
Más de 14 millones de chilenos estarán habilitados para votar este 16 de noviembre en unas elecciones que renovarán la totalidad de la Cámara de Diputados y casi la mitad del Senado, en coincidencia con los comicios presidenciales. El resultado será clave para definir el futuro equilibrio político del país y las posibilidades de avance de las distintas fuerzas en el Parlamento.
Según cifras publicadas por el Servicio Electoral (Servel), los electores deberán elegir a 155 diputados para la Cámara Baja por un mandato de cuatro años y a 23 de los 50 senadores que integrarán la Cámara Alta durante los próximos ocho años.
En total, se presentaron 1.096 aspirantes a la Cámara de Diputados y 125 postulantes al Senado, quienes compiten en siete circunscripciones regionales que abarcan desde Arica y Parinacota en el norte hasta La Araucanía y Aysén en el sur.
Varias encuestas anticiparon a EFE un eventual avance del conservadurismo y la ultraderecha, incluso con la posibilidad de que ambas coaliciones obtengan la mayoría en ambas cámaras legislativas. Según analistas, el escenario más relevante será si logran alcanzar los 4/7 de los escaños, que permitiría modificar la Constitución vigente y promover reformas estructurales profundas.
El debate público se centra en dos grandes bloques: por un lado, Chile Vamos, la alianza de partidos de la derecha tradicional, y por el otro, la lista que une al Partido Republicano y al Partido Nacional Libertario, identificados con posturas ultraconservadoras y defensores del legado pinochetista. Las distintas proyecciones abren interrogantes sobre cuál de estos bloques logrará mejores resultados y si podrán superar fragmentaciones previas.

La composición actual de la Cámara de Diputados y el Senado, caracterizada por la fragmentación y la indisciplina partidaria, dificultó la capacidad del presidente Gabriel Boric para impulsar su agenda.
En los últimos comicios parlamentarios, la izquierda y centroizquierda obtuvieron 74 diputados frente a 68 de la derecha y 13 de fuerzas independientes o populistas. En el Senado, la derecha dispone actualmente de la mayor cantidad de escaños.
De acuerdo con expertos de la Universidad de Chile y la Universidad Diego Portales, el nuevo Congreso jugará un rol fundamental en la gobernabilidad. “La conformación del próximo Congreso será clave porque uno de los desafíos pendientes es encarrilar el rumbo hacia la gobernabilidad”, explicó Rodrigo Espinoza, citado por EFE.
El impacto se proyecta también en la carrera presidencial. Ninguno de los candidatos más competitivos —la izquierdista Jeannette Jara, los ultraderechistas José Antonio Kast y Johannes Kaiser, o la derechista Evelyn Matthei— obtendría la mayoría necesaria en la primera ronda. Todo indica que el balotaje del 14 de diciembre será determinante, en un contexto en el que la unión de las tres derechas podría dejar a la ex ministra de Boric fuera de la segunda vuelta.
La posibilidad de un Parlamento dominado por la derecha abre el interrogante sobre la existencia de “un gobierno sin contrapesos”, algo que no ha ocurrido en los últimos 15 años. “De ganar ambas cámaras, sería el primer Gobierno sin contrapesos”, señaló Octavio Avendaño en conversación con la agencia de noticias.

En esa línea, Claudia Heiss advirtió que semejante mayoría podría “permitir cambios sustanciales, retrocesos y la imposición de una visión extrema”.
El abanico de candidatos abarca desde figuras emergentes hasta referentes históricos y personalidades mediáticas. Entre los nombres destacados aparecen Gustavo Gatica, símbolo de las protestas de 2019, familiares directos de presidenciables como un hijo de Kast y una hermana de Kaiser.
Con este escenario, el proceso electoral se presenta como un punto de inflexión en la historia política reciente de Chile, condicionando las reformas futuras, la gobernabilidad y el rumbo de la democracia en los próximos años.
(Con información de EFE)


