Rafael Grossi: “Un ataque de Israel podría solidificar la determinación de Irán de buscar un arma nuclear”

El director de la agencia atómica de la ONU, que mantuvo un encuentro con autoridades persas, aseguró que ese país tiene uranio suficiente para producir 10 armas nucleares

Guardar
IAEA Director General Rafael Grossi
IAEA Director General Rafael Grossi holds a news conference after the first day of the agency's quarterly Board of Governors meeting at the IAEA headquarters in Vienna, Austria, June 9, 2025. REUTERS/Lisa Leutner

La advertencia de que un ataque israelí contra las instalaciones nucleares de Irán podría llevar a Teherán a buscar activamente armas nucleares fue transmitida directamente al director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA), Rafael Grossi, por altos funcionarios iraníes. Según consignó The Jerusalem Post, Grossi reveló que las autoridades iraníes le comunicaron que una acción militar de Israel podría ser el detonante definitivo para que Irán abandone el Tratado de No Proliferación Nuclear y decida fabricar armamento atómico.

De acuerdo con lo publicado por The Jerusalem Post, Grossi explicó que este tipo de declaraciones suelen considerarse parte de la estrategia de presión psicológica iraní, pero subrayó la gravedad de escucharlas directamente de los responsables del programa nuclear de la República Islámica. Grossi, quien ha mantenido reuniones con tres presidentes iraníes y numerosos altos cargos del país, detalló que la amenaza de un ataque ha endurecido la postura de Teherán y podría consolidar su determinación de avanzar hacia la obtención de armas nucleares. El director de la IAEA afirmó: “Un ataque podría tener un efecto amalgamador, solidificando la determinación de Irán – lo diré claramente – de buscar un arma nuclear o retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear”.

El medio The Jerusalem Post también reportó que, aunque varios funcionarios israelíes han asegurado que su país tiene la capacidad de atacar las instalaciones nucleares iraníes, Grossi expresó dudas sobre la viabilidad de una operación de ese tipo. El director de la IAEA señaló que el programa nuclear iraní es extenso y está profundamente protegido, con instalaciones como la de Fordow y la nueva planta en construcción bajo una montaña en Natanz, que se encuentran a gran profundidad y cuentan con defensas avanzadas. Grossi remarcó que “muchas de estas instalaciones están extremadamente bien protegidas. Interrumpirlas requeriría una fuerza abrumadora y devastadora”. Según el análisis de expertos militares citado por The Jerusalem Post, Israel carece de armamento como la bomba estadounidense MOAB de 13.600 kilogramos (30.000 libras), lo que limita su capacidad para destruir estos complejos subterráneos.

La disposición de Grossi a debatir públicamente la posibilidad de un ataque militar israelí y sus consecuencias representa un cambio notable en el discurso internacional sobre el tema. Hasta ahora, Grossi había defendido la vía diplomática y rechazado abiertamente la opción militar, pero la eliminación por parte de Israel de todos los sistemas antiaéreos S-300 iraníes el 24 de octubre de 2024 ha modificado el contexto y la percepción de las amenazas.

El trasfondo de esta conversación, según detalló The Jerusalem Post, es el aumento del nivel de alerta nuclear en la región. Grossi confirmó que Irán ha acumulado suficiente uranio enriquecido para fabricar alrededor de 10 armas nucleares, si decide completar las tareas técnicas restantes, como la resolución de problemas de detonación especial. El director de la IAEA precisó: “Han estado acumulando uranio enriquecido a un nivel muy, muy alto, que es del 60%. Para tener un dispositivo nuclear funcional, se necesita un enriquecimiento del 90%. Así que, como pueden ver, hay una brecha muy estrecha entre lo que ya tienen y el material apto para armas”.

Esta imagen satelital de Planet
Esta imagen satelital de Planet Labs PBC muestra una instalación de aguas pesadas, el 20 de marzo de 2025, en Irán. (Planet Labs PBC vía AP)

No obstante, Grossi aclaró que poseer material suficiente no implica que Irán pueda ensamblar o utilizar un arma nuclear de inmediato. Según el informe de la IAEA de la semana pasada, aún faltan numerosas actividades, tecnologías y desarrollos para convertir ese material en un arma operativa. The Jerusalem Post citó a expertos israelíes y estadounidenses que estiman que Irán podría tardar entre varios meses y un año en resolver los desafíos técnicos restantes para fabricar un arma nuclear funcional.

Desde su nombramiento en diciembre de 2019, Rafael Grossi ha centrado gran parte de su gestión en el monitoreo del programa nuclear iraní, aunque la crisis nuclear en Ucrania también ha ocupado parte de su agenda. Grossi asumió el cargo poco después de que el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán (JCPOA), y cuando Teherán ya comenzaba a incumplir abiertamente los límites de enriquecimiento de uranio establecidos en ese pacto.

Grossi relató a The Jerusalem Post que ha insistido en la necesidad de que Irán permita a la IAEA realizar su labor de inspección sin restricciones, para disipar cualquier duda sobre la naturaleza de su programa nuclear. Según el director, las autoridades iraníes le aseguran que no tienen nada que ocultar, pero desde 2021 han restringido el acceso de la agencia a varios sitios y, desde 2022, han expulsado a algunos inspectores nucleares. Grossi reconoció que esto ha generado una “brecha de conocimiento” sobre las actividades reales en el terreno: “Tenemos una brecha de conocimiento porque cuando Irán dejó de dar acceso a la IAEA a varios sitios, instalaciones y actividades, perdimos visibilidad. Pero las actividades no se detuvieron. Así que, en los últimos dos años, ha pasado mucho”.

A pesar de estas limitaciones, la IAEA mantiene cierto grado de supervisión en instalaciones clave de enriquecimiento de uranio y puede monitorear la cantidad de material enriquecido. Grossi explicó que el problema radica en la capacidad de Irán para producir centrifugadoras avanzadas, mucho más sofisticadas que las contempladas en el acuerdo original (JCPOA). La semana pasada, Grossi presentó un informe especialmente crítico ante la agencia, en el que resumió que el programa nuclear iraní no se ha detenido y que existen serias preocupaciones por hallazgos recientes en el país.

Uno de los puntos más delicados, según reportó The Jerusalem Post, es el descubrimiento de rastros de uranio enriquecido en lugares donde no debería haber actividad nuclear. Grossi planteó: “Descubrimos rastros de uranio enriquecido en lugares donde no debería haber ninguna actividad nuclear. Así que mi pregunta es simple – no es una acusación, solo una pregunta lógica: Si encontramos esos rastros, ¿qué estaba pasando allí? ¿Dónde está el uranio que dejó esos rastros? Muéstrennos. Explíquenlo”. El director de la IAEA afirmó que, aunque han recibido algunas respuestas de Irán, estas no han sido satisfactorias.

Grossi también abordó el tema de la confianza en las relaciones con Teherán. Explicó que, como diplomático, debe dialogar con todas las partes, pero que la verificación es esencial: “Confío en todos, pero necesito verificar todo”. Ante las críticas israelíes sobre una supuesta ingenuidad de la agencia, Grossi respondió: “Si hay algo que no somos, es ingenuos. Sabemos exactamente lo que estamos haciendo. No estamos en el negocio de barrer cosas bajo la alfombra. Para nosotros, la transparencia es crucial. Debemos llegar al fondo de las cosas”.

Actualmente, Estados Unidos e Irán mantienen negociaciones para intentar alcanzar un nuevo acuerdo nuclear, aunque las diferencias parecen más profundas que nunca. Según The Jerusalem Post, mientras Donald Trump exige que Irán renuncie a su capacidad de enriquecer uranio, el líder supremo iraní, Ali Khamenei, insiste en que su país nunca abandonará ese derecho. Grossi considera que, a pesar de la retórica y las diferencias, aún existe la posibilidad de un acuerdo si ambas partes logran un punto de convergencia sobre el tema del enriquecimiento. El director de la IAEA opinó que el JCPOA ha quedado obsoleto debido a la evolución del programa nuclear iraní en la última década.

Las negociaciones se desarrollan entre el enviado especial de Trump para Oriente Medio, Steve Witkoff, y el ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi. Grossi subrayó que cualquier acuerdo futuro debe incluir una supervisión estricta por parte de la IAEA: “Sin la capacidad de llenar la brecha de conocimiento actual, ¿cómo puedo, como director general de la IAEA, firmar un documento que garantice lo que Irán tiene o no tiene? No se puede esperar que ofrezca garantías creíbles”.

Grossi manifestó que, si se alcanza un acuerdo, la IAEA deberá participar directamente en las negociaciones y no limitarse a un papel secundario. El director concluyó que existe un consenso internacional sobre la necesidad de evitar que Irán obtenga armas nucleares y advirtió sobre el efecto dominó que tendría en la región y más allá si la República Islámica llegara a adquirir ese tipo de armamento. “Dondequiera que voy, escucho lo mismo: ‘Irán no debe tener un arma nuclear’”, concluyó Grossi.