
A poco de haberse convertido en el nuevo rey, y con fecha de coronación confirmada para el próximo 6 de mayo, Carlos III ya ha anunciado un gran cambio para sus primeros años al frente de la Corona. Según fuentes cercanas a la realeza, el monarca y su esposa, la reina Camilla, no vivirán en el palacio de Buckingham hasta 2027.
La decisión se debe a que la clásica residencia real estará bajo remodelaciones durante cinco años más, cuyo valor total es de 370 millones de libras esterlinas.
Así, según informó el diario The Sun, Carlos y Camilla dividirán sus días entre tres residencias. La principal continuará siendo Clarence House -donde viven hace más de 19 años y que se ubica a tan solo 400 metros del Palacio-. Allí pasarán tres días a la semana; los restantes se dividirán entre el castillo de Windsor y los fines de semana en Sandringham, en Norfolk.

El Rey ya pasaba algunos de sus días en el Castillo a raíz de los problemas de movilidad de Isabel II, que habían empeorado en el último año.
También, podría verselos en su residencia privada, Highgrove House, cerca de Tetbury, en Gloucestershire, lugar que el Rey adquirió en 1980 y donde ha dedicado gran parte de su tiempo a la jardinería.
Sin embargo, a pesar de que las remodelaciones en el Palacio estén atrasadas, desde el entorno real afirman que “el monarca debería estar viviendo en Buckingham Palace. Es el corazón de la monarquía en Londres y corre el riesgo de convertirse simplemente en una atracción turística”.
La gran obra en el Palacio, una medida urgente

Las remodelaciones en el lugar ya comenzaron. El plan original contemplaba 10 años de obras, por lo que se calcula que estarán finalizadas para el 2027.
Se trata de la primera gran obra que se realiza allí desde la Segunda Guerra Mundial, por lo que se deben realizar cambios en el cableado, en los caños y los sistemas de calefacción.
Según informaron expertos, se utilizarán 16.000 metros de cañerías, se reemplazarán 6.500 tomas de corriente y se cambiarán 500 piezas de baño y gran parte de los zócalos.

También, se realizarán trabajos sobre el empapelado de muchos salones, entre ellos el del famoso “Yellow Drawing Room” en el ala este, el cual será “conservado y preservado” antes de ser colocado nuevamente.
El costo total de la obra asciende a 370 millones de libras, que será afrontado por los contribuyentes a través de la Ley de Subvención Soberana, que fue aprobada en el 2011 y por la cual se estableció un pago anual del gobierno al monarca para financiar sus deberes oficiales. De esa suma, la tercera parte está destinada al mantenimiento de las residencias reales.
Tras años de uso y poco mantenimiento, estas refacciones surgieron a raíz del riesgo que corrían tanto el lugar como las reliquias y piezas de arte que se encuentran en su interior. El palacio se usó por primera vez con la reina Victoria en 1952 y, desde entonces, no se le han hecho remodelaciones.

A pesar de que el Rey dividirá sus días entre distintas residencias, sí utilizará los salones del palacio de Buckingham para cuestiones de trabajo como reuniones. Inclusive, en el pasado Carlos había hecho pública su voluntad de “convertirlo más en una oficina”, comentó a la BBC el historiador Robert Lacey.
(Con información de Daily Mail)
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