Las sociedades de hormigas surgieron al intercambiar la protección individual por el poder colectivo

El estudio dirigido por Arthur Matte y publicado en Science Advances planteó que el proceso de especialización y reparto de funciones en las colonias de hormigas presenta similitudes con los pasos evolutivos que originaron la multicelularidad en otros organismos. De acuerdo con Science Advances, los análisis realizados por el equipo de investigación abordaron cómo la reducción en la inversión de recursos en defensa individual —específicamente en el grosor y volumen de la cutícula externa— permitió a ciertas especies de hormigas derivar tales recursos hacia la expansión numérica de obreras y la sofisticación de sus redes sociales. Esta dinámica alimenta una alta diversificación evolutiva dentro del grupo.

Science Advances reportó que la capa exterior de la cutícula de algunas hormigas puede ocupar hasta el 35% del volumen total del cuerpo, una característica que requiere significativos insumos de minerales y nitrógeno. El medio científico señaló que aquellas especies que sacrifican parte de esta defensa física consiguen liberar recursos vitales para sostener colonias más grandes y organizadas, incrementando el número de obreras y permitiendo el desarrollo de estructuras sociales complejas.

El artículo detalló que el equipo de científicos empleó tecnología de rayos X en tres dimensiones, realizando mediciones en más de 500 especies de hormigas para evaluar el volumen de la cutícula. Al correlacionar esta información con los tamaños de las colonias estudiadas, los investigadores apuntaron a un patrón evolutivo donde la protección individual disminuye a medida que los sistemas de defensa colectiva se fortalecen dentro del grupo. Science Advances explicó que esta redistribución internamente favorece el surgimiento de comportamientos colaborativos y funciones especializadas, cambiando la estructura funcional de los nidos y permitiendo que el colectivo asuma tareas de protección y cuidado anteriormente asociadas a la supervivencia individual.

El medio recogió el testimonio de Evan Economo, responsable del Departamento de Entomología de la Universidad de Maryland, quien observó que la sofisticación social de las hormigas mantiene una relación invertida respecto a la complejidad morfológica individual de sus obreras. Cuanto mayor es el nivel de cooperación grupal y dividisión de labores en la colonia, menor es la sofisticación estructural de cada integrante. Según explicó Economo a Science Advances, la transición evolutiva de soluciones individuales a estrategias centradas en el colectivo ha moldeado profundos cambios en el comportamiento y la biología de las hormigas para ajustarse a nuevas demandas sociales.

El fenómeno, explicó Science Advances, ha provocado un aumento notable en la diversificación de especies dentro del grupo de las hormigas, un indicador utilizado en biología evolutiva para identificar formas de éxito adaptativo y proliferación. Aunque el riesgo individual ante depredadores o enfermedades aumenta cuando las obreras cuentan con menos protección física, el informe científico argumentó que la organización de la colonia —a través de la defensa coordinada, la repartición de tareas y la gestión comunal de riesgos sanitarios— logra contrarrestar esta vulnerabilidad.

Según consignó la revista, las colonias que adoptan estrategias de inversión reducida en estructuras protectoras individuales alcanzan mayores tasas de crecimiento demográfico, adaptándose mejor a ambientes con limitaciones de nutrientes por destinar menos insumos a tejidos costosos. Este equilibrio permite una expansión poblacional sustentada por la cooperación interna, originando una retroalimentación: a mayor tamaño y complejidad del grupo social, menos dependencia de la protección individual, lo que a su vez facilita la formación de colonias aún más grandes y diversas.

El artículo de Science Advances abordó además el paralelismo entre la evolución de las sociedades de hormigas y episodios en la historia militar. Al citar las Leyes de Lanchester desarrolladas durante la Primera Guerra Mundial, Economo explicó que, al igual que en la transición de ejércitos compuestos por guerreros fuertemente blindados hacia formaciones de efectivos más numerosos pero menos protegidos, las ventajas colectivas potencian la capacidad de supervivencia y expansión frente a la fortaleza individual.

Matte, estudiante de doctorado de la Universidad de Cambridge y principal autor del estudio, declaró que hasta el momento no se disponía de un análisis tan minucioso y sistemático sobre la relación entre la reducción de inversión en tejidos costosos y la evolución de la estructura colonial en las hormigas. Destacó que esta investigación constituye el primer estudio a gran escala que clarifica la dinámica entre ambos factores, sentando las bases para futuras exploraciones sobre la evolución del comportamiento social y la especialización en organismos colectivos.

Science Advances indicó que, aunque aún no se han identificado con precisión todos los mecanismos biológicos que subyacen a este proceso, una de las hipótesis consideradas sugiere que las colonias de obreras con menos protección individual están mejor capacitadas para desenvolverse en hábitats con disponibilidad limitada de nutrientes, al economizar en materiales para defensa y canalizar recursos hacia el crecimiento demográfico.

La revista observó que esta investigación arroja luz sobre cómo la distribución y especialización de funciones dentro de la colonia ha aligerado las presiones selectivas sobre las características individuales de las obreras, produciendo una aceleración en la diversificación de especies y en la sofisticación de sus estructuras sociales. El modelo organizativo de las hormigas, señaló Science Advances, provee un marco de referencia para interpretar la evolución de sistemas colectivos complejos y para entender fenómenos paralelos en otras especies animales y en la organización humana.

Para los expertos, los resultados de este estudio sobre la gestión de recursos, expansión poblacional y desarrollo de patrones colaborativos en las hormigas constituyen una contribución clave para la biología evolutiva. El análisis pormenorizado de cómo las sociedades de hormigas priorizan la defensa colectiva por encima de la protección individual ofrece elementos para examinar futuras transiciones hacia mayores grados de integración y complejidad en otros contextos biológicos y sociales, según expuso el informe de Science Advances.