
El presidente de Guyana, Irfaan Ali, llamó a los líderes de la Comunidad del Caribe (Caricom) a sostener “un diálogo maduro y abierto” ante los desafíos de seguridad regional y el aumento de la presencia naval de Estados Unidos en el Caribe.
Las declaraciones, hechas en una entrevista divulgada este miércoles por el Departamento de Información Pública de Guyana, llegan en un contexto marcado por el respaldo de Georgetown al despliegue militar estadounidense orientado a combatir el narcotráfico procedente de Venezuela, nación con la que mantiene una tensa disputa fronteriza por las ambiciones expansionistas del régimen de Nicolás Maduro.
Ali señaló la necesidad de construir un “consenso” a través de una reunión que permita compartir inteligencia e información, entendiendo el alcance de los intereses en juego y las implicancias de las maniobras militares en la región. Remarcó que la transparencia, el diálogo abierto y la cooperación son herramientas esenciales para que los países caribeños puedan “salvaguardar colectivamente la paz y la estabilidad, al tiempo que abordan los nuevos desafíos de seguridad”.
En el seno de Caricom, la presencia de fuerzas estadounidenses fractura opiniones. Algunos Estados miembros apoyan el operativo encabezado por Washington, mientras otros critican tanto los ataques a embarcaciones como la presión sobre Venezuela. Ali relativizó el enfoque en las amenazas convencionales y subrayó la importancia de abordar problemas como el narcotráfico, la migración ilegal y el uso ilícito de rutas fluviales internacionales.
El mandatario aseguró que Guyana ha defendido consecuentemente la región como “zona de paz” y que su Gobierno responde “con hechos y la verdad” frente a hostilidades. “Todos los días, el Gobierno venezolano me ataca personalmente y ataca a este país. Dicen lo peor de nosotros. Pero nunca hemos respondido de forma hostil”, afirmó.
La controversia entre Guyana y Venezuela se intensificó durante los últimos dos años por el territorio del Esequibo, bajo administración guyanesa y reivindicado por Caracas. La región, de más de 159.000 kilómetros cuadrados y con vastos recursos naturales, representa casi dos tercios de la superficie guyanesa y se hizo aún más estratégica tras el descubrimiento de grandes yacimientos petroleros hace cinco años.
La semana pasada, durante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, Ali mantuvo una reunión con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, en la que reafirmaron la “alianza estratégica” bilateral en la lucha contra el narcotráfico. Esta colaboración se da en el marco de la creciente tensión fronteriza y el endurecimiento del discurso de Caracas.
En su intervención ante la ONU, Ali denunció que el régimen venezolano “persiste con leyes unilaterales y amenazas de anexión” sobre el Esequibo. Criticó la negativa de Caracas a acatar decisiones de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que en 2023 dictó medidas provisionales para mantener el statu quo y evitar cambios unilaterales en la zona disputada. “Si se pueden pisotear los derechos de un Estado pequeño e ignorar las órdenes jurídicamente vinculantes, ¿qué protección le queda a cualquier nación bajo el Derecho Internacional?”, planteó el mandatario.
En defensa de la postura guyanesa, Ali recalcó que los principios de soberanía, integridad territorial y no injerencia “no son negociables” y expresó que su país “sigue confiando” en la legislación internacional. Atribuyó a su Gobierno una respuesta “diplomática y basada en la veracidad”, mientras acusó a Venezuela de violar el Derecho Internacional, la Carta de las Naciones Unidas y el orden legal mundial.
La contrarréplica del ministro de Exteriores venezolano, Yván Gil, llegó a través de su canal de Telegram, en donde calificó el discurso de Ali como “plagado de falsedades, manipulación y sometimiento a los intereses del imperio y de las transnacionales”. Gil acusó a Guyana de actuar como “administrador” de la transnacional ExxonMobil y de desestimar el Acuerdo de Ginebra de 1966, documento crucial para Caracas, al tiempo que denunció la “entrega unilateral” de recursos en una zona bajo disputa.
El Esequibo, con enormes yacimientos de petróleo, gas, minerales y recursos forestales, ha estado bajo administración guyanesa desde el laudo arbitral de 1899, aunque la disputa formal entre ambos países tiene casi dos siglos. El reciente auge del sector petrolero ha revitalizado el conflicto y multiplicado su importancia estratégica regional, escenario en el que los líderes caribeños ahora evalúan los riesgos y la necesidad de articular respuestas concertadas.
(Con información de EFE y EP)
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