En Colombia hay seis conflictos armados, según la Cruz Roja Internacional

Lorenzo Caraffi, jefe de la delegación de la Cruz Roja en Colombia, aseguró que el deterioro de la situación humanitaria en el país ha sido muy evidente.

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Lorenzo Caraffi, jefe de la
Lorenzo Caraffi, jefe de la delegación del CICR en Colombia Foto: Gustavo Torrijos.

Esta semana, el jefe de la delegación de la Cruz Roja Internacional en Colombia, el italiano Lorenzo Caraffi, conversó con la periodista Catalina Oquendo, del diario El País, acerca del rumbo actual del panorama humanitario en el país y los retos que tendrá el gobierno del presidente Gustavo Petro en materia de conflicto.

Caraffi señaló que durante el primer semestre de 2022, en relación con el informe de la Comisión de la Verdad, ha habido un deterioro preocupante en la situación humanitaria en Colombia, desde 2018.

El jefe de la delegación opina que en Colombia el conflicto ha tenido una reorganización y ha permitido que los grupos armados se reconfiguren en medio de una lucha por el control territorial, que los involucra a ellos, y otra que es contra el Estado y la fuerza pública. Respecto a las características del conflicto, que ha dejado de ser uno solo, Caraffi menciona que según un análisis que hizo la CICR, con base en los principios del Derecho Internacional Humanitario, en el país se identificaron seis conflictos armados no internacionales, de los cuales tres involucran al Estado y grupos armados no estatales como el ELN, las AGC o el Comando de Frontera, y tres involucran a grupos armados que se enfrentan entre ellos.

Respecto a la neutralidad de la que habla, Oquendo le pregunta a Caraffi si las intensiones de la CICR lee apuestan al diálogo, al sometimiento o a la negociación, y él responde que eso le corresponde a las partes involucradas. “Lo que nos importa en situación de conflicto”, comenta, “es que, primero, el DIH sea respetado y que las consecuencias humanitarias sean mínimas. Y segundo, naturalmente, estamos muy contentos si hay acuerdos que permitan reducir estas consecuencias hasta que desaparezcan. En caso de acuerdos y su firma con quien en particular el Gobierno considera bueno, eso es una elección de carácter político que dejamos a las autoridades”.

Volviendo al tema del panorama humanitario actual, el italiano habla de 377 casos de víctimas por minas y artefacto explosivos en lo que va de 2022 y es enfático al decir que este es uno de los elementos que hace que la situación en Colombia sea particularmente compleja.

“(...) hay un desminado humanitario que continúa con resultados y al tiempo hay territorios donde está aumentando claramente el uso de artefactos explosivos. Está aumentando porque han crecido la conflictividad y las acciones armadas de los grupos. Hubo un aumento en particular de artefactos de detonación controlada y artefactos lanzados, que es un síntoma de conflictividad”, precisó.

Finalmente, en la entrevista de El País, Oquendo le pregunta al italiano por la forma en que ha vivido los conflictos en Colombia desde su arribo al país y Caraffi recuerda que en 2002, cuando fue el jefe de la oficina de Saravena, dormía con el conflicto. “(...) estaba en la cama y escuchaba los combates y los disparos de granadas”. Menciona que para él esta es una imagen muy vívida que lo acompañó a su llegada a Bogotá, en el 2008, después de la desmovilización de los paramilitares, “había un cambio bastante grande en términos de la realidad, pero de todas maneras un porcentaje muy relevante del territorio colombiano seguía siendo afectado por los conflictos. Hoy en día, a diferencia de comienzos de los años 2000, no todo el país está afectado de la misma manera, las afectaciones se concentran en algunas regiones más alejadas del centro del país, pero la intensidad del conflicto en esos territorios es extremamente intensa”.

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