
El líder de la CDU/CSU, Friedrich Merz, se prepara para asumir la cancillería alemana tras la victoria en las recientes elecciones federales. Aunque en los meses previos criticó duramente a los socialdemócratas del SPD por el estado de la economía y la gestión migratoria, Merz ahora busca formar un gobierno de coalición con su antigua oposición.
Merz afirmó que un acuerdo con el SPD es “lo que queremos” y expresó su compromiso de realizar “conversaciones constructivas, buenas y rápidas”. El objetivo es sellar el acuerdo antes de Semana Santa en abril.
Con miras a una transición fluida, Merz también planea dialogar con el canciller saliente, Olaf Scholz, quien seguirá en funciones interinas hasta que el nuevo gobierno asuma el poder. Los asesores del líder de la CDU destacaron que Scholz representará las posiciones del futuro gobierno en eventos internacionales próximos, como la cumbre de emergencia de la UE programada para discutir temas de defensa europea.
“Es urgente actuar con rapidez”, sostuvo el político conservador.
Los desafíos de la coalición CDU-SPD
Uno de los principales retos de esta coalición radica en armonizar las posturas económicas y sociales de ambos partidos. La CDU se inclina hacia una agenda pro empresarial centrada en recortes fiscales y ajustes en el gasto social, mientras el SPD busca garantizar programas como las pensiones mínimas. Andreas Busch, politólogo de la Universidad de Göttingen, explicó que las negociaciones requerirán creatividad: “Un lado tendrá que aceptar que el otro pueda reclamar algunos éxitos”.
Otro foco de tensión será la política migratoria. Durante la campaña, Merz criticó al SPD por no endurecer los controles fronterizos, e incluso se apoyó en el partido de extrema derecha AfD para impulsar mociones sobre restricciones al asilo. Estas diferencias podrían resurgir en las conversaciones, aunque ambos partidos parecen compartir la premisa de que es necesario evitar que la extrema derecha gane más terreno político. “Puede que sea incluso nuestra última oportunidad de recuperar la confianza de los votantes”, afirmó Merz.

Asignación de ministerios y temas de seguridad
Además, la asignación de carteras ministeriales será otro punto clave en las conversaciones. La CDU se ha mostrado interesada en liderar el Ministerio de Defensa, mientras que el SPD podría optar por el Ministerio del Interior, posiblemente con Boris Pistorius, actual titular de Defensa, al frente. Por otro lado, el Ministerio de Finanzas también está en la mira de la CDU, mientras Klingbeil, del SPD, podría asumir el Ministerio de Asuntos Exteriores.
En el ámbito de la defensa, ambos partidos enfrentan el desafío de aumentar el gasto militar y mejorar la infraestructura sin infringir el límite constitucional de endeudamiento. Henning Meyer, especialista en política pública de la Universidad de Tubinga, dijo que la reforma del freno de la deuda será un punto crucial en las negociaciones: “Esto podría involucrar una enmienda constitucional o la creación de un fondo especial de defensa antes del 25 de marzo, cuando la nueva legislatura se instale”.
Un contexto político complejo y la importancia de la coalición
La coalición entre la CDU y el SPD llega en un escenario político fragmentado. Aunque en anteriores legislaturas ambas fuerzas lograban mayorías abrumadoras, su actual representación conjunta alcanza solo el 52 % del Bundestag. Este nivel es significativamente inferior al de las antiguas “Grandes Coaliciones”, como la primera liderada por Kurt Georg Kiesinger en 1966, que logró el 90 % de los escaños, o la última bajo el mando de Angela Merkel en 2018, con una mayoría del 56 %. Este estrecho margen hace evidente que ambos partidos deben actuar con más unidad.

No obstante, las negociaciones podrían demorarse si el SPD decide someter el acuerdo de coalición a la votación de sus miembros, un paso que, según Henning Meyer, añadiría un margen de incertidumbre y retrasaría el proceso hasta por dos semanas. “El mundo es muy turbulento y las decisiones no esperan”, dijo Lars Klingbeil, colíder del SPD.
Hoja de ruta
Tanto Merz como Klingbeil han enfatizado la urgencia de garantizar un gobierno estable que permita afrontar los desafíos de Europa y la vulnerabilidad política interna frente al ascenso de la extrema derecha.
“Es tarea de la política alemana hacer que Europa sea fuerte en esta fase histórica”, declaró Klingbeil.
Por su parte, Merz reconoció lo delicado de las negociaciones, asegurando que está “decidido a mantener conversaciones de buena fe”.
La próxima semana será crucial para los avances en la alianza CDU-SPD, donde se espera que ambos partidos formen grupos de trabajo para definir la agenda común y los puntos prioritarios. Este enfoque buscará evitar los errores del gobierno tripartito liderado por Scholz, cuya fragmentación se exacerbó tras la invasión rusa a Ucrania. Esta experiencia será una lección para estructurar un programa renovado y eficiente.
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