A 14.000 kilómetros de Buenos Aires, estudiantes de tres universidades argentinas completaron la quinta jornada de la competencia informática universitaria más desafiante del mundo en Bakú, la capital de Azerbaiyán.
La Universidad Nacional de La Plata (UNLP), la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Universidad Nacional de Rosario (UNR) participaron de la final mundial del International Collegiate Programming Contest (ICPC), el certamen universitario de programación más prestigioso del mundo que concluyó hoy después de 5 días de pruebas.
Es que la ICPC es la competencia de programación más antigua y destacada a nivel global, que comenzó hace casi 50 años, en 1977. La misma reúne a los mejores programadores universitarios del mundo, con equipos de universidades como Harvard, MIT y Oxford.
Las tres universidades argentinas tuvieron un desempeño notable: mientras la UBA y la UNR lograron obtener un diploma de honor, la UNLP recibió una mención especial por la resolución de los problemas matemáticos.
El certamen, que este año se celebra en Bakú, Azerbaiyán, reúne a los equipos más talentosos de universidades de todo el planeta, desde Estados Unidos y Europa hasta Rusia y China, enfrentando problemas algorítmicos y matemáticos de enorme complejidad en tiempos extremadamente ajustados.
El equipo de la UNLP, bajo el nombre “NaN - Need a Name”, estuvo integrado por Ulises Pereira, Joaquin Inama y Joaquin Gavernet. Los coachs que acompañaron al equipo son Matías Fluxa y Rodrigo Miguel.
Los equipos por la UBA estuvieron representados bajo el nombre “Corman et al.”, y sus integrantes son Ulises López Pacholczak, Jeremías Figueiredo Paschmann, Lucas Hernán Tarche y su coach Ivo Pajor. Por la UNR , llamados “Red-Black Tree”, estuvieron representados por Francesco Mozzatti, Julián Máximo Cabrera y Matías Raimundez. El equipo fue acompañado por sus coachs Franco De Rico y Sebastián Mestre.
“La experiencia de estar acá es única y es una alegría tremenda tanto para mí como para mis compañeros y todo el resto del equipo de Argentina. Es un orgullo tremendo poder representar a mi universidad, después de tantos años de que no participaba. El hecho de poder venir a un a un evento, a un congreso así, con tantas culturas, tantos países diferentes y tantas formas de vida que uno no conoce y que se encuentra acá, es hermoso y es irrepetible”, explicó a Infobae desde Bakú, Ulises Pereira, estudiante de la universidad platense.
“Lo más difícil acá de la competencia fue la presión de querer hacer las cosas bien, porque uno siempre quiere llegar lo más lejos posible y obtener el mejor resultado. Pero más allá del resultado, es un logro y un sueño cumplido realmente”, completó el estudiante de la UNLP que cursa el quinto año de Ingeniería en Computación. Su compañero Joaquín Gavernet cursa el cuarto año de la misma carrera y Joaquín Inama cursa el quinto año de la Licenciatura en Matemática.
Los tres estudiantes están acompañados por su coach Matías Fluxa, ingeniero eléctrico egresado de la UNLP, y por Rodrigo Miguel, colaborador del Taller de Algoritmos y coach de otros equipos de la regional.
Cómo es el mundial de programación
“La competencia en Bakú es el mundial de programación. La olimpíada consiste en una serie de problemas algorítmicos y lógicos a resolver en un tiempo de cinco horas. Y gana el que resuelve más problemas en el menor tiempo posible”, explicó Fluxa en diálogo con Infobae desde Azerbaiyán.

Y completó: “En el caso de la UNLP, hace 15 años que no clasificamos al mundial, así que vinimos, nos preparamos, obviamente, viendo mundiales anteriores, y rindiendo competencias regionales. Aquí en Bakú, sacamos una mención y los equipos de la UBA y Rosario, por tener un problema más sacaron una nota con honores. Estamos muy contentos de haber participado, ya que resolvimos problemas muy difíciles de programación. Y estamos contentos y con buenas expectativas para el año que viene, ya que tenemos otra chance de volver a clasificar el 8 de noviembre que se rinde de vuelta el regional sudamericano”.
Este logro tiene un valor histórico porque apenas es la tercera vez en los 49 años de existencia del ICPC que un equipo de la UNLP alcanza la instancia máxima. Además, confirma la capacidad de la educación pública para competir de igual a igual con instituciones de élite a nivel global. Tres generaciones de estudiantes y varios años de esfuerzo académico se conjugaron para llevar a estos jóvenes a representar a la ciudad de La Plata y a la Argentina frente a los mejores programadores del mundo.
Antes de partir a Azerbaiyán, los tres estudiantes fueron recibidos por el presidente de la UNLP, Martin López Armengol, quien destacó la importancia de esta participación para la universidad y para los futuros profesionales. “Es un orgullo para la UNLP que la hayan representado en este evento donde confluyen los intercambios y los encuentros con pares de otras universidades.
Estos logros dan cuenta del nivel de conocimiento, de organización y de empatía, que seguramente los va a posicionar en un futuro como muy buenos profesionales”, expresó Armengol.
Además, señaló: “Siempre es un motivo de satisfacción que nuestros jóvenes apuesten a compartir e intercambiar esos saberes que generaron en estas aulas, en un ámbito internacional. Son propuestas de internacionalización que hacen que el modelo de desarrollo de conocimiento se nutra de nuevas experiencias y se potencie”.
El mandatario universitario concluyó su mensaje con una mirada inspiradora: “Estos logros tienen un enorme efecto multiplicador y son una fuente de inspiración para miles de jóvenes que ven en la universidad pública una herramienta para el desarrollo personal y un motor de transformación para la sociedad”.
Un largo camino de un año hacia la final
El camino hacia Bakú comenzó mucho antes. En agosto de 2024, la Facultad de Informática fue sede de la 14.ª edición del Torneo Argentino de Programación (TAP), una instancia nacional que reunió a diez equipos de distintas unidades académicas de la UNLP. Entre ellos, el equipo NaN –cuyo nombre juega con la expresión “Not a Number” y también significa “Need a Name”– obtuvo el primer puesto nacional al resolver 8 problemas complejos de manera eficiente.
“Esta victoria les permitió avanzar a la final latinoamericana, el LATAM Programadores de América, que se desarrolló entre el 13 y el 17 de marzo de 2025 en la Universidad Federal de Bahía, Brasil. Allí compitieron los 42 mejores equipos de Sudamérica, Centroamérica y el Caribe. Tras un desempeño brillante, NaN alcanzó el puesto 14 y aseguró su pase a la final mundial en Azerbaiyán”, explicó a Infobae, la profesora Titular de Algoritmos y Estructuras de Datos y Taller de Tecnologías de Producción de Software, Alejandra Schiavoni de la UNLP.
La participación del equipo en la competencia no fue fruto del azar. Desde 2022, estos estudiantes entrenan con constancia, enfrentando cada etapa de clasificación, superando la presión de los torneos regionales y afinando sus habilidades en resolución de problemas algorítmicos y matemáticos.
Como parte de su preparación, viajaron en enero a la Universidad de Campinas, Brasil, para un curso intensivo de dos semanas junto a otros equipos clasificados. Esta etapa formativa les permitió consolidar estrategias, mejorar la colaboración y optimizar la eficiencia en la resolución de problemas bajo presión.
El ICPC se diferencia de otros certámenes universitarios por su capacidad para poner a prueba no solo el conocimiento técnico, sino también la creatividad, la innovación y el trabajo en equipo.
“El concurso fomenta el trabajo en equipo, la creatividad, el análisis y la habilidad para desarrollar software eficiente bajo presión”, destacan desde la organización del certamen. Cada año participan más de 50.000 estudiantes de 3.000 universidades en 111 países, pero solo los mejores equipos de cada competencia regional acceden a la final mundial. La meta no es solo resolver problemas complejos, sino demostrar que se puede sobresalir en un entorno de alta exigencia global, aprendiendo de los pares más talentosos.
La preparación y los desafíos de la final mundial
El ICPC no solo exige capacidad técnica, sino resistencia emocional y disciplina. Los equipos trabajan en bloques de tres estudiantes, resolviendo problemas que mezclan matemáticas, algoritmos y programación de software en tiempos estrictos. El objetivo es encontrar soluciones óptimas en entornos de alta presión, fomentando la creatividad y la colaboración.
Para los estudiantes de NaN, cada instancia previa representó un entrenamiento para esta prueba definitiva. Desde su participación en el Torneo Argentino de Programación, pasando por la final latinoamericana, hasta llegar a Bakú, cada etapa les permitió medir sus capacidades, aprender de los errores y perfeccionar sus estrategias.
La competencia combina conocimiento académico, pensamiento lógico y rapidez mental, exigiendo que los equipos mantengan la calma y la precisión frente a problemas que simulan escenarios reales de la informática global.
“El Concurso Internacional de Programación Universitaria es un concurso de programación algorítmica para estudiantes universitarios. Equipos de tres, que representan a su universidad, trabajan para resolver los problemas más complejos del mundo real, fomentando la colaboración, la creatividad, la innovación y la capacidad de trabajar bajo presión”, destacan de la organización de la competencia.
Y agregaron: “Mediante el entrenamiento y la competición, los equipos se desafían mutuamente para superar los límites de lo posible. En pocas palabras, es el concurso de programación más antiguo, grande y prestigioso del mundo”.
La experiencia en Bakú será un referente histórico para las tres universidades. Además, demuestra que la perseverancia, el talento y la educación pública de calidad pueden superar barreras y competir de igual a igual con universidades de gran prestigio internacional.
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