
El primer ministro de Francia, François Bayrou, señalado por no haber denunciado cuando era ministro de Educación casos de violencia física y sexual en una escuela católica a la que asistían sus hijos, reaccionó este miércoles al testimonio de su hija, quien también fue víctima, asegurando que ella “nunca se lo había contado”.
Bayrou fue interrogado durante una rueda de prensa, al día siguiente de las revelaciones de su hija mayor, quien denunció actos de violencia durante un campamento de verano organizado por la misma congregación que dirige el establecimiento Notre Dame de Bétharram (suroeste de Francia), epicentro de un caso de pederastia.
Hélène Perlant denunció que a los 14 años fue víctima de violencia física durante un campamento de verano organizado por la misma congregación religiosa que dirige el colegio de Nuestra Señora de Bétharram, en el que cual se habrían producido numerosos casos de abusos sexuales entre los años 70 y 90.
La hija del mandatario francés relató que en su adolescencia fue enviada un verano a un campamento en los Pirineos en el que uno de los adultos responsables de las actividades, el padre Lariguet —fallecido en el año 2000—, le dio “puñetazos y patadas por todo el cuerpo”.
Sin embargo, aseguró no haber contado esa agresión a su padre.
Perlant dijo que ha “guardado silencio durante 30 años” probablemente para “proteger” a su padre. “Quizás quise proteger a mi padre, inconscientemente, creo, de los golpes políticos que recibía a nivel local”, señaló la hija de Bayrou durante una entrevista para la revista semanal francesa Paris Match en la que añadió que su padre “no sabe” que ella es una víctima y que va a declarar como tal.

Su testimonio forma parte del libro ’El Silencio de Bétharram‘, que recoge las vivencias de algunos de los denunciantes por los casos de abusos sexuales ocurridos en el colegio Nuestra Señora de Bétharram y que ahora, de algún modo, han salpicado al propio Bayrou, a quien algunos sectores acusan de conocer los hechos y silenciarlos durante su etapa al frente del Ministerio de Educación, si bien él lo niega rotundamente.
Sobre el testimonio de su hija, del cual se ha enterado por la prensa, Bayrou dijo que le “apuñala el corazón” y le duele no solo como padre, sino también como funcionario público que, más allá de su hija, piensa en el daño ocasionado a todas las presuntas víctimas. El jefe de Gobierno galo señaló que se comunica “muy a menudo” con su hija pero que “nunca” le había hablado de este episodio.
Pero “ella no es el centro del caso y no se trata de un asunto personal. Como responsable público, más allá del padre de familia, pienso en las víctimas y no quiero abandonarlas”, añadió.
Ministro de Educación entre 1993 y 1997, el actual jefe del Gobierno aseguró que “nunca fue informado” —a pesar de testimonios que afirman lo contrario— sobre las violencias físicas y sexuales que hoy denuncian 200 ex alumnos de esa institución.
La escuela, fundada en 1837 fue frecuentada por varios de sus hijos, y su esposa impartió allí clases de catecismo durante un tiempo.
(Con información de AFP y Europa Press)
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