Preocupa el aumento global de la violencia antisemita: “Se pide a los judíos que justifiquen su dolor”

Hen Mazzig, activista y cofundador del Tel Aviv Institute alerta sobre una ola de ataques en distintas ciudades y la escasa cobertura mediática, subrayando la conexión emocional y el temor creciente en la comunidad judía

Guardar
Una mujer visita un memorial
Una mujer visita un memorial en el lugar donde se produjo un ataque antisemita que dejó varios heridos, frente al juzgado del condado de Boulder, en Colorado, el 2 de junio de 2025 (Reuters)

El dolor más profundo, según Hen Mazzig en USA Today, no provino únicamente de los ataques recientes contra la comunidad judía, sino de la indiferencia que los siguió. “Lo más doloroso no son solo los ataques, sino el encogimiento de hombros”, afirmó el autor, quien subrayó que la cobertura mediática del atentado con cóctel molotov en Colorado tardó horas en aparecer y que “la sangre judía no es tendencia”.

En una columna de opinión, Mazzig sostuvo que quienes se presentan como luchadores contra el odio muchas veces se niegan a reconocer este tipo de violencia.

El escritor, conferencista e influyente digital nacido en Israel, es conocido por su defensa de la identidad judía y su lucha contra el antisemitismo. Como cofundador del Tel Aviv Institute, una organización sin fines de lucro creada en 2019 para combatir el antisemitismo en línea mediante campañas estratégicas y basadas en datos en redes sociales, Mazzig ha dedicado su carrera a visibilizar la discriminación que enfrenta su comunidad.

En su artículo de opinión en USA Today, relató que “esta semana, en Colorado, se lanzó un cóctel molotov contra un grupo de judíos que marchaban pacíficamente en favor de los rehenes retenidos por Hamas”. El atacante gritó: “¿Cuántos niños han matado?” y “Debemos acabar con los sionistas”, mientras arrojaba fuego contra sobrevivientes del Holocausto y niños judíos.

El autor describió que estos ataques no se limitaron a Estados Unidos. “En Washington, D.C., dos empleados de la embajada israelí fueron asesinados a sangre fría. En París, el museo del Holocausto fue profanado. En Londres, un negocio judío fue vandalizado con pintura roja y ventanas rotas”, detalló.

El sospechoso del ataque del
El sospechoso del ataque del domingo contra un acto proisraelí en Boulder, Colorado, Mohamed Sabry Soliman, ha sido imputado por un delito de odio a nivel federal. Ocho personas resultaron heridas (Europa Press)

A pesar de que cada ataque ocurrió en un país diferente y los perpetradores no se conocían entre sí, el autor remarcó que “cada judío que conozco entiende cuán profundamente están conectados”.

Mazzig explicó que la ansiedad judía en 2025 no se limitó al temor ante un extremista solitario, sino que se extendió al miedo ante un patrón global que pocos se atreven a nombrar. “Es un momento en el que la violencia contra los judíos no solo se ignora, sino que resulta políticamente incómoda de reconocer”, escribió.

El autor señaló que el atacante en Colorado no reaccionó al silencio, sino al ruido: “A los eslóganes. A las mentiras. A la fabricación viral de que 14.000 bebés palestinos serían muertos de hambre en 48 horas, una afirmación sin pruebas, impulsada por algunos de los medios más confiables del mundo”.

El artículo de Mazzig en USA Today advirtió que la ansiedad no comenzó con el fuego, sino con la chispa. “Ahí es donde comienza la ansiedad. No con el fuego, sino con el fósforo”, escribió. El autor argumentó que ya se ha visto este proceso antes: “Las palabras se convierten en eslóganes. Los eslóganes se transforman en ideología. Y la ideología, si no se controla, se convierte en violencia”.

El autor recordó que no hace mucho se pedía “creer en todas las víctimas”, pero que hoy a las víctimas judías se les exige justificar su dolor. “Hoy en día, se pide a las víctimas judías que justifiquen su dolor. ¿Llevabas una bandera israelí? ¿Estabas cerca de una protesta? ¿Eres sionista? ¿Eres un colonizador europeo?”, cuestionó Mazzig.

Mazzig compartió su historia personal en USA Today, mencionando que proviene de la izquierda política y que sus padres fueron refugiados judíos iraquíes y norafricanos. “Mis familiares fueron asesinados, violados y torturados. De ese dolor aprendí a no odiar, sino a buscar la paz”, relató.

El autor afirmó que siempre ha defendido la coexistencia y ha criticado a líderes israelíes cuando, en su opinión, han fallado a los valores judíos. Sin embargo, sostuvo que “hoy, eso no es suficiente. Porque si eres judío y visible, eres un objetivo. Y si eres atacado, te encuentras con el silencio, o peor, con acrobacias morales”.

El autor insistió en la importancia de las palabras. “Las palabras importan”, afirmó en USA Today. Mazzig citó consignas como “Globalizar la intifada”, “Acabar con los sionistas” y “Por cualquier medio necesario”, y sostuvo que “no son ideas abstractas. Son instrucciones. Son adrenalina para los inestables. Justifican una violencia horrible”.

Mazzig planteó que la distinción entre antisemitismo y antisionismo se utiliza para minimizar la gravedad de los ataques. “Nos dicen: esto no es antisemitismo; es antisionismo. Y sin embargo, de alguna manera, las llamas siempre encuentran la carne de los judíos”, escribió.

El miedo, según el autor, no se manifestó de manera viral, sino en la cotidianidad. “La verdad es que tenemos miedo. No de una forma viral, sino en la manera silenciosa en que dudas antes de entrar a una sinagoga. En la forma en que examinas a la multitud antes de hablar hebreo. En la manera en que te preguntas si tu acento o tu nombre podrían ser lo que te ponga en la mira de alguien”, relató Mazzig en USA Today.