
Un equipo de científicos de 15 países, que incluyó a la Argentina y Brasil, descubrió que el mosquito que transmite el dengue, que se llama Aedes aegypti, tiene una variante que surgió en América y no en África. Esta variante prefiere picar a personas y no a animales.
El equipo secuenció 1.206 genomas, es decir, estudió el ADN del mosquito, que recolectó en 73 lugares de todo el mundo.
Detectaron que la variante que busca picar a los seres humanos apareció después de la llegada forzada de personas esclavizadas desde África a América. Lo publicaron en la revista Science.
En América, hoy 500 millones de personas están actualmente en riesgo de contraer dengue, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El origen del mosquito del dengue

El análisis fue dirigido por Jacob E. Crawford junto a expertos de países como Estados Unidos, Argentina y Brasil. Usaron máquinas especiales para leer el ADN y encontraron más de 141 millones de diferencias genéticas.
Este trabajo permitió reconstruir la historia del mosquito y sus viajes por el mundo.
Los investigadores consideraron que la expansión global de Aedes aegypti pone ahora a más de la mitad de la humanidad en riesgo de infección por arbovirus.
Identificaron cuatro eras clave en la historia de Aedes aegypti. La primera corresponde a la migración original desde África a América durante la trata transatlántica de personas esclavizadas.
En la segunda era, la variante americana del mosquito se adapta a entornos urbanos y a picar a humanos.

La tercera ocurrió durante la expansión global del mosquito hacia Asia y otras regiones, y la cuarta era muestra re-invasiones recientes y mezcla genética entre poblaciones invasoras y nativas, especialmente tras las fallas en campañas de erradicación y el aumento de la conectividad internacional.
“La variante americana del mosquito se adaptó a vivir cerca de las personas en ciudades. Ese cambio explica, en parte, por qué se volvió tan común en algunas áreas”, dijo a Infobae una de las coautoras Victoria Micieli, investigadora en entomología médica y directora del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores, que depende del Conicet y la Universidad Nacional de La Plata y está asociada a la CIC de la provincia de Buenos Aires. Otro coautor argentino fue Darío Balcazar.
La resistencia del mosquito

Además, los científicos detectaron “mutaciones llamadas KDR, que dan resistencia a los insecticidas”.
Ese problema significa que el insecticida, usado para matar mosquitos, deja de ser efectivo porque el mosquito se volvió más fuerte.
En América y Asia, la mayoría de estos mosquitos ya tiene esa resistencia. En África, hay menos casos, pero empiezan a aparecer variantes resistentes traídas por nuevas invasiones.
América Latina y el Caribe cuentan más de 12 millones de casos de dengue y 7.700 muertes en los últimos años. El informe destaca: “La resistencia a insecticidas ha surgido de forma independiente en varios lugares y se ha diseminado por migraciones transcontinentales recientes”.

El estudio, llamado proyecto Aaeg1200, analizó dos tipos de mosquito. Uno, originario de África que vive en bosques y pica animales. Otro, el nuevo en América, que prefiere ciudades y picar a las personas.
El trabajo fue complicado porque algunos países eliminaron poblaciones enteras de mosquitos, así que los investigadores tuvieron que buscar información vieja y comparar datos de muchos lugares.
Con toda esta información, los expertos entienden mejor cómo el mosquito cambió y cómo llegó a tantos países. La urbanización, el crecimiento de las ciudades y el cambio climático le dan ventajas para multiplicarse.
Los usos potenciales del conocimiento

Los resultados del estudio podrían favorecer el desarrollo de pruebas genéticas rápidas para detectar mosquitos resistentes a insecticidas, optimizar estrategias de control y anticipar brotes.
También podrían facilitar la vigilancia genómica para adaptar políticas sanitarias regionales y mejorar las medidas contra el dengue y otras enfermedades transmitidas por el mosquito.
Vigilar mejor el ADN de los mosquitos y actuar sin retrasos puede ayudar a frenar el dengue, el zika, el chikungunya y la fiebre amarilla, porque son todas enfermedades que transmite el mismo mosquito.

“Compartimos estos datos para que sirvan a todo el mundo y ayuden a entender la actual epidemia de dengue”, escribieron los investigadores. Así, cada país podrá mejorar sus métodos según los mosquitos presentes.
Los resultados podrían ayudar a las autoridades sanitarias para “anticipar riesgos sanitarios” y tomar medidas rápido cuando aparecen nuevos brotes.
“Conocer el ADN del mosquito Aedes aegypti es clave para frenar el dengue ahora y en el futuro. La nueva información que aportamos ayudará a salvar vidas y mejorar la salud pública en América Latina y el mundo", afirmó la experta.
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