El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, suele aprovechar cualquier oportunidad para evocar pasajes de la historia de México, sobre todo aquellos relacionados con sus héroes nacionales favoritos, como Benito Juárez. Sin embargo, este fin de semana, la lección fue más allá: el mandatario respondió a un mensaje de odio con el poema de un pastor de la resistencia alemana anti nazi.
Todo comenzó con un comentario del escritor de novelas de ficción históricas Francisco Martín Moreno, un opositor radical del gobierno de López Obrador. Esto durante la transmisión por internet del programa de Pedro Ferriz de Con, otro rival jurado de la administración.
Martín Moreno dijo: “Si se pudiera regresar a la época de la Inquisición, yo colgaba, no, quemaba vivo a cada uno de los morenistas en el Zócalo capitalino, te lo juro”. También agregó que, en lo que a él respecta, cualquier ciudadano que vote por Morena en las elecciones intermedias de 2021 será un traidor a la patria.
Sus señalamientos fueron fuertemente criticados, incluso por un sector de la oposición. En opinión de algunos se trató de un mensaje de odio, que promovía la violencia directamente contra quienes pensaban diferente al escritor y que generaba polarización, paradójicamente de lo que el autor de “México mutilado” acusa a López Obrador.
El mandatario mexicano aprovechó para responder con un video este domingo donde llamó a “no promover el odio”. “Supuestamente son antifascistas… ¿Por qué callan ante una situación así, por qué no pintan su raya y se deslindan y pueden decir ‘no estamos de acuerdo con el presidente, pero no podemos permitir que se propague el odio?", cuestionó en su mensaje López Obrador.
López Obrador acompañó el video publicado en sus redes sociales, con un fragmento de un poema. "No solo por la propagación del odio, sino por el silencio abrumador de los supuestos antifascistas. Me hace recordar el fragmento de este poema atribuido a Martin Niemöller”, escribió:

López Obrador atribuyó correctamente el poema, ya que el autor efectivamente es Niemöller, aunque durante muchos años la autoría ha sido confundida por los entusiastas de estos versos y la propagación en internet de la idea de que fue el dramaturgo alemán Bertolt Brecht quien lo había escrito, algo que se ha desmentido con frecuencia.
Niemöller nació como Martin Friedrich Gustav Emil Niemöller el 14 de enero de 1892, en la ciudad alemana de Lippstadt, y murió en 1984, en Alemani del Este. El hombre fue un prominente pastor luterano y teólogo fundador de la Iglesia de la Confesión.
En 1933, Niemöller fundó también la Pfarrernotbund, la Liga de Emergencia Pastoral, como respuesta a la interferencia del Partido nazi en la vida y asuntos de las iglesias alemanas, de acuerdo con la prestigiosa Enciclopedia Britannica, donde el hombre de fe tiene una entrada propia.
Su activismo anti nazi lo llevó a la resistencia contra Adolf Hitler, que, en su ascenso en el gobierno alemán y tras advenimiento del Tercer Reich, provocó el inicio de políticas que criminalizaron a los judíos y cristianos. Niemöller usó su influencia en la Iglesia evangélica para hacerle frente a los nazis, que pronto arrasaron con cualquier rastro de democracia.

Ese activismo le costó caro. Niemöller fue capturado en 1937 por la Gestapo, la policía secreta nazi, mientras el hombre predicaba a lo largo del país. Fue enviado al campo de concentración de Sachsenhausen y posteriormente al de Dachau.
En 1945, cuando la guerra parecía inevitablemente perdida para el bando nazi, Niemöller fue enviado a Tirol, en Austria, donde fue eventualmente liberado por las fuerzas Aliadas al final de la Segunda Guerra Mundial. A partir de entonces, el pastor se dedicó a reconstruir la Iglesia Evangélica alemana.
Sin embargo, lo que le concedió el recuerdo eterno fue la redacción del poema mencionado, que intenta resaltar las consecuencias de la apatía y el desinterés, sobre todo político, de distintos sectores de la población, así como la cobardía de aquellos que se negaron a actuar hasta que ya era demasiado tarde. Als sie mich holten, gab es keinen mehr, der protestieren konnte. Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.
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