Los industriales bolivianos pidieron al Gobierno dialogar para resolver la crisis que atraviesa el país por la falta de dólares

Los industriales bolivianos plantearon este jueves al Gobierno de Luis Arce el inicio de un “diálogo con resultados” para resolver la situación económica que atraviesa el país por la falta de dólares, un mercado paralelo de divisas, la provisión irregular de combustibles y la inflación.

“Hacemos un llamado sincero al Gobierno: es hora del diálogo con resultados, es hora de unir fuerzas para no ahondar más la crisis. No podemos seguir avanzando divididos”, expresó el presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Gonzalo Morales.

El empresario insistió en la necesidad de que el Ejecutivo instale un “diálogo real con el sector privado” para encontrar conjuntamente “soluciones concretas, efectivas y con resultados”.

Morales identificó la falta de acceso a dólares como “el problema fundamental”, que repercute en el pago a proveedores y en el abastecimiento irregular de combustibles, lo que ocasiona “problemas en la cadena logística” de producción.

“El dólar está inaccesible, está muy caro, y eso está repercutiendo en nuestra compra de materias primas”, enfatizó.

Bolivia atraviesa una prolongada escasez de dólares desde principios de 2023, lo que ha generado un incremento del valor de la divisa estadounidense respecto al tipo de cambio oficial de 6,96 bolivianos por dólar, situándose ahora en torno a los 20 bolivianos en el mercado paralelo.

El principal representante de los industriales afirmó que, con un “equilibrio fiscal” mediante el control del gasto estatal, la liberación de exportaciones y el apoyo a la producción, será posible “recuperar” la economía del país.

Morales indicó que la falta de divisas está relacionada con la escasez de diésel y gasolina, ya que sin acceso al dólar “ninguna medida económica para traer combustible del extranjero va a ser viable”.

En Bolivia, el costo del diésel y la gasolina es de 3,72 y 3,74 bolivianos por litro, respectivamente (unos 0,53 dólares en cada caso), precios que cuentan con una subvención estatal desde hace casi dos décadas, y que el año pasado superó lo 2.000 millones de dólares.

Los transportistas de combustibles iniciaron el miércoles una huelga para exigir al Gobierno el incremento de sus tarifas de servicio, con el fin de cubrir el encarecimiento de los repuestos de sus unidades y otros gastos operativos, los cuales están vinculados al precio del dólar.

La protesta de los choferes de camiones cisterna ocasionó que cientos de sus unidades no realicen el trabajo de importación de combustibles a Bolivia, lo que ha generado nuevamente filas extensas en las estaciones de servicio.

Asimismo, sectores como los comerciantes volvieron a tomar las calles para exigir al Gobierno de Arce que aplique medidas para eliminar el mercado paralelo del dólar y garantizar la venta de combustibles.

Por su parte, el Gobierno explicó en la víspera que buena parte de este problema se solucionaría si se aprueban los créditos externos que están en el Parlamento desde hace casi dos años y que alcanzan los 1.800 millones de dólares.

A todo esto se suma el encarecimiento de alimentos y servicios, ya que, según datos oficiales, la inflación durante el primer cuatrimestre del año alcanzó el 5,95%.

Bolivia cerró el año 2024 con una inflación acumulada del 9,97%, la más alta desde 2008, cuando el país registró una inflación de 11,8%.

(Con información de EFE)