
Un grupo de manifestantes se enfrentó este lunes a las fuerzas de seguridad libanesas frente al Ministerio de Justicia en Beirut, exigiendo la liberación de dos personas detenidas la semana pasada durante un asalto bancario.
Los choques ocurrieron mientras una delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reunía en la capital libanesa con funcionarios para hablar sobre el colapso económico del país y las escasas medidas adoptadas por el gobierno para sacar al Líbano de la peor crisis económica de su historia moderna.
El enfado con los prestamistas locales, que llevan casi tres años imponiendo controles de capital informales que incluyen límites al retiro de dinero en los cajeros automáticos, ha aumentado en las últimas semanas, y algunos depositantes han asaltado las sucursales bancarias y se han llevado sus ahorros por la fuerza.
La protesta del lunes ante el Ministerio de Justicia exigía la liberación de Abdul Rahman Zakariya y Mohamed Rustom, detenidos desde el miércoles tras irrumpir en una sucursal bancaria y ayudar a una depositante a sacar sus ahorros para pagar el tratamiento del cáncer de su hermana.
Se unieron a Sali Hafez, que utilizó una pistola de juguete para exigir 13.000 dólares de su cuenta de ahorros. Hafez, que ha estado escondida, ha dicho que visitó repetidamente el banco para pedir su dinero y le dijeron que sólo podía recibir 200 dólares al mes en libras libanesas.

El viernes los depositantes, entre ellos uno armado con una escopeta de caza, irrumpieron en al menos cinco bancos para exigir que les entregaran sus ahorros, el mayor número de incidentes de este tipo en un día. Los bancos, alegando motivos de seguridad, cerraron todas las sucursales durante tres días a partir del lunes.
En un momento dado del lunes, decenas de manifestantes intentaron allanar el Ministerio de Justicia, y se detuvieron tras retirar una puerta metálica. Se teme que, si los dos hombres no son liberados, las protestas puedan intensificarse.
En otras partes de Beirut, los manifestantes cerraron brevemente varias avenidas principales en protesta por el deterioro de las condiciones de vida, incluida la casi inexistente electricidad estatal, el desplome de la libra libanesa y el aumento de la pobreza, que ha alcanzado a tres cuartas partes de la población desde que comenzó la crisis económica en octubre de 2019.
La libra libanesa alcanzó nuevos mínimos, ubicándose en 38.600 libras por dólar el lunes.

El sistema bancario, incentivado por los altos intereses ofrecidos tras el final de la guerra civil libanesa en 1990, se convirtió en tenedor de la mayoría de la deuda que fue emitiendo el Estado para contrarrestar su déficit, en medio de una corrupción endémica y las pérdidas registradas por empresas estatales.
A finales de 2019, las entidades no tenían liquidez suficiente para entregar dólares a todos los ahorradores que habían depositado en esa moneda y el sistema se vino abajo, lo que llevó a los bancos a imponer medidas oficiosas de control de capitales, haciendo que las cuentas en dólares quedasen virtualmente bloqueadas.
(Con información de AP y EFE)
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