salvo a sus efectivos. “Atacar una base al otro lado de Arabia Saudita representa un reto considerablemente mayor”, señaló Eveleth.

Sin embargo, la ubicación de L.S.A. Jenkins no elimina los riesgos de ser objetivo de proyectiles de corto alcance. Por su cercanía a Yemen, la base queda expuesta a posibles ataques de los hutíes, grupo que, según Washington, cuenta con el respaldo e insumos militares provenientes de Irán y que ha lanzado previamente misiles y drones contra naves estadounidenses en el mar Rojo.

La construcción inicial de la base en 2022 consistía apenas en dos áreas pavimentadas y algunos búnkeres parcialmente rodeados por terraplenes de tierra, sin señales claras de presencia de personal. Un año más tarde, en enero de 2024, imágenes satelitales procesadas por The New York Times evidenciaron la instalación de un pequeño campamento compuesto por contenedores y tiendas de campaña. Este desarrollo inicial surgió en el marco de ejercicios logísticos que comprobaron la capacidad del ejército estadounidense para desplegar suministros a lo largo de la región circundante.

Las imágenes tomadas la semana pasada muestran una base transformada: decenas de estructuras y carpas, vehículos, carreteras pavimentadas, zonas ampliadas de almacenamiento de municiones y construcciones dispersas a lo largo de toda la superficie, que alcanza un ancho de un kilómetro. En las áreas de almacenamiento se distinguen cajas blancas alineadas que coinciden en tamaño y forma con los contenedores usados para misiles navales.

Contratos gubernamentales consultados por NYT demuestran un incremento significativo en el gasto designado a suministros, vehículos y carpas destinadas a L.S.A. Jenkins y su personal, por un monto que ya supera los 3 millones de dólares desde inicios de 2024. Además, videos difundidos en redes sociales muestran la participación de unidades del Ejército estadounidense dedicadas a logística, entre ellas el 364th Expeditionary Sustainment Command, implicadas en la puesta en marcha de la base.

La expansión logística, no obstante, no se limita a L.S.A. Jenkins. Imágenes satelitales y contratos oficiales corroboran que al menos otros dos puntos estadounidenses han sido establecidos en aeropuertos de Ta’if y Jeddah, en el oeste de Arabia Saudita. Aunque su actividad resulta menos intensa, estos sitios sirven de búnkeres para municiones y combustible, además de contar con superficies pavimentadas listas para alojar instalaciones defensivas o cuarteles.

Una presentación presentada en una conferencia de ingeniería militar este año propone planes para ampliar aún más L.S.A. Jenkins y mejorar infraestructuras próximas, tales como el aeropuerto, áreas de almacenamiento y mantenimiento de vehículos, además de espacios para bienestar y recreación de los soldados.

El general retirado Frank McKenzie, antiguo jefe del Comando Central de Estados Unidos, señaló a The New York Times que el desarrollo de estas bases representa una ventaja operativa clara frente a potenciales ataques iraníes. Según sus palabras: “Nos lo pone más fácil a nosotros y más difícil a ellos. En todos los sentidos posibles, es algo positivo”.