
Luigi di Maio anunció este miércoles su renuncia como líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S), un cargo que ocupaba desde septiembre de 2017 y durante el que ha conseguido llevar a la formación a ser la fuerza más votada en las elecciones de 2018.
Durante un acto en Roma anunció lo que ya habían adelantado los medios y confirmado quienes habían estado presentes en el encuentro con los ministros y viceministros del M5S que Di Maio ha mantenido este miércoles por la mañana. “Mi labor ha terminado”, señaló, si bien ha dejado claro que seguirá “trabajando por el bien de los italianos como ministro de Exteriores”.
“Hoy se cierra una era y el movimiento debe reformarse”, defendió, resaltando lo logrado en este tiempo y expresando su confianza en quien “vendrá después”. Según Di Maio, para estar en el Gobierno el partido debe estar “organizado y estructurado”.

Asimismo, ha advertido de que los “peores enemigos” del M5S están dentro del propio partido. “Si en los últimos años no nos hubiéramos vuelto tan a menudo los unos contra los otros, habríamos conseguido resultados aún más importantes”, ha lamentado. “El Movimiento es un proyecto revolucionario y seguirá siendo determinante para Italia”, aseveró, defendiendo que el partido aún tiene “un amplio margen de crecimiento”.
La renuncia como líder del M5S de Di Maio se produce a pocos días de las elecciones regionales del domingo en Emilia Romagna y Calabria, consideradas en buena medida como una prueba de fuego para la coalición de gobierno que vio la luz el pasado verano.
Una opinión que no comparte el primer ministro, Giuseppe Conte. “Decir que se trata de una votación sobre el Gobierno es equivocado”, defendió en declaraciones a una emisora de radio. En este sentido, consideró que no tendrán consecuencias en el Ejecutivo y confió en que “den más energía a las fuerzas” que lo sustentan.
En la misma línea se pronunció el ministro de Exteriores. El Gobierno “debe seguir adelante”, afirmó Di Maio, convencido de que “los resultados llegarán”.

Di Maio consiguió que el M5S fuera el partido más votado en las elecciones de 2018, con el 33 por ciento de los votos, y tras una primera experiencia de gobierno de coalición con la Liga del ultraderechista Matteo Salvini que se vino abajo el pasado agosto, llegó a un acuerdo para gobernar con el Partido Democrático.
La formación antisistema que creó el cómico Beppe Grillo ha venido perdiendo fuelle de forma continuada en los últimos tiempos, con disputas internas entre distintos bloques, y los sondeos le sitúan ahora en una intención de voto en torno al 18 por ciento. Además, 31 de los 334 diputados han abandonado el partido desde las elecciones, los dos últimos de ellos este mismo martes.
Según la agencia Adnkronos, la jefatura del partido pasará a ocuparla interinamente Vito Crimi, en su calidad de miembro más antiguo del comité de garantías, quien además será el encargado de elegir al jefe de la delegación del M5S en el Gobierno.
Con información de EuropaPress
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