El recuento que definirá al presidente de Honduras avanza en medio de la desconfianza

Un escrutinio manual y transmitido en vivo definirá al próximo presidente de Honduras, mientras el ambiente tenso y las protestas acusan irregularidades en las elecciones del 30 de noviembre y paralizan la ciudad

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Una mujer es cacheada antes
Una mujer es cacheada antes de ingresar al Consejo Nacional Electoral de Honduras mientras los funcionarios comenzaron el jueves un recuento manual largamente retrasado de aproximadamente el 15% de las papeletas de las elecciones presidenciales del mes pasado, con el objetivo de resolver inconsistencias en miles de registros que podrían afectar la reñida contienda entre los dos candidatos principales, en Tegucigalpa, Honduras, el 19 de diciembre de 2025. REUTERS/Fredy Rodriguez

En una amplia bodega del tamaño de dos canchas de básquet, ubicada en Tegucigalpa, cientos de personas trabajan desde el viernes revisando manualmente los votos que definirán al ganador de las elecciones presidenciales en Honduras, celebradas el 30 de noviembre.

Bajo estrictas medidas de seguridad, funcionarios del Consejo Nacional Electoral (CNE) y representantes de los partidos inspeccionan meticulosamente cada sufragio, utilizando guantes de látex y actuando como si realizaran una labor forense. Este proceso, transmitido públicamente a través de YouTube debido al cierre al acceso de la prensa, se centra en casi 2.800 actas clasificadas con “inconsistencias”.

El resultado de este recuento definirá si el próximo presidente será Nasry Asfura, empresario conservador de 67 años respaldado por el presidente estadounidense Donald Trump, o Salvador Nasralla, presentador de televisión y también de tendencia derechista, de 72 años. Asfura mantiene una ventaja mínima de unos pocos miles de votos, mientras que Nasralla asegura que medio millón de votos aún están pendientes de revisión.

La atmósfera en los alrededores del centro de recuento es tensa y custodiada por militares, con escasa presencia de civiles. Dicha tensión se ha visto incrementada por reiteradas denuncias de fraude, la intervención del gobierno de Estados Unidos y repetidas fallas informáticas que detuvieron el conteo preliminar, generando protestas que dejaron varios heridos y provocando la proliferación de teorías conspirativas.

No confiamos en las autoridades porque están haciendo los fraudes de siempre, regresaron las elecciones estilo Honduras”, afirmó Carlos Castillo, seguidor del partido de izquierda Libre, en declaraciones recogidas por AFP.

La policía militar pasa junto
La policía militar pasa junto a los miembros de un panel de recuento formados afuera del Consejo Nacional Electoral de Honduras mientras los funcionarios comenzaban el jueves un conteo manual largamente retrasado de aproximadamente el 15% de las papeletas de las elecciones presidenciales del mes pasado, con el objetivo de resolver inconsistencias en miles de registros que podrían afectar la reñida contienda entre los dos candidatos principales, en Tegucigalpa, Honduras, el 19 de diciembre de 2025. REUTERS/Fredy Rodriguez

La crisis comenzó a distenderse luego de que el CNE iniciara el “escrutinio especial”, proceso que se encontraba paralizado debido a la exigencia de un recuento total por parte del Partido Liberal, aliado de Nasralla, y del partido oficialista Libre. “Ya está todo calmado porque va a haber presidente. Antes pensamos que no, pero ya están contando”, relató a AFP Sandra Suazo, abogada de 68 años, afuera del recinto electoral.

De acuerdo con el codirector de Formación Política del CNE, Bladimir Bastida, el recuento podría concluir en cuestión de horas, aunque el plazo oficial para proclamar al vencedor se extiende hasta el 30 de diciembre. Nasralla, por su parte, sostiene que después de esta auditoría es imprescindible revisar todas las “inconsistencias”, que, en su estimación, afectan cerca de 8.000 urnas.

Mientras tanto, la incertidumbre electoral afecta la economía local. Vendedores y comerciantes ven disminuidas sus ventas, especialmente en la zona del mercado de Kennedy, el mayor barrio de Tegucigalpa y a unos 600 metros del centro de recuento.

No he vendido nada. Uno invierte para ganar, pero por estos políticos me da miedo quedarme con el producto. La gente como que le da miedo gastar”, indicó Sandra Reyes, comerciante de 31 años, según recogió AFP. Otros vendedores, como Norman Sierra, dedicado a la venta de automóviles usados, han tenido que suspender sus actividades por temor a disturbios durante las protestas postelectorales.

Pese a las dificultades, algunos comerciantes todavía mantienen la esperanza de recuperarse en los días que restan del año. “La gente estaba con la incertidumbre, solo hablando de noticias y sin saber quién iba a ganar, pero la esperanza es que ahora mejore, creo que ya está más tranquilo”, expresó Fran Bulnes, vendedor de frutas de 46 años, en entrevista con AFP.

(Con información de AFP)