Infografía: en qué consiste el plan de paz propuesto por el enviado de Donald Trump para Ucrania

Keith Kellogg evocó una solución similar a la que se puso en marcha en Berlín tras la Segunda Guerra Mundial. Por su parte, los aliados europeos plantean la posibilidad de desplegar fuerzas de paz

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El enviado de Estados Unidos para Ucrania, Keith Kellogg, presentó los detalles de su propuesta para lograr la paz, una solución que recuerda al mapa geopolítico de la Berlín de posguerra, según sus propias palabras.

En una entrevista concedida al periódico británico The Times, el general retirado sugirió un acuerdo que implicaría la presencia de fuerzas de paz occidentales en el oeste de Ucrania y tropas rusas en el este, separadas por una zona desmilitarizada a lo largo del río Dnipro.

Casi podría parecerse a lo que pasó con Berlín después de la Segunda Guerra Mundial, cuando había una zona rusa, una zona francesa, una zona británica y una zona estadounidense”, explicó Kellogg. Su propuesta se enmarca en un intento de Trump por delinear una salida negociada al conflicto que, tras más de tres años, continúa sin perspectivas claras de resolución.

Aunque aclaró en un mensaje posterior en la red social X que no se trataba de “una partición de Ucrania”, sino de “una fuerza de resistencia posterior al alto el fuego en apoyo de Ucrania”, la analogía provocó malestar en Kiev y otras capitales europeas.

Keith Kellogg en un encuentro
Keith Kellogg en un encuentro con el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, en febrero pasado (REUTERS/Thomas Peter)

La idea de Kellogg contempla que tropas británicas y francesas se ubiquen al oeste del río Dnipro, mientras el este permanecería bajo control ruso. Además, sugirió una zona desmilitarizada de unos 29 kilómetros, con cada parte retrocediendo unos 15 kilómetros desde las líneas de contacto actuales.

Kellogg insistió en que esta presencia militar anglo-francesa “no sería provocativa en absoluto” para Moscú, aunque reconoció que el Kremlin podría no aceptar la propuesta. El propio ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, advirtió el mes pasado que su país no aceptaría tropas de paz de la OTAN bajo ninguna circunstancia.

En la entrevista, el enviado reveló otros elementos de la estrategia de Trump para Ucrania. Según Kellogg, Washington indicó a Kiev que deberá renunciar a parte de su territorio ocupado por Rusia, una posición que implicaría, de facto, el reconocimiento del control ruso sobre zonas del este del país.

La propuesta, además, no implicaría el envío de tropas estadounidenses, algo descartado por el propio Trump.

El enviado también sugirió que, tras un alto el fuego, se convoquen a elecciones en Ucrania. “Creo que si se llega a un alto el fuego, habrá elecciones. Porque ya casi ha pasado un año desde que debieron convocarse. No se convocaron. Pero creo que Zelensky (el presidente ucraniano) está dispuesto a hacerlo una vez que se logre un alto el fuego y se logre una resolución. Pero esa es una petición del pueblo ucraniano en el parlamento ucraniano. No nuestra”, explicó Kellogg.

Putin y el enviado de Trump se reúnen en San Petersburgo

En paralelo, Steven Witkoff, emisario especial de Donald Trump para Rusia, viajó este viernes a San Petersburgo para mantener un encuentro con Vladimir Putin, el tercero en los últimos meses. Mientras tanto, el mandatario estadounidense presionaba públicamente a su par ruso desde su red Truth Social: “Rusia tiene que ponerse en marcha. Demasiadas personas están muriendo, miles a la semana, en una guerra terrible y sin sentido, una guerra que nunca debería haber ocurrido, y que no habría ocurrido si yo hubiera sido presidente (en el momento en que empezó)”, expresó.

En cuanto al respaldo económico, Kellogg sostuvo que las relaciones entre Washington y Kiev se han “encaminado de nuevo”, y puso como ejemplo la reanudación de negociaciones sobre un acuerdo de acceso a minerales críticos como el litio, titanio y uranio.

La última vez que alguien hizo un estudio geológico fueron los soviéticos”, dijo el general, que reconoció que el proceso había sido más complejo de lo esperado.

Tropas ucranianas durante ejercicios militares
Tropas ucranianas durante ejercicios militares en la región de Kherson, Ucrania (Reuters/Archivo)

Europa se prepara para un despliegue de tropas de paz en Ucrania

Por su parte, los aliados europeos avanzan en los preparativos para un posible despliegue de tropas de paz en Ucrania, pese a la incertidumbre sobre el apoyo de Estados Unidos a la iniciativa, que representa una parte clave del operativo.

La iniciativa, que comenzó a tomar forma en las últimas semanas, cuenta ya con el trabajo técnico de más de 200 expertos militares y fue respaldada el pasado jueves por varios ministros de Defensa del continente.

"Debemos estar preparados para cuando llegue esa paz. Por eso es tan vital el trabajo de esta coalición“, expresó el ministro de Defensa del Reino Unido, John Healey, durante un encuentro con sus pares europeos.

La propuesta, según detalló, busca establecer un mecanismo de garantía sobre los términos de un eventual acuerdo con Rusia mediante la presencia de tropas internacionales en territorio ucraniano.

Aunque el proyecto aún no ha sido oficializado y depende del texto final que se logre consensuar, se contempla el despliegue de entre 10.000 y 30.000 efectivos a unos pocos kilómetros de la frontera, con el objetivo de funcionar como elemento disuasorio ante cualquier posible agresión.

Los ministros de Defensa del
Los ministros de Defensa del Reino Unido, Ucrania, Alemania y Francia en la sede de la OTAN en Bruselas, Bélgica, este viernes (REUTERS/Yves Herman)

“Las fuerzas de paz en Ucrania serían un acuerdo de seguridad comprometido y creíble para garantizar que cualquier paz negociada traiga lo que el presidente Trump ha prometido: una paz duradera para Ucrania”, agregó Healey, aludiendo a una promesa central de campaña del presidente norteamericano.

No obstante, la participación de Estados Unidos sigue siendo uno de los puntos más frágiles del esquema. La administración de Donald Trump adoptó una postura reticente sobre el involucramiento en conflictos lejanos y, según fuentes diplomáticas, funcionarios de la Casa Blanca no suelen asistir a las reuniones de la coalición que impulsa el operativo.

La ausencia de un compromiso claro de Washington genera preocupación entre los socios europeos, dado que el éxito de la misión depende en buena medida de recursos que solo Estados Unidos puede proveer: asistencia militar, capacidades de vigilancia satelital e inteligencia. “Estados Unidos sigue siendo un actor crucial para garantizar una seguridad duradera”, advirtió la ministra de Defensa de Finlandia, Annit Häkkänen.

En esa misma línea, el ministro sueco Pal Jonson sostuvo que la estrategia no podrá implementarse correctamente sin “alguna forma de compromiso estadounidense”, mientras que la jefa de Política Exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, reconoció que los esfuerzos del bloque están concentrados en “intentar mantener a Estados Unidos a bordo” del plan.

Pese a ello, varios gobiernos se mantienen cautelosos respecto al compromiso que implica una misión de esta envergadura. El ministro de Defensa de los Países Bajos, Ruben Brekelmans, planteó interrogantes centrales: “¿Cuál será la eventual misión? ¿Cuál será su objetivo? ¿Cuál es su mandato? ¿Qué haríamos en diferentes escenarios, por ejemplo, si se produjera una escalada con Rusia?”, se preguntó.