Triunfo de Daniel Noboa: el correísmo no controlará la Asamblea Nacional en Ecuador por primera vez en una década

El oficialismo logró la presidencia y la primera vicepresidencia

Guardar
Niels Olsen junto a Annabella
Niels Olsen junto a Annabella Azin, miembro de la Asamblea Nacional de Ecuador y madre del presidente Daniel Noboa, quien ha sido reelegido para un segundo mandato, mientras la Asamblea Nacional de Ecuador elige a Olsen como su nuevo presidente durante una sesión, en Quito, Ecuador, el 14 de mayo de 2025. REUTERS/Karen Toro

La Asamblea Nacional del Ecuador inició este 14 de mayo su periodo legislativo 2025-2029 con una recomposición de fuerzas políticas que marca el fin de una era: por primera vez desde 2013, el correísmo no controla el congreso ecuatoriano. La nueva mayoría, articulada en torno a Acción Democrática Nacional (ADN), el movimiento oficialista del presidente Daniel Noboa, logró la elección de Niels Olsen como presidente de la Legislatura con 80 votos a favor.

Olsen, ex ministro de Turismo en los gobiernos de Guillermo Lasso y del propio Noboa, fue propuesto por la asambleísta oficialista Valentina Centeno y se impuso con el respaldo clave del Partido Social Cristiano (PSC) y de seis legisladores de Pachakutik. Tres integrantes de esa bancada se abstuvieron, evidenciando una fractura interna que ya se insinuaba desde la semana anterior. El 7 de mayo, el ministro de Gobierno, José de la Gasca, había asegurado públicamente que los nueve legisladores de Pachakutik votarían con el oficialismo. La dirigencia del movimiento indígena lo desmintió poco después. Finalmente, durante la sesión, la votación reflejó esa tensión.

El presidente Noboa felicitó en X a Olsen por la designación y aseguró que “la Asamblea dejará de ser un freno para ser un motor”. El mensaje de Noboa augura un control de la fuerza legislativa para su administración: “Hoy tenemos la oportunidad histórica de darle gobernabilidad a un país que no la ha conocido en mucho tiempo. Ahora todos a trabajar”.

La sesión inaugural fue presidida por Anabella Azín, madre del presidente de la República y la legisladora que encabezó a la lista más votada del país. Azín destacó en su intervención que el país vive un nuevo momento de esperanza y llamó a una oposición “respetuosa y no inspirada por odios”.

Annabella Azin, miembro de la
Annabella Azin, miembro de la Asamblea Nacional de Ecuador y madre del presidente Daniel Noboa, quien fue reelegido para un segundo mandato, habla durante una sesión de la Asamblea Nacional para la elección de su nuevo presidente, en Quito, Ecuador, el 14 de mayo de 2025. REUTERS/Karen Toro

“Desde el pasado 13 de abril hay una sensación de tranquilidad y optimismo que se ha diseminado por todo el país… gracias a la victoria contundente que otorgó el pueblo ecuatoriano a Daniel Noboa y María José Pinto”, afirmó Azín en su discurso, en el que evocó también el legado político de Álvaro Noboa, padre del actual mandatario y ex candidato presidencial en múltiples ocasiones, y la transformación del antiguo PRIAN en el actual ADN. Desde la tribuna, la asambleísta sostuvo que esta será una Asamblea que trabajará con “firmeza, moderación y compromiso”, e hizo un llamado al diálogo entre fuerzas diversas para construir una democracia sólida.

Niels Olsen, en su primera intervención como presidente del Legislativo, ofreció un discurso conciliador y crítico con el pasado de la institución. Pidió disculpas a los ecuatorianos “porque durante años tuvieron que ver cómo esta Asamblea se alejaba de su gente”. Señaló que su administración buscará convertir al Legislativo en un espacio que represente la diversidad del país y que se enfoque en resolver los problemas nacionales. “No permitiremos que esta Asamblea vuelva a caer en lo que fue. No más pactos a las espaldas del pueblo. No más privilegios disfrazados de representación. Aquí se viene a servir al Ecuador, no a servirse de él”, advirtió.

El oficialismo consolidó otro triunfo con la elección de Mishel Mancheno como primera vicepresidenta de la Asamblea Nacional. Obtuvo 79 votos a favor, 65 en contra y 7 abstenciones, entre las que se incluyeron las de Ana María Raffo (Revolución Ciudadana) y Otto Vera (PSC). La votación, nuevamente, evidenció que el bloque impulsado por ADN goza de una mayoría funcional, aunque no absoluta.

La mayoría inicial a favor
La mayoría inicial a favor del oficialismo logró 80 votos. REUTERS/Karen Toro

En la práctica, el oficialismo trató de imponerse con alianzas puntuales y acuerdos tácticos con sectores ideológicamente diversos, pero pese a estos logros iniciales, la Asamblea no logró designar a la segunda vicepresidencia.

Tras dos intentos fallidos para elegir a legisladores de Pachakutik, el presidente Olsen suspendió la sesión. En la primera votación, José Luis Nango obtuvo 74 votos a favor, 67 en contra y 9 abstenciones. En la segunda, la candidata Carmen Tiupul tampoco consiguió los respaldos necesarios. Las abstenciones de los propios asambleístas de Pachakutik, junto a algunas del PSC, definieron el resultado. El movimiento indígena, que en anteriores periodos legislativos ha tenido un rol de árbitro, hoy aparece dividido y con menos capacidad de incidir como bloque coherente. Además, el PSC, que solo cuenta con cuatro legisladores que apoyarán al oficialismo buscaría la segunda vicepresidencia.

El correísmo, en tanto, quedó desplazado de toda posición de poder en la nueva Asamblea. Sin mayoría y sin aliados estratégicos, los legisladores de la Revolución Ciudadana no pudieron impedir la elección de las autoridades legislativas y fueron marginados. La pérdida de influencia es significativa. Durante la última década, ese movimiento dominó el Congreso en al menos tres ocasiones y tuvo capacidad para condicionar votaciones clave incluso cuando era oposición. Esta vez, en cambio, asistió al ascenso de un bloque oficialista fortalecido por su victoria electoral en las urnas.

La bancada correísta mientras escuchaba
La bancada correísta mientras escuchaba el discurso de Anabella Azín. Los oficialistas la ovacionaron de pie mientras que los correístas no aplaudieron. REUTERS/Karen Toro

Durante la sesión inaugural hubo un escándalo cuando el oficialismo propuso a la legisladora Mónica Salazar como parte de la comisión verificadora de credenciales. Salazar fue electa por la Revolución Ciudadana, pero se deslindó de esa bancada poco después de asumir funciones y anunció su adhesión a ADN. Su designación generó gritos e interrupciones por parte del correísmo, que la acusó de traición política y cuestionó que siga figurando en el registro como representante del movimiento que abandonó. La polémica derivó en momentos de tensión en el pleno y evidenció el malestar del correísmo ante el avance del oficialismo.

El nuevo periodo legislativo arranca en un país atravesado por la violencia criminal, la crisis económica y el desgaste institucional. ADN ha conseguido, al menos en esta jornada inicial, posicionarse como fuerza dominante del Legislativo. La imposibilidad de elegir al segundo vicepresidente revela que la mayoría oficialista aún se sostiene en equilibrios precarios y débiles.