
El Consejo de Seguridad de la ONU someterá a votación el lunes una resolución que autoriza el despliegue de una fuerza internacional en Haití durante un año para ayudar a frenar la creciente violencia de las pandillas y restaurar la seguridad, a fin de que la nación caribeña pueda realizar unas elecciones presidenciales largamente postergadas.
La resolución redactada por Estados Unidos y obtenida por la agencia de noticias The Associated Press acepta la oferta de Kenia de encabezar la fuerza de seguridad multinacional. Deja también en claro que se trata de una fuerza ajena a Naciones Unidas y financiada por medio de contribuciones voluntarias.
A la misión se le permitirá brindar apoyo operativo a la Policía Nacional de Haití, que carece de fondos y recursos suficientes, con sólo unos 10.000 agentes activos para un país de más de 11 millones de habitantes.
De acuerdo con la resolución, la fuerza ayudará a desarrollar la capacidad de la policía local “a través de la planificación y realización de operaciones conjuntas de apoyo a la seguridad mientras trabaja para contrarrestar a las pandillas y mejorar las condiciones de seguridad en Haití”.
También ayudará a proteger “sitios de infraestructura crucial y puntos de tránsito como el aeropuerto, puertos marítimos e intersecciones clave”.

Poderosas pandillas han tomado el control de importantes carreteras que van desde Puerto Príncipe a las regiones norte y sur del país, interrumpiendo el transporte de alimentos y otros bienes.
La aprobación del Consejo de Seguridad autorizará la adopción de “medidas temporales urgentes con carácter excepcional” para evitar la pérdida de vidas y ayudar a la policía a mantener la seguridad pública.
La resolución requerirá que los líderes de la misión informen al Consejo de Seguridad de la ONU las reglas de compromiso, las necesidades financieras y otros asuntos antes de un despliegue completo de fuerzas.
Un portavoz del primer ministro haitiano Ariel Henry dijo que no estaba al tanto de la resolución ni de la próxima votación y añadió que el gobierno no tenía comentarios de momento.
La decisión condena “la creciente violencia, actividades criminales y abusos y violaciones de los derechos humanos que socavan la paz, la estabilidad y la seguridad de Haití y la región, incluyendo los secuestros, la violencia sexual y de género, la trata de personas y el tráfico de migrantes, homicidios, las ejecuciones extrajudiciales, así como tráfico de armas”.
De ser aprobada, será la primera vez que se despliega una fuerza en Haití desde que Naciones Unidas aprobó una misión de estabilización en junio de 2004 que se vio empañada por un escándalo de abusos sexuales y la propagación del cólera. Esa misión culminó en octubre de 2017.

Las preocupaciones también giran en torno a la propuesta encabezada por Kenia, cuyos detractores señalan que la policía del país de África Oriental ha sido acusada desde hace mucho tiempo de cometer actos de tortura, fuerza letal y otros abusos.
La resolución subraya que todos aquellos que participen en la misión deben tomar las medidas necesarias para prevenir la explotación y el abuso sexual, así como investigar los antecedentes de todo el personal. También exige pesquisas inmediatas ante acusaciones de mala conducta.
Advierte, además, que se deben adoptar medidas de gestión de aguas residuales y otros controles ambientales con el fin de prevenir la introducción y propagación de enfermedades transmitidas por el agua.
De momento se desconoce la extensión de la fuerza en caso de que sea aprobada, aunque el gobierno de Kenia propuso previamente enviar 1.000 agentes de policía.
Jamaica, las Bahamas y Antigua y Barbuda también se han comprometido a enviar personal.
El mes pasado, el gobierno del presidente estadounidense Joe Biden se comprometió a proporcionar logística y 100 millones de dólares para apoyar una fuerza encabezada por Kenia.

La resolución establece que el Consejo de Seguridad tiene la intención de imponer sanciones adicionales a Jimmy Chérizier, conocido como “Barbecue”, que lidera la mayor alianza de pandillas de Haití.
Chérizier, un ex policía, advirtió recientemente que combatirá contra cualquier fuerza armada sospechosa de cometer abusos.
La propuesta se da casi un año después que el primer ministro de Haití y otros altos funcionarios del gobierno solicitaron el despliegue inmediato de una fuerza armada extranjera que combata a las violentas pandillas que se estima controlan hasta el 80% de Puerto Príncipe, la capital del país.
Del 1 de enero al 15 de agosto, más de 2.400 personas en Haití fueron asesinadas, más de 950 secuestradas y 902 heridas, según las estadísticas más recientes de la ONU.
Más de 200.000 personas más han sido desplazadas por la violencia, muchas de ellas hacinadas en refugios improvisados luego que las pandillas saquearan sus comunidades.
(AP)
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