Jens-Frederik Nielsen asumió la presidencia de Groenlandia en plena tensión con Estados Unidos

El Parlamento groenlandés eligió este lunes al líder liberal de Demokraatit como nuevo mandatario, al frente de una coalición que busca resistir la presión de Washington sobre el futuro de la isla autónoma

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El jefe del Gobierno de
El jefe del Gobierno de Groenlandia, Jens-Frederik Nielsen, posa para una foto de grupo durante la asamblea constitutiva en el Inatsisartut, en Nuuk, Groenlandia, el lunes 7 de abril de 2025. (Ritzau Scanpix/Emil Stach vía REUTERS)

El Inatsisartut (Parlamento groenlandés) eligió este lunes al liberal Jens-Frederik Nielsen como nuevo presidente del Gobierno del territorio autónomo danés, según confirmaron fuentes parlamentarias, en un contexto marcado por el renovado interés geopolítico de Estados Unidos por Groenlandia.

Nielsen, líder del partido Demokraatit, se convierte en jefe del Ejecutivo tras obtener cerca del 30% de los votos en las elecciones del 11 de marzo. Su nombramiento da paso a una coalición inédita que reúne a cuatro de las cinco fuerzas con representación parlamentaria: el socialista Inuit Ataqatigiit (IA), el socialdemócrata Siumut, el también liberal Atassut y su propia formación, sumando 23 de los 31 escaños del Legislativo.

El nuevo Gobierno asumió el compromiso de abrir negociaciones con Dinamarca para revisar el actual Estatuto de Autonomía con el objetivo de establecer “un marco renovado y moderno para la colaboración futura”, según el acuerdo interpartidario firmado hace dos semanas. Las conversaciones partirán del principio de cooperación “entre partes iguales” y contemplan impulsar inversiones para fomentar el “desarrollo” del territorio.

El jefe del Gobierno de
El jefe del Gobierno de Groenlandia, Jens-Frederik Nielsen (Ritzau Scanpix/Emil Stach vía REUTERS)

Groenlandia cuenta desde 2009 con un Estatuto que reconoce su derecho de autodeterminación, tras sustituir al régimen autonómico instaurado en 1979. Aunque el texto permite al Ejecutivo local asumir competencias adicionales, una treintena de áreas —como justicia y fuerzas de seguridad— siguen bajo financiación y control de Copenhague.

Con una superficie de 2,2 millones de kilómetros cuadrados —el 80% de ellos cubierto permanentemente por hielo— y una población inferior a los 57.000 habitantes, Groenlandia depende económicamente de Dinamarca, que contribuye con aproximadamente el 40% de los ingresos anuales del territorio. La pesca representa el 90% de sus exportaciones.

El único partido fuera del nuevo Ejecutivo es el Partido Naleraq, que fue la segunda fuerza más votada con un 24,5% y que defiende una independencia rápida. Aunque Naleraq firmó junto al resto de formaciones una declaración conjunta rechazando como “inaceptables” las palabras del presidente estadounidense Donald Trump sobre Groenlandia, posteriormente se desmarcó al criticar a Nielsen y al anterior Gobierno por participar en una manifestación frente al consulado de EEUU en Nuuk.

Nielsen, líder del partido Demokraatit,
Nielsen, líder del partido Demokraatit, se convirtió en jefe del Ejecutivo tras obtener cerca del 30% de los votos en las elecciones del 11 de marzo (Ritzau Scanpix/Emil Stach via REUTERS)

En las últimas semanas, Nielsen ha reiterado su rechazo a las declaraciones estadounidenses sobre Groenlandia. “Somos seres humanos, no somos una propiedad que se puede comprar. Siempre se puede hablar de colaboración, pero hablar de anexión es inaceptable”, declaró al canal danés TV2 el pasado viernes.

Las tensiones se intensificaron después de que el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, afirmara en Bruselas que los groenlandeses buscan alejarse de Dinamarca y que Washington está dispuesto a “intervenir” y ofrecerles “una asociación”.

Nielsen respondió: “No tiene razón en lo de que Groenlandia quiere independizarse mañana. Tiene razón en que Groenlandia no quiere ser danesa, pero Groenlandia tampoco quiere ser estadounidense”.

El nuevo Ejecutivo groenlandés deberá equilibrar su agenda autonomista con las crecientes presiones externas, en un momento en que el interés estratégico por el Ártico vuelve a situar a Groenlandia en el centro del tablero geopolítico.

Mientras avanzan las negociaciones con Dinamarca para redefinir su estatus, las autoridades locales enfrentan el desafío de fortalecer su economía y gobernanza interna sin alterar el delicado equilibrio entre soberanía, cooperación regional y estabilidad institucional.

(Con información de EFE)