El primer ministro de Canadá, Mark Carney, está dialogando de forma directa con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con el objetivo de encontrar una salida a la guerra comercial desencadenada por el aumento de aranceles impuesto por Washington. Así lo reveló este jueves la ministra de Industria de Canadá, Mélanie Joly.
“Esta es una guerra comercial. Así que es totalmente normal que haya conversaciones diplomáticas entre el primer ministro Carney y el presidente Trump. Están hablando”, declaró la ministra durante una conferencia de prensa.
“Claramente, los aranceles del 50% son una escalada contra todos los países que producen acero y aluminio”, afirmó la ministra. El anuncio de la ministra se produce un día después de que Estados Unidos duplicara del 25% al 50% los aranceles aplicados a las importaciones de acero y aluminio procedentes de Canadá y otros países.
Canadá, que es el principal proveedor de ambos metales para la industria estadounidense, se ve especialmente afectado por esta decisión.
La ministra fue contundente al señalar el impacto de la medida sobre la economía canadiense: los aranceles, dijo, “no solo son injustificados sino que son un ataque directo de la Casa Blanca a nuestros trabajadores en los sectores del acero y del aluminio”.
En respuesta a la situación, Joly mantuvo reuniones con los directivos de las principales empresas siderúrgicas del país, así como con representantes sindicales, con el fin de diseñar estrategias para enfrentar la crisis. “En el largo plazo, queremos proteger esos dos sectores y crear empleos, y lo haremos con inversión en proyectos nacionales”, concluyó.
Por su parte, el primer ministro Carney se pronunció este miércoles con firmeza ante las nuevas medidas impuestas por la administración Trump. Calificó los aranceles del 50 % como “ilegales” e “injustificados”, y advirtió que su gobierno dará una respuesta adecuada una vez concluyan las negociaciones bilaterales en curso.
Subrayó que estas conversaciones son fundamentales para redefinir las reglas del comercio entre ambos países, en un momento en que las tensiones arancelarias amenazan con desestabilizar la economía regional.
Carney aseguró que la reacción de Canadá no será inmediata, pero tampoco se postergará por mucho tiempo, y anticipó que cualquier decisión será tomada con responsabilidad, buscando equilibrar la firmeza con la prudencia.
Mientras las negociaciones continúan, el gobierno canadiense se prepara para actuar con decisión ante una situación que no solo pone en riesgo su economía, sino también el equilibrio comercial en América del Norte.
(Con información de EFE)
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