
El secretario general del grupo chiíta libanés Hezbollah, Hasan Nasrallah, dijo el sábado que no quiere una guerra con Israel pero que está preparado y listo para ganarla, en medio de un repunte de tensión en la frontera derivado de intercambios de ataques recientes desde el Estado judío y el Líbano.
“No estamos buscando la guerra, tampoco la queremos. Pero estamos preparados para ella y la vamos a ganar”, dijo el líder de Hezbollah en un discurso televisado.
Nasrallah hizo estas declaraciones un día después de que el grupo chiíta lanzara una veintena de cohetes desde el sur del Líbano hacia Israel, que respondió con ataques por tercer día consecutivo.
“Queremos decirle al enemigo que cualquier ataque aéreo de la fuerza aérea israelí en el Líbano inevitablemente generará una respuesta, aunque de una manera adecuada y proporcionada, porque queremos cumplir el propósito de proteger a nuestro país”, agregó.

Hezbollah entonces alegó que el lanzamiento de cohetes fue en respuesta al bombardeo aéreo de Israel la víspera, el primero desde la guerra que libraron en 2006.
En este sentido, Nasrallah agregó que la respuesta de su formación a otros ataques aéreos israelíes “puede ser en cualquier lugar del norte de la Palestina ocupada, ya sea en Galilea o en el Golán”.
“Nuestras opciones están abiertas”, aseveró el líder de Hezbollah.
El pasado miércoles, tres cohetes fueron lanzados desde el Líbano contra territorio israelí, una acción que no fue reivindicada por ningún grupo pero que Israel sospecha de facciones palestinas presentes en el sur del país árabe.
Israel respondió con tres rondas de artillería y, horas más tarde, durante la madrugada del pasado jueves, con un bombardeo.

Esta acción aérea fue la primera perpetrada por el Estado judío en el Líbano en 15 años, de acuerdo con el presidente libanés, Michel Aoun, quien la consideró una “violación flagrante y peligrosa” de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que puso fin a la guerra de 2006.
El conflicto de 33 días en el verano de 2006 mató a 1.200 personas en el Líbano, en su mayoría civiles, y 160 israelíes, en su mayoría soldados. Terminó con un alto el fuego respaldado por la ONU el 14 de agosto de 2006 que vio al ejército libanés desplegarse a lo largo de las zonas fronterizas.
Estados Unidos, por su parte, instó el viernes al gobierno de Líbano a evitar que Hezbollah dispara cohetes contra Israel.
La escalada de tensión se produce cuando el Líbano roza el colapso, azotado por una grave crisis económica, con la inflación disparada y con escasez de productos básicos, medicinas y combustible; mientras perdura el bloqueo político a la espera de que el primer ministro designado, Najib Mikati, el tercero en menos de un año, forme gobierno en los próximos días.
Con información de EFE y AFP
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