
Tras semanas de tensión, este martes, la India atacó con misiles a Pakistán, en represalia por el atentado del 22 de abril en la zona de Cachemira bajo su control, del cual responsabiliza a Islamabad.
Los cruces fueron en aumento, desde entonces, con medidas como la expulsión de diplomáticos y el fin de un histórico acuerdo sobre el agua, aunque encendiendo las alarmas de la comunidad internacional, que veía con temor la escalada entre estas dos potencias nucleares.
Tanto la India como Pakistán tienen cerca de 100 ojivas nucleares cada uno, listas para ser utilizadas en caso de conflicto.

A su vez, ambas naciones se rigen por la doctrina de la disuasión mínima, lo que significa que tendrían solo el número de armas necesarias para desincentivar el ataque de un enemigo, y Nueva Delhi rechaza, a su vez, el primer uso, quedando limitada únicamente a la respuesta de una agresión.
Sin embargo, ninguno de los dos países suscribió a los principales tratados internacionales sobre armas atómicas y, en los últimos años, han estado desarrollado sus capacidades, lo que inquieta a la comunidad internacional.
Despliegue actual y capacidades
India realizó su primera prueba nuclear en 1974, y Pakistán, en 1998.
Ambos desarrollaron sus programas militares en secreto y no forman parte del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares ni el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT).

Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), India cuenta con entre 80 y 100 ojivas nucleares, tanto desplegadas como almacenadas. La Federación de Científicos Estadounidenses (FAS) eleva esa cifra, sin embargo, a entre 130 y 140, dado que que Nueva Delhi ha estado trabajando activamente los últimos años por mejorar sus capacidades en la materia, tanto en cantidad como en calidad.
El Ministerio de Defensa de India afirma que el país dispone de la llamada “tríada nuclear”: la capacidad de lanzar armas nucleares desde tierra, mar y aire.
Pakistán, por su parte, posee entre 90 y 100 ojivas nucleares, según el SIPRI, mientras que la FAS calcula entre 140 y 150. A diferencia de India, no dispone de una tríada nuclear, y sus sistemas de lanzamiento se limitan a medios terrestres y aéreos.
Su doctrina también es de disuasión mínima, aunque no establece con claridad si renuncia o no al primer uso de armas nucleares.
Dada su inferioridad en fuerzas convencionales frente a India, Islamabad ha invertido en misiles de corto alcance aptos para ser usados en el campo de batalla con escasa preparación previa.

Los orígenes de dos potencias atómicas
Desde su independencia del Reino Unido en 1947, India y Pakistán han sostenido una relación marcada por el conflicto. Han protagonizado cuatro guerras, tres de ellas motivadas por la disputa en Cachemira.
India comenzó a desarrollar armas nucleares tras su derrota en la guerra contra China en 1962 y a raíz de las continuas tensiones con Pakistán.
Estableció el Centro de Investigaciones Atómicas Bhabha (BARC) en Trombay, y se benefició del programa “Átomos para la Paz”, una iniciativa promovida por Estados Unidos para compartir tecnología nuclear con fines civiles durante los primeros años de la Guerra Fría.
Fue con el reactor CIRUS, construido por Canadá e inaugurado en 1960, que India consiguió el plutonio necesario para su primer ensayo nuclear. Este hecho puso en entredicho el programa “Átomos para la Paz”, también utilizado por Irán e Israel, y dio lugar a una revisión de las salvaguardas internacionales.

India se negó a firmar el TNP en 1968, por considerar que legitimaba los arsenales nucleares de solo cinco potencias (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia). Tampoco suscribió el CTBT ni el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares.
En 1974, Nueva Delhi llevó a cabo su primera prueba nuclear en Pokhran, cerca de la frontera con Pakistán, con una potencia de 8 kilotones. El ensayo fue denominado “Buddha sonriente” y, en años posteriores, le siguieron otras cinco pruebas, la última en 1998, según la Atomic Heritage Foundation.
El programa nuclear de Pakistán también se remonta a las primeras décadas posteriores a su independencia y, al igual que India, se nutrió del programa “Átomos para la Paz”, dado que, en 1962, Estados Unidos le proporcionó su primer reactor de investigación.
Tras las derrotas militares frente a India en 1965 y 1971, Pakistán intensificó sus esfuerzos para desarrollar armas nucleares.
“Si India construye la bomba, nosotros comeremos pasto y hojas, pasaremos hambre, pero obtendremos la nuestra”, declaró Zulfikar Ali Bhutto, entonces ministro de Exteriores.

India se adelantó, y su ensayo de 1974 generó una suspensión de la cooperación nuclear con Pakistán.
Sin embargo, el programa paquistaní cobró nuevo impulso con la figura de Abdul Qadeer Khan, un científico que trabajaba en URENCO, en los Países Bajos. Khan sustrajo información clave sobre el enriquecimiento de uranio mediante centrifugadoras de gas y la transfirió a su país, impulsando en 1976 el Proyecto-706.
En los años siguientes, China brindó apoyo técnico a Pakistán, que finalmente logró realizar sus primeras pruebas nucleares en 1998 en la región montañosa de Ras Koh.
“Hoy nos hemos emparejado”, afirmó entonces el primer ministro Mohammad Nawaz Sharif.
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