
Después de lidiar con el virus SARS-CoV-2 durante más de un año, las clínicas aún enfrentan la misma realidad que tenían hace meses: no existen soluciones rápidas y fáciles para el tratamiento de COVID-19. Los avances en el tratamiento de la enfermedad se han realizado poco a poco, con una combinación de medicamentos desarrollados originalmente para combatir otros virus y tratamientos que han demostrado ser seguros y efectivos para tratar los síntomas tardíos de la enfermedad, como los esteroides utilizados para combatir la inflación. Pero en los últimos meses, los ensayos clínicos han apuntado a varios medicamentos adicionales que podrían unirse al kit de herramientas de COVID-19.
Recientemente, investigadores de la Universidad de Oxford comenzaron ensayos con la colchicina, un fármaco clásico asociado al tratamiento de los ataques agudos de gota, una enfermedad conocida desde épocas muy remotas, para descubrir si puede acelerar el tiempo de recuperación y evitar que las personas necesiten atención hospitalaria. El equipo de especialistas probará si el medicamento puede ayudar a los adultos infectados por coronavirus a combatir la enfermedad en casa.
En la actualidad, la colchicina constituye un tratamiento de segunda línea para las crisis agudas de gota, cuando la administración de otros antiinflamatorios, como los corticoides, está contraindicada o es insuficiente. El medicamento antiinflamatorio se ha distribuido a los pacientes con gota durante décadas. Se usa para tratar y prevenir la inflamación sistémica, una característica de la gota y los peores casos de coronavirus.
Los expertos canadienses encontraron que el medicamento se mostró prometedor para reducir las admisiones hospitalarias en pacientes con COVID-19. Y los académicos brasileños afirmaron el mes pasado que puede evitar que los pacientes gravemente enfermos necesiten oxígeno. Sin embargo, se sabe poco sobre la eficacia de la colchicina para reducir el tiempo de recuperación general o si puede combatir la mayoría de los síntomas.

Ahora, se agregará al ensayo farmacológico PRINCIPLE dirigido por Oxford, que reclutó a 4.400 voluntarios para probar diferentes medicamentos en pacientes con COVID-19 que se hayan infectado recientemente. Los investigadores ya encontraron que los antibióticos azitromicina y doxiciclina no son tratamientos efectivos durante las primeras etapas de COVID-19.
La colchicina se deriva de la flor de azafrán de otoño tóxica en el Reino Unido y Europa, y se ha utilizado como un remedio tradicional para la hinchazón de las articulaciones desde 1500 a. C. El medicamento, de marca Colcrys, evita que los glóbulos blancos reaccionen de forma exagerada a la infección, lo que puede provocar insuficiencia orgánica y la muerte.
Los voluntarios del ensayo se asignan al azar para tomar medicamentos como budesonida, un corticosteroide inhalado, o recibir tratamiento regular en el hospital. Los estudios han demostrado que la colchicina es segura, pero sus efectos secundarios incluyen diarrea, dolor de estómago, estreñimiento, náuseas y vómitos.
Los participantes que reciban colchicina recibirán un curso de dos semanas de comprimidos de 0,5 mg una vez al día. Los médicos harán un seguimiento de su condición durante un mes, comparando sus síntomas y su enfermedad con los voluntarios que recibieron otros medicamentos o ningún tratamiento.
Para el profesor Chris Butler, uno de los científicos de Oxford detrás del ensayo, investigar los tratamientos para COVID-19 es vital. “Estamos pidiendo voluntarios elegibles mayores de 18 años de todo el país para unirse al ensayo PRINCIPLE cuando experimenten por primera vez los síntomas de COVID-19 y ayudar en la búsqueda de tratamientos potenciales”, manifestó el experto.

Y añadió: “Con el COVID-19 todavía circulando en la comunidad, y lo poco que se conoce sobre el efecto de las nuevas variantes virales en los adultos más jóvenes, es vital que aprovechemos esta oportunidad para generar evidencia de alta calidad para determinar qué tratamientos funcionan y cuáles no. Incluso con vacunas exitosas y otras medidas prevenibles implementadas, la disponibilidad de tratamientos con una base de evidencia sólida tiene un papel fundamental que desempeñar para poner fin a esta pandemia, sin embargo, todavía hay muy pocas opciones para tratar EL COVID-19 antes de que se convierta en una enfermedad grave”.
Los participantes que toman colchicina deben tener entre 18 y 64 años y haber sufrido dificultad para respirar durante las dos primeras semanas de su enfermedad. O deben tener ciertas condiciones de salud subyacentes que los pongan en riesgo de una enfermedad grave o ser mayores de 65 años.
Hasta ahora, el ensayo ha determinado que los antibióticos azitromicina y doxiciclina no son tratamientos efectivos durante las primeras etapas de COVID-19. Todavía está investigando los efectos de la budesonida, un corticosteroide inhalado, en personas mayores de 50 años.
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