
El 12 de abril de 1961, un joven piloto soviético llamado Yuri Gagarin hizo historia. Se convirtió en el primer ser humano en salir de la atmósfera terrestre y orbitar el planeta a bordo de la nave Vostok 1.
Solo 108 minutos le bastaron para abrir el capítulo más audaz de la historia moderna: el de la exploración espacial tripulada. Fue un hecho sin precedentes que no solo demostró avances técnicos, sino que también redefinió el lugar de la humanidad en el universo.
A más de seis décadas de ese acontecimiento, su legado se mantiene vivo. En 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 12 de abril como el Día Internacional de los Vuelos Espaciales Tripulados, una fecha que busca celebrar el inicio de la era espacial y subrayar la importancia de las actividades espaciales para el desarrollo pacífico y sostenible.

Lo que comenzó con el despegue de una cápsula sobre el cielo soviético tuvo consecuencias profundas en ciencia, tecnología, cooperación internacional y geopolítica. Hoy, el espacio ultraterrestre no solo se asocia a astronautas y cohetes, sino a telecomunicaciones, monitoreo ambiental y climático, defensa y hasta agricultura.
Las actividades espaciales forman parte de la vida cotidiana. Por eso, para la ONU, conmemorar este día significa algo más que recordar un vuelo orbital. Es también una forma de reafirmar que “la ciencia y la tecnología espacial contribuyen de manera importante a alcanzar el desarrollo sostenible, a aumentar el bienestar de los pueblos y de los estados y a asegurar que se vea cumplida su aspiración de reservar el espacio ultraterrestre para fines pacíficos”.
Ese principio, el del uso pacífico del espacio, se transformó en una norma jurídica y diplomática desde que la humanidad comenzó a extender su presencia más allá de la atmósfera. En 1967, se firmó el Tratado sobre el espacio ultraterrestre, que fijó las reglas fundamentales: ningún país puede apropiarse del espacio exterior, todos los Estados tienen derecho a explorarlo y deben utilizarlo exclusivamente para fines pacíficos. La ONU, a través de su Oficina para los Asuntos del Espacio Ultraterrestre (UNOOSA), se encarga desde entonces de velar por el cumplimiento de estos principios y coordinar la cooperación internacional.

El viaje de Gagarin no fue una hazaña aislada. Formó parte de un proceso más amplio iniciado con el lanzamiento del Sputnik I en 1957, el primer satélite artificial que marcó el punto de partida de la era espacial. Cuatro años después, la Vostok 1 demostró que un ser humano podía sobrevivir fuera del planeta. En 1963, Valentina Tereshkova se convirtió en la primera mujer en orbitar la Tierra.
En 1969, Neil Armstrong caminó por primera vez sobre la superficie lunar. Y en 1975, las cápsulas Apolo y Soyuz protagonizaron la primera misión internacional conjunta, símbolo de que el espacio podía unir a dos potencias enfrentadas en plena Guerra Fría.
De la competencia a la cooperación
La historia de la exploración espacial pasó de la rivalidad a la colaboración. Desde el fin del siglo XX, se consolidó un esfuerzo multinacional que tiene en la Estación Espacial Internacional (EEI) su mayor exponente. Por primera vez, agencias de distintos países compartieron recursos, conocimiento y tripulaciones para mantener presencia humana constante en órbita terrestre. Ese proyecto, vigente desde hace más de dos décadas, demuestra que la cooperación internacional no solo es posible, sino esencial para avanzar en los desafíos del espacio.

Los vuelos tripulados conservan una dimensión simbólica particular. Más allá de su valor técnico, representan el deseo profundo de la humanidad por ir más allá de sus propios límites. Por eso, recordar a Gagarin no solo es rendir homenaje a un pionero, sino también revalorizar el espíritu de exploración que lo impulsó. A bordo de la Vostok 1, mientras flotaba sobre el planeta por primera vez, el cosmonauta pronunció una frase que sigue vigente: “Pobladores del mundo, salvaguardemos esta belleza, no la destruyamos”.
La cita no fue retórica. Desde el espacio, la visión del planeta genera una conciencia aguda de su fragilidad. La delgada atmósfera, la curvatura azul, los océanos, los desiertos, todo lo que compone la vida conocida aparece como una unidad interdependiente y vulnerable. La exploración espacial permitió observar al planeta como nunca antes y, con ello, entender la urgencia de preservarlo.
Las 10 misiones espaciales más recordadas que hicieron historia
- 1-Yuri Gagarin, el primer ser humano en el espacio

Un joven piloto soviético de 27 años escribió su nombre en la historia de la humanidad el 12 de abril de 1961. Ese día, Yuri Gagarin se convirtió en el primer ser humano en salir de la Tierra y orbitar el planeta. Gagarin fue lanzado al espacio a bordo de la cápsula Vostok 1, una nave esférica de apenas dos metros de diámetro. El vehículo alcanzó velocidades de 28.000 kilómetros por hora y completó casi dos vueltas a la Tierra, a altitudes que oscilaron entre los 180 y los 327 kilómetros.
Fue un vuelo en modo automático, diseñado para que el cosmonauta tuviera la menor intervención posible. Los científicos de la época desconocían cómo respondería el cuerpo humano a la ingravidez prolongada. Por eso, los controles manuales de la nave estaban bloqueados con un código que solo podía abrirse en caso de emergencia. Pese a ello, Gagarin supo el código antes de despegar.
Su éxito como cosmonauta transformó su vida. Fue aclamado como héroe mundial, pero también quedó apartado de futuras misiones. “Los altos directivos no querían arriesgar la vida de un héroe de la Unión Soviética en otra misión peligrosa”, explicó la Agencia Espacial Europea. Siete años después, el 27 de marzo de 1968, Gagarin murió durante un vuelo de entrenamiento en un avión caza. Su legado, sin embargo, no dejó de crecer.
- 2-Primer astronauta estadounidense en el espacio

El 5 de mayo de 1961, Alan Shepard se convirtió en el primer astronauta estadounidense al realizar un vuelo suborbital de 15 minutos que alcanzó una altura de 187 kilómetros.
Habían pasado sólo 23 días del primer vuelo orbital del cosmonauta soviético Yuri Gagarin y la conmoción mundial por su hazaña. La NASA, acuciada por la Casa Blanca y la opinión pública estadounidense respondió al desafío de poner un ser humano fuera de la atmósfera en un vuelo suborbital a bordo de la cápsula Freedom 7, propulsada por un cohete Mercury Redstone 3.
El entonces premier de la URSS, Nikita Jrushchov, ridiculizó la misión al calificarlo de mero “salto de pulga”, en comparación con el viaje de Yuri Gagarin, que voló durante 1 hora 48 minutos, alcanzando una altura de 357 kilómetros.
- 3-Primera mujer en el espacio

La cosmonauta rusa Valentina Tereshkova, se convirtió el 16 de junio de 1963, en la primera mujer en el espacio. Hizo historia al completar una misión solitaria a bordo del transbordador soviético Vostok 6 con tan solo 26 años.
Tereshkova no solo se convirtió en la primera mujer, sino también en la persona más joven y la décima en total en viajar al espacio hasta esa fecha. Durante su misión, orbitó la Tierra 48 veces antes de regresar con éxito.
En tres días, viajó más lejos que todos los astronautas estadounidenses anteriores combinados. Sus fanáticas vieron su logro como una reafirmación positiva del compromiso soviético con la igualdad de género, mientras que las mujeres fuera de la Unión Soviética lo tomaron como una prueba de que no había límite para lo que ellas podían lograr.
Tereshkova, quien nació en una aldea en el río Volga y era hija de un conductor de tractores, se convirtió en una actriz soviética, y finalmente se retiró como generala de la Fuerza Aérea Rusa. La primera mujer estadounidense en el espacio, Sally Ride, tuvo que esperar hasta 1983 para igualar su hazaña.
- 4-Primera caminata espacial

El 18 de marzo de 1965, la Unión Soviética volvió a marcar un hito en la historia espacial. Ese día, a las 10 de la mañana hora de Moscú, despegó desde el cosmódromo de Baikonur la nave Voskhod-2, tripulada por los cosmonautas Pavel Belyaev y Alexei Leonov. Lo que parecía otra misión en la creciente carrera espacial entre potencias, se convirtió en una hazaña sin precedentes: por primera vez un ser humano flotaba fuera de una nave, en el vacío del espacio.
A las 11:35, Leonov atravesó la esclusa inflable de la cápsula y quedó completamente expuesto al entorno espacial. Permaneció fuera de la nave durante 12 minutos y 9 segundos, conectado únicamente por un cable de seguridad de poco más de cinco metros. Ese breve intervalo marcó el inicio formal de lo que hoy se conoce como actividad extravehicular (EVA), una práctica esencial en la rutina de cualquier astronauta moderno.
Leonov flotó cinco veces desde y hacia la esclusa, alejándose ligeramente de la nave gracias al cable de seguridad. Durante su paseo espacial, realizó algunas observaciones y pruebas físicas, tratando de adaptarse a una experiencia inédita en la historia humana: desplazarse en el vacío absoluto, sin suelo ni atmósfera, solo rodeado por el negro infinito del cosmos.
Aunque la caminata fue un éxito, el regreso a la nave no estuvo exento de dificultades. El traje espacial de Leonov se había expandido por completo debido a la presión del vacío exterior, al punto que no podía reingresar a la esclusa. En una decisión crítica, abrió manualmente una válvula para liberar parte del aire contenido en el traje. Solo así consiguió reducir su tamaño y recuperar la movilidad suficiente para regresar a bordo.
- 5-Caminar en otro mundo: la Luna

El 20 de julio de 1969, el mundo entero presenció un momento que definió una era. Ese día, los estadounidenses Neil Armstrong y Buzz Aldrin se convirtieron en los primeros seres humanos en caminar sobre la superficie de la Luna.
La misión Apolo 11, llevada a cabo por la NASA, no solo cumplió una promesa presidencial de John F. Kennedy, sino que también marcó el punto culminante de una intensa competencia tecnológica entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
Cuando Armstrong descendió del módulo lunar Eagle y posó su pie izquierdo sobre el regolito lunar, pronunció una frase que quedaría grabada para siempre en la memoria colectiva: “Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad.”
La escena, transmitida en vivo a través de la televisión, fue seguida por cientos de millones de personas en todo el mundo, que se reunieron frente a sus pantallas para ser testigos del acontecimiento.

Más allá del impacto simbólico, el Apolo 11 significó una hazaña técnica sin precedentes. La misión exigió cálculos precisos, coordinación entre miles de especialistas y un despliegue de recursos que movilizó a toda una generación de ingenieros, científicos y astronautas. También tuvo un efecto inmediato en la sociedad: inspiró vocaciones, reforzó el prestigio de la ciencia y colocó a la exploración espacial en el centro de la cultura global.
A más de medio siglo de aquel alunizaje, el legado del Apolo 11 sigue presente. La huella de las botas en la Luna se convirtió en un símbolo del poder del ingenio humano. Fue un logro que trascendió fronteras y que continúa recordando que, cuando se fija una meta clara, incluso los desafíos más inverosímiles pueden superarse.
- 6-Apolo 13: el fracaso exitoso (1970)
La misión Apolo 13 fue la séptima tripulada del programa Apolo de la NASA y la tercera que tenía como objetivo alunizar. Despegó el 11 de abril de 1970 desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida, con los astronautas Jim Lovell, Jack Swigert y Fred Haise a bordo. Su destino era la región Fra Mauro de la Luna, pero una grave avería cambió el curso de la misión y la convirtió en una de las operaciones de rescate más complejas en la historia de la exploración espacial.
A poco más de 55 horas de vuelo, un tanque de oxígeno en el módulo de servicio explotó, dañando seriamente los sistemas de energía, oxígeno y propulsión. La frase del astronauta Swigert, “Houston, tenemos un problema”, se volvió célebre al comunicar el fallo a la base de control en la Tierra. El incidente forzó a la tripulación a abandonar el alunizaje y concentrarse en sobrevivir y regresar.
El equipo utilizó el módulo lunar “Aquarius” como refugio improvisado, ya que el módulo de comando “Odyssey” había perdido gran parte de su funcionalidad. Durante varios días, los astronautas enfrentaron condiciones extremas: frío, racionamiento de energía y agua, y acumulación de dióxido de carbono. La NASA, junto con los astronautas, implementó soluciones de emergencia para purificar el aire y conservar recursos, en una carrera contrarreloj de ingeniería improvisada.
Uno de los desafíos más críticos fue calcular con precisión la trayectoria de retorno. Para ello, se realizaron maniobras manuales de corrección utilizando la Luna para una asistencia gravitacional. El 17 de abril, después de seis días en el espacio, la cápsula “Odyssey” reingresó a la atmósfera terrestre y amerizó con éxito en el Océano Pacífico, con los tres astronautas ilesos.
Aunque no logró su objetivo lunar, Apolo 13 fue considerado un éxito técnico por la forma en que se gestionó una situación crítica. La misión demostró la resiliencia, preparación y capacidad de improvisación de la NASA y sus astronautas, y dejó una lección duradera sobre los riesgos del espacio y la importancia del trabajo en equipo.
- 7-La era de los transbordadores espaciales

El Programa STS (Space Transportation System) fue el nombre oficial del programa de transbordadores espaciales de la NASA, el primero en emplear vehículos parcialmente reutilizables para misiones espaciales. Su objetivo principal era proporcionar un acceso regular al espacio para transportar astronautas, satélites, módulos científicos y componentes para estaciones orbitales.
El primer vuelo, STS-1, despegó el 12 de abril de 1981 desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida, a bordo del transbordador Columbia. Fue una misión de prueba tripulada por John Young y Robert Crippen, que orbitó la Tierra durante 54 horas. Este histórico lanzamiento marcó el inicio de una nueva era en la exploración espacial, con un vehículo capaz de despegar como un cohete y aterrizar como un avión.
A lo largo de tres décadas, el programa STS realizó 135 misiones con cinco transbordadores principales: Columbia, Challenger, Discovery, Atlantis y Endeavour. El programa permitió lanzar y reparar satélites, como el Hubble, desplegar sondas espaciales, y sobre todo, construir la Estación Espacial Internacional (EEI), uno de sus mayores logros.

Sin embargo, también enfrentó tragedias. Los accidentes del Challenger (1986) y el Columbia (2003) costaron la vida de 14 astronautas y pusieron en evidencia los riesgos de los vuelos espaciales tripulados. El programa concluyó con la misión STS-135, realizada por el transbordador Atlantis, que despegó el 8 de julio de 2011. Su objetivo fue entregar suministros a la EEI. Con ese vuelo, finalizó oficialmente la era del transbordador espacial.
El programa STS dejó un legado tecnológico y científico duradero, permitió avances clave en la cooperación internacional en el espacio y demostró que el acceso recurrente al entorno orbital es posible, aunque costoso y complejo.
- 8-Un nuevo hogar a 400 kilómetros de la Tierra

La Estación Espacial Internacional (EEI) es uno de los proyectos científicos y tecnológicos más ambiciosos de la humanidad. En funcionamiento desde noviembre del año 2000, mantiene una presencia humana continua en órbita, demostrando que vivir y trabajar en el espacio es posible durante periodos prolongados. La EEI orbita la Tierra a unos 400 kilómetros de altitud, y sirve como laboratorio, observatorio y plataforma de pruebas para futuras misiones de exploración.
Uno de sus mayores logros es haber permitido la realización de miles de experimentos científicos en un entorno de microgravedad, imposible de replicar en la Tierra. Allí se estudian los efectos del espacio en el cuerpo humano, el crecimiento de células, la cristalización de proteínas, la combustión de materiales y el comportamiento de fluidos, entre muchos otros campos. Esta información resulta clave para la medicina, la ingeniería, la física y la biología.

La EEI también es fundamental para el desarrollo y prueba de nuevas tecnologías espaciales, como sistemas de soporte vital, paneles solares avanzados y robótica. Además, representa el mayor esfuerzo de cooperación internacional en el espacio, con participación de agencias como la NASA (Estados Unidos), Roscosmos (Rusia), ESA (Europa), JAXA (Japón) y CSA (Canadá). Más de una docena de países han enviado astronautas a bordo.
Su existencia demuestra que es posible mantener una presencia humana sostenida en el espacio, paso esencial para futuras misiones a la Luna o Marte.
Más allá de sus aportes científicos, la EEI simboliza la capacidad de las naciones para trabajar juntas más allá de las fronteras políticas, en beneficio del conocimiento y del futuro de la humanidad.
- 9-El auge de la industria espacial privada y los vuelos comerciales

Los vuelos espaciales comerciales transformaron en los últimos años el panorama de la exploración espacial, marcando el comienzo de una nueva era impulsada por el sector privado. Empresas como SpaceX, Blue Origin y Virgin Galactic han desarrollado tecnologías de lanzamiento reutilizables, lo que ha reducido los costos y ha hecho que el acceso al espacio sea más asequible. Este avance ha sido clave para democratizar la exploración espacial, al ampliar las oportunidades más allá de los programas estatales tradicionales.
A diferencia del modelo exclusivo de las agencias gubernamentales, el auge de las compañías espaciales privadas ha favorecido una colaboración público-privada, con beneficios para ambos sectores. Las misiones comerciales ofrecen flexibilidad, innovación y agilidad en el desarrollo tecnológico, mientras que las agencias espaciales aportan experiencia, regulación y objetivos científicos.
Esta sinergia ha permitido que se diseñen marcos legales y políticas internacionales para consolidar un ecosistema espacial más dinámico, competitivo y sostenible.

En este contexto surgieron misiones emblemáticas como Polaris Dawn, organizada por SpaceX, que tiene como objetivo alcanzar la órbita terrestre más alta jamás lograda por una nave tripulada y realizar la primera caminata espacial comercial. También destaca Fram2, una misión que involucra a astronautas no profesionales en tareas de investigación científica en el espacio, lo que refleja la ampliación de perfiles humanos involucrados en la exploración espacial.
Los vuelos comerciales no solo abrieron la puerta a nuevas formas de turismo espacial, sino que aceleraron el desarrollo de tecnologías necesarias para misiones a largo plazo, como futuras expediciones a la Luna o Marte. Esta nueva era incrementó la innovación, la competencia y el acceso al espacio, con beneficios potenciales para gobiernos, empresas y ciudadanos de todo el mundo. El espacio, antes inaccesible para la mayoría, hoy se acerca a ser un destino compartido.
- 10-La novela de los astronautas varados de la NASA

Los astronautas Butch Wilmore y Sunita Williams, de la NASA, formaron parte de la primera misión tripulada del Starliner, la nave desarrollada por Boeing dentro del programa Commercial Crew. Pero más allá de este avance, fueron mundialmente conocidos durante 2024 y parte de este año al permanecer 286 días en lugar de los 8 previstos, en la EEI, debido a repetidas fallas de los propulsores de la nave Starliner, además de innumerables fugas de helio.
Tras un análisis minucioso de la cápsula que despegó el 8 de junio y ante la imposibilidad de repararla, la NASA decidió traerla a la Tierra en septiembre del año pasado sin tripulación. Los dos astronautas se quedaron varados en la EEI y se acoplaron a la dotación regular haciendo experimentos y caminatas espaciales.
Por fin, en marzo de este año, volvieron en una capsula de SpaceX, sanos y salvo a la Tierra.

El Día Internacional de los Vuelos Espaciales Tripulados busca justamente eso: conmemorar un hecho histórico, pero también proyectar su legado hacia el futuro. La exploración del espacio es uno de los pocos emprendimientos colectivos que une ciencia, diplomacia, cultura y aspiración.
No importa de qué país despega un cohete, ni qué bandera lleva un astronauta. Lo que importa es que, cada vez que un ser humano abandona la Tierra, lo hace en nombre de todos.
Últimas Noticias
¿La Tierra en Marte?: un nuevo estudio muestra que es posible colonizar el planeta rojo
El planeta rojo es el candidato ideal a convertirse en habitable, según la comunidad científica. Los planes detallados para transformar su atmósfera y llenar este mundo de abundante agua

Nuevos diseños de mingitorios utilizan la física para evitar salpicaduras de orina
Investigadores en Canadá sugieren que estos diseños podrían reducir las salpicaduras de orina a una fracción mínima

10 errores científicos que abrieron puertas a grandes descubrimientos
No todos los avances de la humanidad surgieron de la planificación. National Geographic destacó en un artículo que algunos de los hallazgos más importantes fueron frutos de equivocaciones o accidentes

Del lobo terrible al mamut lanudo: ¿se pueden “resucitar” especies extinguidas en un mundo tan diferente al de 12.500 años?
Una empresa biotecnológica anunció en los Estados Unidos el nacimiento de cachorros con genes de un lobo extinto. Cuáles son los cuestionamientos de expertos en ecología, veterinaria y ética animal

Identificaron un “gen maestro” que puede convertir las células inmunes en guerreras contra el cáncer
Los investigadores del Instituto de Ciencias Weizmann de Israel identificaron un gen que reprograma los macrófagos y descubrieron cómo desactivarlo
