Viento, niebla, lluvia y oleaje activan hoy avisos en una decena de provincias y Melilla

Las heladas registradas en la provincia de Palencia, con valores cercanos a 1℃, motivaron restricciones en la movilidad y alteraciones en las actividades al aire libre, en medio de un episodio meteorológico caracterizado por la inestabilidad y la aparición simultánea de diversos fenómenos adversos. Según informó la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), las bajas temperaturas forman parte de un cuadro más amplio que ha obligado este martes a activar avisos de diferente intensidad en más de una decena de provincias y en Melilla, asociados a riesgos por lluvias intensas, vientos fuertes, oleaje peligroso, bancos de niebla y heladas localizadas.

De acuerdo con la AEMET, la situación responde al avance de un frente atlántico que incide especialmente en el norte, oeste y centro peninsular, lo que ha incrementado la frecuencia e intensidad de las precipitaciones y los vientos. El litoral de Asturias, Cantabria, A Coruña, Lugo, Pontevedra, Guipúzcoa y Vizcaya permanece bajo vigilancia, ya que el oleaje representa un peligro relevante para la seguridad de las embarcaciones y la operatividad en puertos y zonas marítimas, detalló el organismo meteorológico.

Las lluvias continúan acumulándose de manera significativa en Galicia, donde A Coruña y Pontevedra mantienen avisos de nivel amarillo debido a las precipitaciones persistentes. En Melilla, el pronóstico contempla lluvias localmente intensas, tal como reportó la AEMET. Otras provincias que concentran la atención por la recurrencia de ráfagas de viento son Cantabria, y más en particular la comarca de Liébana, así como A Coruña, Lugo y Navarra. Los avisos alertan sobre la dificultad de circulación en carreteras, el acceso a zonas de montaña y el tránsito seguro en áreas litorales.

La niebla constituye otro factor de riesgo importante, especialmente en Ciudad Real y Badajoz, donde se reportaron bancos densos y extendidos que afectan la visibilidad, en su mayoría durante las primeras horas del día. Este fenómeno se presenta también en las dos mesetas, la cuenca del Guadalquivir, la ribera del Ebro y regiones interiores del este peninsular, condicionando la movilidad ciudadana y las actividades recreativas, según consignó la AEMET.

El frente atlántico que recientemente cruzó Galicia ha propiciado la presencia de cielos cubiertos y la repetición de lluvias sobre el litoral, mientras que el oleaje sigue poniendo en alerta a los responsables de seguridad marítima y a infraestructuras costeras. Se detectaron igualmente ráfagas de viento del sur con intensidad entre moderada y fuerte en la franja litoral, en zonas montañosas y a lo largo del interior gallego, la costa cantábrica y la cuenca alta del Ebro, detalló el ente meteorológico. En el este peninsular y Baleares se han registrado vientos del este y nordeste de magnitud moderada, y en Canarias se establecieron vientos alisios que modificaron el patrón climático habitual de las islas.

Las condiciones derivadas del viento se combinaron este martes con episodios de calima en las Islas Baleares, según documentó la AEMET. Los vientos menos intensos se dieron en otras zonas peninsulares, con orientación sur en el noroeste y de componente este en áreas adyacentes, sin alcanzar niveles de alerta similares a los registrados en el litoral cantábrico y gallego.

La transición hacia una mayor estabilidad atmosférica sólo se percibía, hasta el momento, en el área del Mediterráneo, mientras que el resto del país seguía sujeto a un régimen de avisos diversos. En la mitad oriental peninsular y en Melilla persistió la nubosidad baja durante la mañana, con previsión de lluvias y tormentas ocasionales. Baleares presentó cielos parcialmente cubiertos y precipitaciones intermitentes, mientras que el centro de la península abrió la jornada con nubosidad dispersa, la cual fue en retroceso salvo en el suroeste, donde la nubosidad se mantuvo densa. En las Islas Canarias, el tiempo se caracterizó por alternancia de nubes y lluvias débiles, sobre todo en las zonas de relieve en la región norte.

En el aspecto térmico, la AEMET precisó que las temperaturas máximas experimentaron un ascenso en áreas del Cantábrico, la zona sur del Sistema Ibérico, el oeste de la meseta Norte y el sureste peninsular. Las mínimas subieron en Galicia, la franja cantábrica y Melilla, mientras que las máximas bajaron en el Sistema Central y la Cordillera Cantábrica; las mínimas, en cambio, descendieron en partes del interior centro y este. Las heladas débiles persistieron en sistemas montañosos y sectores de la meseta Norte, con consecuencias directas para la circulación y las labores en el campo.

La suma de riesgos —por viento, precipitaciones, niebla y frío— llevó a muchos usuarios del transporte y a trabajadores del sector agrícola a modificar rutinas en función de los avisos emitidos. La concentración simultánea de bancos de niebla y lluvias abundantes impuso obstáculos adicionales para la seguridad vial y la navegación, sobre todo en las zonas norte y oeste, donde confluyeron varios de los efectos adversos reportados por la AEMET. El tráfico marítimo, en particular el que depende de pequeñas embarcaciones o puertos de menor tamaño, enfrentó mayores dificultades a raíz del oleaje persistente.

Respecto a las previsiones para las próximas horas, la AEMET señaló que la tendencia a una atmósfera más estable se limitaría fundamentalmente a la franja mediterránea, ya que el resto del país continuaría bajo el régimen de avisos por la combinación de fenómenos. El organismo insistió, según publicó en sus canales oficiales, en la necesidad de que la población permanezca atenta a las recomendaciones y a los cambios en los avisos, que pueden modificarse debido a la evolución rápida de la situación. Además, recomendó consultar la información actualizada de las fuentes oficiales para planificar desplazamientos y actividades, en el contexto de este episodio de meteorología adversa.