
“Uno cuando se enfrenta a estos regímenes está dispuesto a pagar con la vida”. Contundente fue la frase del activista cubano José Daniel Ferrer, quien el pasado mes de abril fue excarcelado luego de permanecer seis meses arbitrariamente detenido por las autoridades del régimen castrista.
El líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), no obstante, no está en libertad. La dictadura le dictó el pasado 3 de abril prisión domiciliaria. La justicia castrista determinó que deberá pasar cuatro años y medio en esa modalidad de reclusión.
Ferrer formó parte este jueves de la conferencia online que organizó el Instituto Casla, y de la que participó Infobae. En su presentación, el disidente cubano contó cómo fueron los últimos meses de reclusión, describió los abusos y torturas que sufrió, y denunció el manejo de las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua ante la pandemia de coronavirus.
“El régimen castrista, como también lo hacen en Venezuela y Nicaragua, tenía una marcada intención. Con todo el rigor, toda la tortura que estaban dispuestos a emplear contra mí, y que emplearon, yo terminaría asumiendo una de estas dos posturas, para ellos muy conveniente: una, irme del país, y abandonar todo intento de continuar luchando por la libertad y la democracia de Cuba, y de continuar denunciando los abusos, los crímenes que comete el régimen cubano. Otra, que si no me iba del país, me regresaban a mi vivienda, pero nunca más abriría la boca para decir que en Cuba hay hambre, miseria extrema, abusos, explotación, violación a los derechos humanos, y presos políticos”, relató el líder de UNPACU, quien fue detenido el pasado 1 de octubre, tras ser acusado de haber lesionado a un hombre.
De acuerdo a lo detallado por Ferrer, la persona en cuestión era un colaborador de la policía política del régimen, quien se infiltró en las filas del partido disidente “para preparar esa falsa acusación”.
Apenas llegado a prisión, “comenzaron con la violencia”: “Golpes, me arrastraban, encadenaba, me ponían al sol al mediodía en un patio con un suelo sucio y lleno de hormigas. Esto me lo hacían a diario durante casi dos meses”.
Pero inmediatamente su detención arbitraria provocó una fuerte condena internacional. “Gracias a la solidaridad internacional, tanto Estados Unidos, la Unión Europea, como gran parte de América Latina, comenzaron a disminuir la violencia, las torturas en mi contra. Pero siempre me decían lo mismo: ‘Si no quieres pasar por esto, si quieres salir de aquí, vete del país’”.

El líder disidente sostuvo que jamás se doblegó, como en “estos 30 años de lucha”. Aunque reconoció que lo que más temor le da son los riesgos que pueda correr su familia, sostuvo que “uno cuando se enfrenta a estos regímenes está dispuesto a pagar con la vida”.
Contó, además, algo que especialmente lo ofendía en esos días de abusos y torturas. “Era ver que mis torturadores creían que cuanto más me arrinconasen, cuanto más daño me hiciesen, más cerca estaban ellos de conseguir mi rendición. Eso me ofendía de una manera enorme. Yo se los decía: ‘Parece que ustedes han olvidado que en el 2003 la fiscalía me pidió la pena de muerte y me dijeron si no abandona la lucha me fusilaba, y yo les dije que prefiero morir fusilado a morir en un accidente o de viejo, así que hagan lo que crean que tienen que hacer’”.
Ferrer denunció que el régimen de Díaz-Canel también ha “presionado y amenazado” a coordinadores de la UNPACU, como el caso de Carlos Amel Oliva, y a su familia, y recordó lo sucedido con Ovidio Martín, quien en los últimos días comunicó que decidió irse del país tras permanecer tres días detenido arbitrariamente y luego ser liberado con signos de violencia.
En el marco del foro titulado “La justicia no está de cuarentena”, el líder disidente repudió que los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua hayan armado un aparato de represión similar. Según indicó, eso se ve reflejado con el actual manejo de la pandemia de coronavirus. “Estamos viendo una similitud de las condiciones de los presos políticos en los tres países: hacinamiento, insalubridad, hambre, abuso, crueldad extrema, riesgo a contraer el coronavirus. De hecho Venezuela y Cuba niegan y ocultan a la información sobre presos contagiados”.
En esa línea, consideró: “Los Madurovirus, Ortegavirus y Castrovirus son peores que todos los coronavirus juntos”.
Pese a esta situación que están atravesando los tres países, Ferrer concluyó: “Son situaciones bien difíciles y no nos detienen las torturas y abusos de estos regímenes hermanados y aliados”.
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