Un estudio internacional descubre variantes genéticas que podrían aumentar el riesgo de esquizofrenia

La investigación analizó a casi 130.000 personas y logró identificar ocho genes de relevancia en el desarrollo de este cuadro. Qué implica para posibles terapias en el futuro

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La investigación genómica a gran
La investigación genómica a gran escala refuerza el origen multifactorial de la esquizofrenia (Imagen Ilustrativa Infobae)

Una investigación ha identificado ocho genes de riesgo antes desconocidos asociados a la esquizofrenia, arrojando luz sobre los mecanismos biológicos de este cuadro.

El estudio, coordinado por el Centro de Genética y Genómica Neuropsiquiátrica de la Universidad de Cardiff y publicado en Nature Communications, examinó el material genético de casi 29.000 personas con esquizofrenia y más de 100.000 controles, además de familias afectadas. Los resultados sitúan a estos genes entre los factores con mayor peso detectados hasta ahora y consolidan la importancia de las variantes genéticas poco frecuentes en el desarrollo de la enfermedad.

Según Mayo Clinic, “la esquizofrenia es una enfermedad mental grave que afecta el modo de pensar, sentir y comportarse de las personas. Puede dar lugar a una mezcla de alucinaciones, ideas delirantes y pensamientos y comportamientos desorganizados”.

“No se sabe qué causa la esquizofrenia, pero los investigadores creen que puede relacionarse con una combinación de genética, neuroquímica cerebral y el entorno”, agregan desde Mayo Clinic.

Ocho genes bajo la lupa y su impacto

Mutaciones poco frecuentes ofrecen nuevas
Mutaciones poco frecuentes ofrecen nuevas pistas sobre los mecanismos biológicos de la esquizofrenia (Imagen ilustrativa Infobae)

Entre los genes identificados, STAG1 y ZNF136 muestran una sólida relación genética con el trastorno, mientras que SLC6A1, KLC1, PCLO, ZMYND11, BSCL2 y CGREF1 presentan una asociación significativa con un nivel de evidencia moderado. SLC6A1 y KLC1 se vinculan a esquizofrenia a través de mutaciones responsables de modificar la secuencia de aminoácidos y alterar el funcionamiento de sus proteínas, siempre según los científicos.

El funcionamiento de estos genes revela nuevas hipótesis. Por ejemplo, la implicación de STAG1 respalda la relevancia de la organización de la cromatina en la enfermedad.

Por otro lado, SLC6A1 se encarga de un transportador de GABA, neurotransmisor clave en la comunicación neuronal. Las alteraciones en este gen pueden limitar la captación de GABA y afectar la señalización cerebral. Además, KLC1 interviene en el transporte intracelular y la diferenciación de neuronas, funciones fundamentales para la integridad del cerebro, de acuerdo con la investigación.

Implicaciones y retos

De acuerdo con los autores del estudio, algunas de estas variantes genéticas se encuentran también en pacientes con otros trastornos del neurodesarrollo, como el autismo, la epilepsia o el retraso en el desarrollo, lo que indica mecanismos genéticos compartidos entre diferentes condiciones neurológicas y psiquiátricas.

Los genes STAG1 y ZNF136
Los genes STAG1 y ZNF136 muestran una sólida relación con el trastorno, según los autores (Imagen Ilustrativa Infobae)

Sophie Chick, doctoranda en la Universidad de Cardiff, puntualizó: “Estos hallazgos son informativos porque sugieren que la esquizofrenia podría estar relacionada con cambios en la organización del ADN y alteraciones en la comunicación neuronal mediante GABA. Estos resultados amplían nuestra comprensión de la neurobiología de la esquizofrenia y acercan el objetivo de descubrir nuevos tratamientos”.

Para Elliott Rees, autor principal, el mayor reto fue aislar genes concretos entre tantas variantes genéticas raras: “Desde hace tiempo se sabe que estas variantes influyen en la esquizofrenia, pero identificarlas con precisión era complicado. Ahora ampliamos de forma clara el número de genes implicados y abrimos la puerta a investigaciones destinadas a descubrir los mecanismos patológicos específicos del trastorno”.

El estudio subraya la compleja y diversa arquitectura genética de la esquizofrenia. Al integrar tecnologías de secuenciación y análisis estadístico avanzados, ofrece un marco para entender tanto las variantes comunes como las poco frecuentes que contribuyen al riesgo. Asimismo, el hallazgo de genes compartidos podría facilitar el diseño de tratamientos que beneficien varios trastornos relacionados.

El equipo reconoce, sin embargo, limitaciones en cuanto a la falta de información fenotípica exhaustiva y la baja representación de ciertos grupos poblacionales. Recalcan la necesidad de diversificar los estudios genéticos futuros a nivel global. Además, advierten que la aplicación de estos hallazgos en la clínica requerirá aún más tiempo y validación científica.